Por Sofía Fren*
Después de 45 años, se volvieron a abrir los concursos para que se adjudiquen frecuencias de televisión. Y por primera vez en la historia, pueden hacerlo organizaciones sin fines de lucro. Así, Barricada TV llegó a presentar su carpeta. Aquí la historia de un triunfo de la comunicación popular y alternativa
La carpeta era pesada. Contenía 672 hojas recolectadas a mano; cada una significaba horas de trabajo y esfuerzo, noches sin dormir y mucha militancia. Eran dos tomos: en el primero, Barricada TV explicaba por qué está en condiciones de operar una licencia de Televisión Digital Abierta, montando la infraestructura para llevar a tres licenciatarios más. La otra demostraba el arraigo que el canal construyó en los cinco años que lleva en el aire, con más de 250 cartas de apoyo para que un canal alternativo, popular y comunitario lograra explotar una frecuencia para toda la Ciudad de Buenos Aires. La propuesta se encuentra ahora en la Autoridad de Servicios de comunicación Audiovisual (AFSCA), lista para ser evaluada por técnicos y jurados.
Los medios alternativos y populares
La historia de los medios alternativos y populares en Nuestra América puede rastrearse hasta los años de la lucha por la independencia, cuando Simón Bolívar cargaba una imprenta en una mula, porque sostenía que la prensa es la artillería del pensamiento. Pero fue en los años sesenta y setenta, al calor de las insurrecciones que comenzaban a desatarse en todo el sur del continente, cuando empezó a pensarse más sistemáticamente en la importancia de que los pueblos construyeran sus propios medios de comunicación.
La Argentina hizo lo suyo en esos años y acumuló una vasta experiencia. En los ochenta y noventa se consolidó el sistema privado de medios, con una fuerte preponderancia del capital extranjero. Desde 1980, con el decreto ley 22.285, quedaban excluidas e ilegalizadas las experiencias que no respondieran a los intereses del mercado. Fueron los años de los decomisos y del volver a arrancar de cero. Pero las organizaciones no se dieron por vencidas, siguieron creando sistemas de comunicación cada vez más sofisticados. Así fueron apareciendo las primeras televisoras alternativas, que se sumaron a las luchas que venían llevando adelante las radios populares, denominadas piratas o truchas por los grupos empresarios para descalificarlas. La pelea por la democratización de la comunicación, por una nueva ley de medios y por arrancarle al Estado una cuota de legalidad que les permitiera funcionar a las emisoras sin fines de lucro dio sus primeros pasos en esos años, resistiendo la persecución estatal.
Barricada TV tiene sus antecedentes en las transmisiones experimentales realizadas en el pos 2001, de la mano de los movimientos de trabajadoras y trabajadores desocupados, cuando el debate de cómo enfrentar los violentos e interesados estereotipos propagados por las empresas periodísticas cobró particular relevancia. La idea consistía en colocar un transmisor en los barrios para que los vecinos y vecinas se vieran representados de otra manera. Pero la TV itinerante no era suficiente para combatir esos discursos, no alcanzaba con que los compañeros y compañeras que estaban en el piquete se vieran ellos mismos en otra pantalla y lo hicieran durante una tarde; era necesario que ese mensaje llegara a todos y poder sostener la experiencia en el tiempo. Con ese objetivo se montó Barricada TV y qué mejor lugar para hacerlo que la primera fábrica recuperada en el país, IMPA (Industria Metalúrgica y plástica Argentina).
El triunfo de una televisión hecha desde abajo
En 2009 se sancionó la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que representó, con algunos matices, la larga pelea de los medios alternativos y comunitarios por la democratización de la comunicación. En ella un 33 por ciento del espectro queda reservado para los sin fines de lucro. Aunque la definición por la herramienta legal utilizada para funcionar (y no por objetivos o forma de funcionamiento) es incómoda para estas experiencias, muchas encontraron ahí la esperanza de conquistar un espacio de legalidad que les permitiera lograr un alcance masivo, fundamental si lo que se busca es dialogar con la sociedad para generar consenso sobre la transformación social. Luego de cuatro años y tras varias marchas y reclamos, el Estado avanzó con una serie de autorizaciones precarias a canales de televisión analógica de baja potencia, entre ellos Barricada TV, organizada en el Espacio Abierto de Televisoras Alternativas. Fue la primera vez en la historia de la radiodifusión argentina que se autorizaron canales sin fines de lucro y, dentro de estos, una televisión alternativa, popular y comunitaria. El Espacio leyó esta autorización como un paso en el camino de la legalización, que seguía siendo el objetivo estratégico: que la ley de medios se aplicara de manera efectiva y total, reconociendo a todos los medios comunitarios, avanzando en la desconcentración y garantizando otro paradigma de la comunicación basada en los derechos y no en las ganancias.
Por eso, cuando este año el Boletín Oficial publicó la convocatoria para los concursos en Televisión Digital Abierta en ocho ciudades del país, Barricada TV convocó a organizaciones políticas y sociales, sindicatos, referentes, asociaciones vecinales, organizaciones de DDHH, académicos, medios populares y contraculturales para explicar en profundidad la potencialidad de los desafíos que se abrían, y para que hicieran suya esta pelea por instalar en el aire, en toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una pantalla comprometida con la clase trabajadora y el pueblo.
Una tras otras iban llegando a la carpeta las 672 hojas con avales, cartas de apoyo, declaraciones de interés, en una apuesta colectiva por una televisión hecha desde abajo. Una tarea difícil pero realizable, gracias al esfuerzo militante de todas las personas que colaboraron. El día de la presentación de la carpeta en las oficinas del AFSCA la caja pesaba, pero el peso no era en kilos únicamente. Pesaba el esfuerzo de generaciones que por décadas pelearon por la comunicación popular, pesaba el trabajo de todos los compañeros, compañeras y organizaciones que apoyaron y apoyan este proyecto. Pesaba el sentido de la responsabilidad con los trabajadores y trabajadoras, con los sectores populares y con los medios alternativos; pesaba la convicción irrevocable de hacer lo que hay que hacer para empezar a conquistar, de una vez por todas, reivindicaciones que llevan más de doscientos años de historia.
* es parte de Barricada TV