Casación Penal ratificó la condena contra Cristian Aldana y aumentó la pena a 25 años de prisión por el delito de corrupción de menores reiterado, un fallo que es producto de la lucha de más de 10 años. Dialogamos con une de sus denunciantes, quien repasa los apoyos y la importancia de no callar nunca más.
Por Laura Salomé Canteros @laurasalome
“Aumentaron la condena, tomaron los casos prescriptos, el proceso de cierre se acerca. Escucharon nuestros pedidos, hicimos jurisprudencia colectiva, seguimos tejiendo la historia por una vida sin abusos”. Con estas palabras y desde sus redes sociales, Ariell Carolina Luján, une de les denunciantes de las violencias sistemáticas del ex músico Cristian Aldana, comunicó que la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional emitió su fallo y comienza la reparación de las personas sobrevivientes.
Hoy, y ante el planteo de nulidad efectuado por los abogados de Aldana el pasado 29 de junio de 2022, la Sala I de Casación Penal -integrada por los jueces Gustavo A. Bruzzone, Jorge Luis Rimondi y Mauro Divito- , resolvió rechazar y condenarlo, en definitiva, a la pena de 25 años de prisión como autor penalmente responsable del delito de corrupción de menores reiterado en seis oportunidades. La novedad judicial se da a tres años y un día de su condena que no estaba firme y resultó en un aumento de su encierro ya que fueron consideradas dos denuncias en perjuicio del fallo de 2019.
Dialogamos con Ariell quien nos regaló sus primeras impresiones de otro día histórico.
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– ¿Cómo definirías la lucha que dieron y porqué la tenemos que reivindicar más que nunca?
La definiría como ardua, paciente, feroz, y llena de amor colectivo. Un crecimiento personal muy enorme, un desafío de cada une de nosotres, para afrontar todo lo que significa “no callar más”. Nunca pensé que luego de levantar esa pancarta en el sur, con esta proclama tan mágica y poderosa “No nos callamos más”, iba a suceder todo lo que sucedió. No son logros personales, son y siempre fueron colectivos. Y en lo personal, le dedico con mucho amor este logro de lucha por la verdad y la memoria anti abuso a mi hermana, por ella levanté esa pancarta, fue fundamental para construir la fuerza y seguir levantando la voz hasta el final.
La lucha la tenemos que reivindicar con memoria, fortaleciendo las redes, con información útil y real. Apoyando a sobrevivientes, ex víctimas y víctimas, a quienes deciden escrachar, denunciar o solo decírselo a una persona. Construir eso que han intentado arrebatarnos y convertirlo en activismo afectivo, por una vida sin abusos, una sociedad no revictimizante y un mundo no patriarcal.
– A pesar de las dificultades, ¿Quiénes te acompañaron y cuáles son esas discusiones que te hicieron más fuerte?
Me acompañó mi abogada Gabriela Conder, que me defendió de una manera muy amorosa y como una fiera activista gross y genial. Solo tengo palabras de agradecimiento con ella, por su dedicación, activismo, cariño, compromiso. Y luego, mis compañerxs denunciantes, mis amigxs, mi familia, mi terapeuta, y yo misme, me agradezco construir resiliencia, ante todo. Confío, en que el mundo macho está cayendo.
Y sobre la discusión, es siempre política, y la decisión y la diferencia, siempre, es no callar más, ningún tipo de abuso. Eso significa, no encubrir, no sostener, no reproducir abusos. Es una labor de todos los días, porque nos atraviesan las violencias, pero es una elección corrernos y repararnos.
– ¿Ahora qué sigue?
Sigue la reparación histórica y estoy escribiendo un proyecto de ley al respecto e invito a que se sumen ya que vamos a necesitar ayuda y colaboración de todes para que sea una realidad y estoy dispuesta a dejar ese registro por las niñas y adolescentes que fuimos y por les que vienen. Elles no merecen un mundo donde te violan, te abusan, te golpean, te acosan o te matan. No queremos y no somos parte del mundo macho y sus reglas. Por esa decisión, por esa elección que nos sitúa en otro lugar, en otros roles, sé que es posible. Nuestros mundos sin abusos existen y los elaboramos y los labramos día a día para romper el paradigma opresor de la cultura de la violación.
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Si bien hoy se cierra una etapa, la definición política de interpelar a los poderes sigue viva. Tras más de 10 años de organización y proceso judicial, la revictimización sobre las personas denunciantes de las violencias que ejerció Cristian Aldana requiere un nuevo nivel de responsabilidad institucional y vale para todes: la de la efectivización de una reparación histórica a sobrevivientes de abusos sexuales en la infancia. Para esto, Ariell abrió un canal de recepción de aportes al proyecto de ley que está redactando. Le pueden encontrar en Instagram @ariellcarolina o a su mail: ariellcarolinalujan@gmail.com
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