Por Emiliano Scaricaciottoli. Subgénero del heavy metal bastardeado y parodiado por su propuesta visual, auditiva y lírica, pero que golpea con fuerza en los rincones más crudos de nuestra nación. Mal Karma, ejemplo de resistencia.
Un rostro, una boca, unos ojos, una mente, un filo, un elemento punzante: borrarle la faz al ser. Lo siniestro no es sólo aquello que nunca debió salir a la superficie, es aquello que atraviesa la superficie. Detrás de los tópicos estigmatizados del death metal (banalizado en asesinos seriales y un universo gore, por momentos hasta gracioso), Mal Karma supo revitalizar el sub género metalero y territorializarlo. De Tandil para todo el mundo.
-¿Cuál es el origen de la banda? ¿Cómo arrancó todo?
-Si bien no tenemos mucho tiempo de conformados como Mal Karma, hace bastante tiempo que nos conocemos entre nosotros. Mal Karma comienza a dar sus primeros sonidos a inicios del 2011, pero de esa época solo continuamos con el Duende. A medida que se consumía el invierno pasado, Mal Karma resurgía, logrando una formación estable y… ¡una notable armonía! De esa manera comenzó un nuevo período de composición, gestándose así nuestro primer demo. Actualmente seguimos componiendo temas con la idea de poder grabar el año que viene.
-¿Qué significa para ustedes hacer metal desde Tandil? ¿Cómo es el circuito allá?
-La música para cada uno de nosotros es un factor importantísimo en nuestras vidas. Poder hacer lo que nos gusta, expresarlo y que llegue a alguien es muy gratificante. Hubo períodos acá, en la ciudad, en que era muy difícil poder conseguir un lugar para tocar y más aún para el estilo que hacemos nosotros. Por fortuna nuestra y de todos lo que aprecian este estilo de música, esto ha cambiado y hoy en día existe el lugar en el cual se le da la oportunidad al metal extremo de explayarse.
-En cuanto a la primera producción homónima que han sacado, observo una influencia marcada del Death Metal, y algo de Grindcore. ¿Comparten?
-En el sonido de Mal Karma se pueden apreciar las diferentes influencias musicales de cada uno de nosotros, pero fundamentalmente sí, nuestras bases están arraigadas más profundamente en el death metal.
-¿Qué temáticas abordan en las letras, desde qué lugar escriben o qué problemáticas les interesa abordar?
-El nombre de la banda tiene relación con la existencia de la humanidad. Las letras se nutren de esas acciones negativas, inherentes a la especie: el morbo, la destrucción, la muerte, entre otras variables del pseudo-racionalismo, que son el basamento y que puede estar explícito en mayor o menor proporción en cada tema de Mal Karma.
-Hay un juego interesante con las imágenes (el logo de la banda, por ejemplo), ¿qué lecturas hicieron o qué mensaje intentan transmitir en el plano visual?
-La creencia popular está inmersa en un dogma que se ahoga en sus propios jugos. Antiguamente ciertas culturas tenían adoración, creían en la energía que residía en cráneos de chivos y/o carneros, los que representaban principalmente protección, virilidad, entre otras cosas. Con la llegada de nuevas creencias todo eso fue demonizado y perseguido. Este dogma inmerso en hipocresía siempre ha buscado limitar nuestros verdaderos instintos, cuestionando la mayoría de los actos, dominando a las masas infligiendo temor. En nuestra concepción aceptamos la energía residente en todos los elementos naturales, en la fuerza de la naturaleza por sobre el intelecto, esa supuesta superioridad y capacidad que, al paso que vamos, solo nos guía a la destrucción de todo.
Para comunicarse con la banda, seguilos en:
https://www.facebook.com/mal.karma.tandil?fref=ts