Por Ulises Bosia. Con los últimos ecos de las cacerolas del 8N todavía sonando y el impacto del paro del 20N aún presente, el Frente Amplio Progresista (FAP) decidió cerrar el año con la unción de Hermes Binner como su presidente y figura dominante. Empieza la preparación de las elecciones legislativas.
El 2013 es un año de elecciones legislativas y por eso el conjunto de las fuerzas políticas, tanto pertenecientes al oficialismo como a la oposición, se preparan para presentarse de la mejor manera ante sus votantes. En este contexto, el FAP decidió realizar un congreso en el complejo Costa Salguero de la Ciudad de Buenos Aires en el que presentó su documento programático “La Argentina que queremos”, donde están planteadas “20 ideas para 20 años”, que resumen la propuesta programática de este frente político. Ha pasado ya un año desde que Binner logró el segundo puesto en las elecciones presidenciales y los principales referentes del espacio se ilusionan con hacer una elección legislativa que los deje parados como una opción viable de gobierno en el 2015. En ese sentido Víctor De Gennaro dijo en su discurso que “faltan 1082 días para que tengamos el primer presidente socialista” y Luis Juez que “tenemos que pensar en el 10-D de 2015, cuando entremos con Hermes a la Casa Rosada para gobernar la Argentina”.
Por su propia dinámica las elecciones legislativas no promueven la unidad de las fuerzas opositoras sino más bien su fragmentación en dos o tres polos que puedan apuntar a diferentes sectores del electorado y así acumular un mayor daño al oficialismo. De cara a las presidenciales del 2015 será otro el cantar de la dinámica política nacional, pero por el momento tanto desde el polo de centroderecha como desde la centroizquierda buscan conformar propuestas claras en su perfil ideológico para enfrentar al kirchnerismo. Es por eso que el tema de las alianzas no figuró en el Congreso del FAP: “el de las alianzas es un debate innecesario ahora, es adelantar discusiones cuando debemos fortalecer nuestra opción” afirmó Margarita Stolbizer del GEN. Se trata de la cuestión que genera mayores rispideces entre las fuerzas políticas que integran el frente.
El fantasma de la Alianza recorre el FAP podría decirse, dado que quienes aspiran a disputar la presidencia saben que la estructura partidaria de la Unión Cívica Radical es un elemento decisivo para lograr una verdadera implantación nacional de la figura de Binner. Aún cuando en determinados distritos un acuerdo con la UCR pueda ser evitado por la presión de las fuerzas que se oponen, es muy probable que en otras jurisdicciones esa alianza prospere. Hay que recordar que la provincia de Santa Fé, bastión del socialismo y cuna de Binner, está gobernada por una alianza entre el socialismo y el radicalismo.
20 ideas para 20 años
El FAP intenta mostrarse como un frente político que tiene una propuesta alternativa de país, a diferencia de otros dirigentes que priorizan la imagen personal de sus candidatos para promocionarse, como el caso del macrismo. Por eso el énfasis en mostrar propuestas de carácter estratégico, que rompan con la costumbre de proyectar de manera empírica y coyuntural la acción política.
Además, el FAP busca que su programa aparezca como el resultado de un proceso de debate y escucha de las necesidades y propuestas surgidas en una variedad de encuentros realizados a lo largo y ancho del país. Este es otro de los elementos que sobresalen en la lectura del material: un énfasis enorme en el consenso, el diálogo y la escucha, que puede ser interpretado como la respuesta de este sector progresista a los reclamos enojados de las cacerolas de la clase media.
El respeto a la Constitución Nacional es otro de los tópicos sobresalientes de su presentación. De hecho el cuadernillo contiene en sus primeras páginas la transcripción del artículo 14 bis de la carta magna. Desde luego, en este caso la defensa de la constitución sancionada por el menemismo y el radicalismo en los años 90 es la manera que encontró el FAP de oponerse a la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner, también empalmando con otro de los reclamos del 8N. Finalmente el ideario republicano está presente en las páginas del material, en defensa de la independencia de cada uno de los poderes del Estado y denunciando las “injerencias políticas enla Justicia”.
Las 20 ideas tienen que ver con la creación de una democracia participativa, la defensa de un federalismo cooperativo, la gestión transparente, la seguridad, la independencia de la justicia, un hábitat vivible, una nueva matriz distributiva, las inversiones en educación y salud, la igualdad de género, la mejora de las condiciones laborales, un modelo de desarrollo armónico, la lucha contra la primarización de la economía y el cuidado ambiental, el control estatal y la diversificación de la matiz energética, un plan estratégico de infraestructura y la integración regional.
El lector puede encontrar este material en Internet y sacar sus propias conclusiones. En nuestra opinión, en los papeles “el país del FAP” no es tan distinto al del kirchnerismo. Se trata sí, de cumplir las promesas que el kirchnerismo deja a un lado y de cambiar su estilo “populista” por una práctica política “republicana”. Pareciera que en opinión del FAP los problemas estructurales de nuestro país no tienen tanto que ver con las particulares características que toma el capitalismo dependiente en esta región sino más bien con la gestión del actual gobierno.