Autor: Marcha

Conocer historia es imprescindible para quienes quieren protagonizar cambios profundos. Quienes hemos tenido el privilegio de conocer algunas revoluciones podemos advertir que el conocimiento previo de los revolucionarios nunca fue completo. Algunos andaban flojitos en cuestiones de política internacional, otros en cuestiones de género, no faltaron tampoco los que hubieran sacado notas muy bajas en economía, o en cuestiones de la valoración de la Naturaleza, pero en todas las revoluciones que conocí, los hombres y las mujeres que las lideraron, tenían un conocimiento riguroso de la historia nacional y de su continente. En otras palabras, los analfabetos en historia no hacen revoluciones.

Si por un momento diéramos crédito a las acusaciones de pertenecer a grupos armados contra prestigiosos y respetados líderes sociales (o, en ocasiones anteriores, contra reconocidos académicos o defensores de derechos humanos), ¿eso no legitimaría a las guerrillas? Un método inconsistente, cada vez más ineficaz.