El martes 6 de abril se inició el juicio contra David Castillo, empleado de la familia Atala Zablah y coautor del femicidio político de la lideresa del COPINH, Berta Cáceres, el 3 de marzo de 2016. En el día de ayer, Bertha Zúñiga Cáceres coordinadora del COPINH e hija de Berta aportó su testimonio que desmiente algunas de las declaraciones y estrategias implementadas por la defensa de Castillo.
Por Maru Waldhuter y Camila Parodi
Desde el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) sostienen que “el juicio contra Castillo debe ser tan solo el inicio del proceso de juzgamiento de las personas involucradas en el crimen” sino que también “debe proseguir para quienes son sus jefes, los señores Daniel Atala Midence, Jacobo Atala, Pedro Atala y José Atala”.
El proceso judicial lleva más de 38 días de audiencias, este martes 15 de junio se presentaron pruebas aportadas por acusaciones privadas y fue el turno de Bertha Zúniga, actual Coordinadora General de COPINH. La hija de Berta Cáceres dio su testimonio en el marco de la audiencia en el que quedó reflejada la condición de lideresa social de su madre y se demostraron los ataques y hostigamientos que tuvo que enfrentar por su lucha contra el Proyecto Agua Zarca, dirigido por David Castillo. “Mi madre fue una luchadora social durante muchos años de su vida” sostuvo la joven durante su declaración. “Durante los años del 2013 hasta el 2016, ella dedicó gran parte de su esfuerzo a reivindicar los derechos de las comunidades Lenca y defensa del Río Gualcarque” afirmó. Berthita fue acompañada por las comunidades del pueblo Lenca que lucharon junto a su madre contra el avance de la empresa.
“Ella decía que le tenía más temor a las acciones sutiles de inteligencia de David Castillo que a las amenazas del sicario Douglas Bustillo”, afirmó Bertha Zúniga en su declaración. En el desarrollo de la audiencia se demostró científicamente la utilización de informantes utilizados por Castillo y la empresa DESA para controlar los movimientos de COPINH y Berta. “El COPINH siempre tuvo luchas difíciles, pero nunca tuvo un nivel de persecución, hostigamiento y violencia como con el proyecto Agua Zarca del señor David Castillo”, sostuvo la coordinadora del COPINH. A su vez, el peritaje pudo probar el incremento de las comunicaciones entre los informantes y la empresa en los meses previos al asesinato de Berta Cáceres. Tal como lo destaca COPINH el peritaje demuestra que el crimen se cometió en el marco de la defensa del Río Gualcarque encabezada por la comunidad de Río Blanco y Berta Cáceres. La empresa DESA tenía como finalidad apropiarse de las aguas para la construcción del Proyecto Agua Zarca.
Durante todo el proceso judicial la Defensa intentó dar cuenta de la existencia de un vínculo previo entre David Castillo y Berta Cáceres para descartar las acusaciones existentes. Sin embargo, el testimonio de Bertha Zúniga derrumbó esta tesis y dio cuenta del hostigamiento, vigilancia y múltiples ataques dirigidos por Castillo a Berta. Finalmente concluyó: “Cuando mi madre fue asesinada recibimos las condolencias de muchas personas alrededor del mundo, pero del señor Castillo que dicen que era su amigo nunca tuvimos ni un mensaje”.
Cabe aclarar, así como sostiene el COPINH, que la imposición de la represa Agua Zarca en el territorio de la comunidad de Río Blanco fue ilegal. No se cumplió con la debida consulta previa libre e informada que hace parte del convenio 107 de la OIT que insta a las empresas a implementar a dialogar con las comunidades,de forma que se demuestra que el único objetivo de este accionar se centraba en beneficiar a DESA. Así como sostuvo la coordinadora del COPINH en su declaración “la empresa representaba la violación al derecho a la consulta de las comunidades indígenas, la afectación de las montañas y el bosque, además del impacto social con el tema de la violencia, persecución y amenazas y principalmente afectaba el rio que es sagrado para la comunidad” y el femicidio político de Berta Cáceres se enmarca en este proyecto de usurpación y saqueos de las vidas y los territorios indígenas.
Así como lo sostiene COPINH a lo largo de la difusión del juicio, se evidencia una serie de irregularidades que confirman su lectura sobre lo ocurrido. Entre ellas, manifiestan que el testigo Ramón Rosa mintió sobre el proceso de consulta en las comunidades durante su declaración. Según él, en los procesos de “consulta” las personas firmaban estar de acuerdo con el proyecto; sin embargo, existen pruebas de la falsificación de firmas por parte de DESA para beneficiar su proyecto. Según el Art. 519 del nuevo Código Penal de Honduras, el testigo que en causa judicial falta a la verdad en su testimonio, debe ser castigado con la pena de prisión de 5 a 7 años y la impunidad con la que el testigo desafía esta ley. Este accionar da cuenta de un posible proceso de complicidad político, judicial y empresarial, y obliga a las organizaciones sociales y de Derechos Humanos a difundir y dar seguimiento a este hecho.
En su declaración, Berthita confirmó que el compromiso de su madre con la defensa de las comunidades y sus territorios en ese entonces no tenía vuelta atrás: “Ella me dijo que ella iba a llegar hasta donde las comunidades quisieran y las comunidades ya habían dicho que estaban dispuestas a morir en defensa del río Gualcarque”. Y a continuación manifestó: “En la lucha de Río Blanco, Berta Cáceres puso todo el conocimiento y experiencia que había obtenido en su vida de lucha”.
“Cuando me despedí de mi madre, ella nos dijo que no tuviéramos miedo, que en este país podía pasar cualquier cosa, pero que no tuviéramos miedo” afirmó Bertha Zúniga Caceres frente a un tribunal que representa tantos años de injusticia para Berta, su familia y su comunidad. Sin embargo, el coraje y la entereza con la que la referente asumió una nueva instancia de exposición dejó a la audiencia conmovida. A pesar de las interrupciones, suspensiones e intentos de desgaste implementados desde el sistema judicial, la justicia para Berta es un hecho y se confirma día a día en las audiencias del juicio contra David Castillo. La fortaleza de su familia y de su comunidad no permitirá que atenten contra su dignidad ni contra la historia de lucha de su lideresa.