Por Ricardo Bajo, desde La Paz. Bolivia cumplió dos años como Estado plurinacional. Evo Morales rediseñó el gabinete que lo acompañará en el tercer año de su segundo mandato. Regresa un gabinete fuerte, político, conciliador y técnico.
El regreso de Juan Ramón Quintana, procedente del llamado gabinete “histórico” de 2008-09 cuando se derrotó a la derecha, es lo más novedoso (y aplaudido en Palacio de gobierno) del cambio radical de gabinete en el gobierno de Evo Morales. Siete nuevos ministros (ocho mujeres de 20), diez ratificados, uno removido y el regreso de dos: así es el modelo 2012 del equipo del presidente Evo.
Con el viejo capitán JR (Juan Ramón Quintana) volviendo al barco y terminada la “guerra”, veremos un perfil “unificador” de Quintana, como lo ha venido demostrando en la Ademaf (Agencia para el Desarrollo de las Fronteras y las Macroregiones). Allí el ahora ministro ha convocado a todos los sectores, desde empresarios a opositores, para trabajar por las abandonadas zonas fronterizas.
En los puestos más importantes, siguen -ya son seis años, desde el comienzo del primer gobierno del MAS- David Choquehuanca como canciller y Luis Arce Catacora como ministro de Economía y Finanzas Públicas. Ambos son intocables para Evo, el primero por ser la imagen de la “diplomacia de los pueblos” y el segundo por el buen rumbo de la economía en Bolivia, que ha conseguido con excelentes datos resistir la crisis económica mundial y crecer el último año a un 5%, controlando la inflación por debajo de 7%, con un superávit comercial de U$1.500 millones.
En los otros dos puestos claves, Ministerio de la Presidencia, una suerte de primer ministro, y de Gobierno, el llamado a calmar los conflictos sociales al interior del bloque nacional y popular, saltó la “sorpresa”. Evo ha conseguido una dupla interesante y complementaria. Juan Ramón Quintana en la presidencia es temido por la oposición y amado por el oficialismo, en el “aplausómetro” de Palacio, se llevó las mejores ovaciones. La oposición reaccionó rápidamente en el twitter: “es una bofetada al pueblo, vuelve el ministro más confrontador, endurece posiciones”, dijeron al unísono Samuel Doria Medina, líder del partido opositor Unidad Nacional, y Carlos Mesa, ex presidente.
Para contrarrestar la ascendencia de JR y su carácter, conocido por su posición antiimperialista, Evo coloca como ministro de Gobierno a un hombre de diálogo y palabras suaves: Carlos Romero, de Santa Cruz, ex ministro de Autonomías, con llegada al oriente del país donde han surgido los últimos problemas del gobierno (Tipnis, Cidob, Yapacaní y bloqueo del pueblo guaraní contra el proyecto de la fábrica separadora de líquidos en Río Grande). Romero ganó puntos en los últimos días al dar solución -callada y de bajo perfil, como es su regla- a conflictos como lo de personas discapacitadas en Quillacollo y Yapacaní. También está en vías de arreglar también la pelea Tarija-Chuquisaca, dos departamentos que batallan por el campo petrolífero de Margarita.
En la efectividad de la dupla Quintana-Romero residerá la paz social de los próximos meses. Las malas lenguas dicen que la relación entre ambos no es de la mejores. ¿La mano izquierda de Juan Ramón y el “bien común” lo arreglarán?
Para reforzar a los operadores políticos -tan necesarios- y realizar una buena tarea de prevención de conflictos, se rumorea que llegará como viceministro (¿de coordinación gubernamental?), para hacer pareja con César Navarro, el abogado y periodista Hugo Moldiz Mercado.
Gabinete conciliador
A la figura de Carlos Romero se suma la nueva ministra de Comunicación, la periodista Amanda Dávila. Proviene de la cooperación alemana GTZ, Amanda es conocida por su buen talante, pausado y dialogante. Tendrá como misión mejorar la relación con los medios privados y cumplir con los deseos del presidente en cuanto a los medios estatales: mayor pluralidad y cobertura a la oposición. También colaborará en lograr otro fin: tender puentes con la iglesia católica y las clases medias. El anuncio de una nueva y necesaria ley de comunicación enturbiará, sin embargo, las relaciones Amanda-medios.
Gabinete técnico
El mayor objetivo del gobierno de Evo en los dos próximos años hasta las elecciones presidenciales es la producción junto con la industrialización. Para impulsar todos los proyectos que mejoren la productividad y la futura industrialización ha colocado a ministros técnicos que pongan la gestión como el logro a conquistar por encima de otros valores. Gestión y producción.
Otros cambios importantes en el nuevo gabinete de Evo: Una operadora en el sistema judicial como la nueva ministra de Justicia, Cecilia Ayllón, una conocedora de los entramados judiciales; Vladimir Sánchez en Obras Públicas; Mario Virreira, ex gobernador potosino y conocedor del tema minero y ficha de las cooperativas, en Minería; Daniel Santalla, ex secretario general de la COB, en el Ministerio de Trabajo, para tratar de afinar la relación con la Central Obrera Boliviana, alejada del oficialismo; y Juan José Sosa como ministro de Hidrocarburos, un ingeniero petrolero procedente de Yacimientos (YPFB), encargado en años pasados de los planes operativos.