Por Fátima Monasterio
El proceso boliviano no está libre de tensiones. Entre el rechazo al imperialismo, al sistema capitalista y construir un proyecto en armonía con la naturaleza, aparecen una serie de decretos de ley que profundizan el modelo primario exportador, generando el rechazo de algunos movimientos indígenas que antes apoyaban a Evo Morales.
El pasado 12 de octubre –que en Bolivia se conmemora como el Día de la Descolonización del Estado Plurinacional – finalizó la II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático en Tiquipaya, Cochabamba. El encuentro contó con la presencia del mandatario Evo Morales y de sus pares de Ecuador, Rafael Correa, y Venezuela, Nicolás Maduro. El evento se organizó en torno a 12 mesas de trabajo y cuatro ejes fundamentales: las amenazas del capitalismo contra la vida, la construcción del modelo del “Buen Vivir”, el cambio climático y la cultura de la vida.
Los resultados del encuentro fueron sintetizados en un documento que será presentado en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-21) en París, en diciembre próximo. “Hay dos caminos para los gobiernos y presidentes que vamos a acudir a París. Tenemos el camino de llevar el mensaje del imperio o el mensaje de los pueblos del mundo, llevar el mensaje de las transnacionales o el de los movimientos sociales”, enfatizó Morales.
Sin embargo, no todos los movimientos sociales bolivianos apoyan plenamente las políticas del ex dirigente cocalero. En los últimos meses, organizaciones indígenas –otrora parte del Pacto de Unidad- han mostrado su descontento frente a ciertas políticas extractivistas gubernamentales, tales como los decretos de ley 2366 y 2298, que permiten la actividad petrolera en áreas protegidas y reducen el proceso de consulta previa con las comunidades locales a 45 días.
La economía del país andino –y los programas sociales que le dan popularidad al mandatario- dependen principalmente del gas. Pero el precio del combustible, dependiente del precio del petróleo, ha caído considerablemente en el último tiempo. Según Morales, el país recaudará este año un 38% menos de ingresos que en 2014.
Contradicciones del Vivir Bien
Las conclusiones de la Conferencia de los Pueblos sobre el Cambio Climático rechazan la dominación del imperialismo, propia del sistema capitalista, y proponen nuevamente la construcción de un modelo civilizatorio en el marco del Vivir Bien que valore la cultura de la vida y de la paz en armonía con la naturaleza. Pero la ambigüedad se toma la casa en Bolivia, al no haber un posicionamiento claro frente a la acentuación del modelo primario exportador.
Distintas organizaciones de la sociedad civil han denunciado las contradicciones entre un discurso gubernamental de defensa de la naturaleza que, lejos de alentar cualquier escenario de transición y salida del extractivismo, ha consolidado una política netamente extractiva que atenta contra prácticas soberanas y armónicas con la naturaleza y la vida.
En ese sentido se conformó la Mesa 18, un evento autoconvocado que reunió a más de 300 representantes de pueblos indígenas, activistas ambientalistas y trabajadores del campo y de la ciudad para visibilizar las resistencias sociales frente al extractivismo que impulsa el gobierno.
Las conclusiones del foro están reflejadas en una resolución denominada “Alianza y acciones por la vida” que demanda recuperar la autodeterminación y autonomía de las organizaciones indígenas, un cambio de la matriz energética y extractiva, la derogación de leyes y decretos atentatorios contra la Madre Tierra y plantea implementar energías renovables, como la hidráulica, la eólica y la solar frente a desarrollos termoeléctricos, nucleares o hidroeléctricos.
También llaman a votar por el “No” en el cambio constitucional que permitiría la reelección de Evo Morales aunque aclaran explícitamente no ser parte de la oposición de derecha.