Por Laura Cabrera
El jueves pasado se estrenó Boca 3D, la película, un largo que habla de la pasión, el barrio, los colores y un Macri que no deja de aparecer en cámara, ¿guiño de campaña?
No es estrictamente un documental, es la historia de una pasión, de años de estadísticas. Así se entiende Boca 3D, narrada por Funes, un hombre del barrio de La Boca que algunas veces es mito, aunque aseguran que existe y que sabe más que nadie sobre el club. Es una película con la que el y la hincha de Boca que va a la cancha sentirá identificación, pero también es una película con ausencias y preguntas.
El paisaje de La Boca, las vías que costean el estadio Alberto J. Armando, los bares que cualquier hincha alguna vez pisó camino a la cancha. Todo eso se ve en un 3D poco pero bien utilizado, en el momento justo. Es que las primeras imágenes hacen que al espectador/espectadora/hincha se le venga a la cabeza alguna que otra fecha en la que con lluvia, sol, frío o calor, el azul y oro fue lo más importante en el día.
Ahí comienza la historia contada por Funes, el hombre al que nadie volvió a ver y que incluso hay quienes lo consideran un “fantasma”. Los relatos del dueño de las estadísticas se entremezclan con las anécdotas de jugadores destacados como Carlos Tévez, Martín Palermo, Roberto Abbondanzzieri, Guillermo Barros Schelotto o el “Mono” Navarro Montoya, quienes son entrevistados en el estadio del Xeneize. (salvo Montoya, que aparece en una de las canchas de práctica y Tévez, que para la época aún no había vuelto al club).
El largometraje ofrece momentos de emoción y otros que dejan al espectador/hincha con ganas de más, como por ejemplo el repaso relámpago por toda la historia del club para finalmente detenerse en fines de los 90 e inicios del 2000 para empezar a contar pausado hacia adelante.
Ausencias
Teniendo en cuenta que Boca 3D se centra en los triunfos del equipo en la era Bianchi, resulta inentendible que no esté su testimonio, ya que fue de los técnicos más ganadores y de las figuras más destacadas de aquellos años en donde el Xeneize vivía su momento de gloria.
Entre otras ausencias, llama la atención el recurso de las voces en off de Diego Maradona y Juan Román Riquelme, ídolos máximos del club. Si bien no se sabe el porqué, da la sensación de que se utilizó para ambas figuras para darles el aire de omnipresencia e ídolos indiscutidos, ya que cabe destacar que Maradona (considerado un Dios) se retiró del fútbol dejando en su lugar a Román, el nuevo diez, el encargado de mantener la magia.
La (reiterada) presencia
Un nombre: Mauricio Macri. Aparece en tomas de partidos despedida, en los días de festejo del club, junto a Maradona en su último día en la Bombonera. Pero su participación no es sólo en imágenes de archivo. Es el único expresidente del club que fue entrevistado para la película pero, he aquí la curiosidad, a diferencia de jugadores y referentes que dieron su testimonio, Macri aparece en la calle, en la ciudad que gobierna. Aparece en el barrio de La Boca, en el afuera, en ese espacio en donde está el hincha pero donde también está el vecino. Desde ahí habla del club. Resulta extraño verlo ahí y no hablando en la tribuna, como todos. Y nada es inocente: el jefe de Gobierno Porteño y candidato a presidente de la nación habla con la Bombonera de fondo y con los pies en la Ciudad; con la lejanía hacia los jugadores y la cercanía hacia el vecino. Y hablando de fútbol, si no es un guiño político pega en el palo.
Señores dejo todo, me voy a ver a Boca…
A pesar de los desaciertos que los espectadores y espectadoras puedan observar, Boca 3D es una película para la hinchada, para revivir los momentos en la cancha, aplaudir la aparición de los ídolos, revivir la sensación de estar en la Bombonera, escuchar los cantitos (en los que, punto a favor, se omite cualquier estrofa que agreda a otro equipo) y vivir la fiesta de ver salir al equipo al campo de juego.
Boca 3D es eso y es la historia de una pasión que podría ser contada desde afuera por cualquier “Funes” y desde adentro por sus protagonistas.