Entrevista exclusiva con Antonio García, primer comandante del Ejército de Liberación Nacional -ELN.
Esta entrevista es un trabajo colaborativo de Marcha Noticias , Desinformemos de México, La Tizza de Cuba, Peoples Dispatch de Estados Unidos, Brasil de Fato de Brasil, Kaos en la red de España, Liberación de Chile, Resumen Latinoamericano de Argentina, En la Pirqa de Bolivia y Colombia Informa. A continuación presentamos la primera parte de las declaraciones realizadas por el dirigente de dicho grupo insurgente y los analisis y expectativas de paz que se abren para Colombia.
LT: Recientemente el 4 de julio, se conmemoró el 58 aniversario del surgimiento del ELN. ¿Cuáles son los recuerdos que le vienen a la mente sobre esos orígenes? ¿Qué causas sociales explican el surgimiento de la guerrilla? ¿Cuáles son las razones personales que le hicieron entrar a la guerrilla?
Antonio García: Las dolorosas experiencias de construcción de guerrillas revolucionarias que acompañaran las luchas del pueblo luego de la violencia. La oligarquía liberal-conservadora, para superar la violencia realizó varios pactos en 1957, que fueron puliendo hasta definir el Frente nacional. En mayo de 1958 se hicieron las elecciones y el 7 de agosto se posesionó el primer presidente; a partir de ahí se turnarían el gobierno cada cuatro años. Las guerrillas liberales fueron engañadas y traicionadas en una negociación que sólo buscó su desmovilización.
Luego vino una etapa de ensayos en la construcción de guerrillas apoyándose en los residuos o grupos que habían quedado de la violencia o de las guerrillas liberales, donde varios dirigentes rebeldes fueron asesinados por esos mismos bandidos como parte del plan de la oligarquía, como fueron los casos de Federico Arango Fonegra y Antonio Larrotta.
Una nueva guerrilla revolucionaria e independiente de la influencia oligárquica debía nacer como producto de la reflexión de estos errores. Fue la tarea que asumieron dirigentes de la juventud rebelde, que se juntaron con el movimiento de los trabajadores petroleros de Barrancabermeja, los estudiantes de las universidades y de guerrilleros que no quisieron amnistiarse y que habían luchado bajo el mando del guerrillero liberal de Santander Rafael Rangel Gómez. Estos tres componentes parieron el primer frente guerrillero rural que marchó por primera vez el 4 de julio de 1964, pero ya la guerrilla urbana del ELN también había incursionado un mes antes apoyando las causas populares.
Las causas del surgimiento de la rebelión armada son de naturaleza social y política. Las primeras son las injusticias en las que están sumidas las mayorías nacionales, producto de un sistema político que favorece a una élite, que vive mejor, a causa de la pobreza de la mayoría; es la élite que ha gobernado al país por siglos, que usa el poder político, militar, jurídico y mediático para imponer su voluntad en favor de los grupos de poder económico alineados con los intereses norteamericanos; para eso excluye políticamente, persigue, judicializa y mata; de ahí nacen sus políticas y prácticas de donde sale lo real: los presos políticos, exiliados, desplazados, torturados, masacrados, desaparecidos y el genocidio. Unas realidades negadas por los gobiernos como los presos políticos y otras sólo hacen parte de fríos números en las estadísticas.
En una lucha de esta naturaleza, no pueden haber razones personales, es igual en todas las personas del pueblo, uno se va encontrando en su propia vida con esta realidad, lo ve en otros y en otras, el dolor y el sufrimiento; la necesidad en cada rostro y en cada casa; en las ciudades y los campos. El ser humano es por naturaleza un ser social, de esa comprensión nace la pertenencia a una colectividad y por tanto un compromiso por un destino común: no aceptar las injusticias en las comunidades y hacer parte de la construcción de un futuro más feliz para todos.
Desde muy joven fui dirigente estudiantil en mi colegio y estuve comprometido junto con otros jóvenes en la lucha por las reivindicaciones de estudiantes, campesinos y pobladores en Mocoa, mi lugar de origen a principios de la década del 70; luego seguí la lucha estudiantil y popular en la Universidad industrial de Santander; en esas mismas luchas, en esos mismos lugares, en los barrios populares me encontré con otros muchos compañeros con quienes terminamos identificándonos con las aspiraciones del pueblo y vimos que la mejor opción era vincularnos al ELN y lo buscamos, antes que ellos nos buscaran.
LT: Cuando nos acercamos al pensamiento latinoamericano autóctono nos encontramos con un pensador profundo como Camilo Torres. Quien logra percatarse, por medio de sus análisis, que las clases dominantes impedían cualquier posibilidad de cambio por medios «pacíficos». ¿Cuál es el lugar de Camilo Torres en la guerrilla del ELN? ¿Cuál es el significado que tiene para las luchas populares de Colombia? ¿Cuánto se estudia de su pensamiento hoy en los movimientos populares?
AG: Camilo Torres está en el mismo origen del ELN, pues cuando el ELN está en su primer año de existencia, Camilo también está en la construcción de un gran movimiento político que se llamó Frente Unido, recorrió campos y ciudades; en ese encuentro con la gente fue construyendo su programa, igual lo hacía el ELN; en ellos hay una gran identidad en los propósitos estratégicos. Camilo llegó a dicho programa en la lucha política amplia, pero es perseguido por el Estado y excluido por la jerarquía de la iglesia Católica, las puertas de la legalidad se van cerrando, y en esa misma medida Camilo se va acercando al ELN, y al final se va con quien se identifica.
Camilo era el principal dirigente político de Colombia, se une a una guerrilla revolucionaria, al hacerlo, está marcando un horizonte para las grandes mayorías excluidas, de ahí en adelante habrá una juntura, entre lo que venía construyendo Camilo en el pueblo y las guerrillas del ELN. Pero además de eso, para refrendar esa identidad, Camilo llegó al ELN convencido que debía ser un Jefe guerrillero, que debía prepararse para ir a crear otros frentes guerrilleros a otras regiones del país, de ahí en adelante eso quedó claro en la conciencia de las generaciones de nuestra guerrilla. Camilo está en el corazón y esencia del pensamiento del ELN, por eso tiene el más alto reconocimiento como uno de nuestros tres Comandantes en Jefe.
El significado para las luchas populares, Camilo lo dijo muy claramente en sus mensajes a todos los sectores y al pueblo colombiano, en sus llamados a la necesidad de la unidad para la lucha; en no quedarse sólo en la lucha reivindicativa y construir caminos para llegar al poder político; que en la lucha hay que perseverar, que ella es larga y por eso hay que empezar cada día con nuevas energías; y sobre todo, que en una lucha del pueblo los dirigentes deben estar comprometidos hasta el final.
Sin duda que Camilo es un referente de lucha para todo el campo popular; muy seguramente se estudia y se lee su pensamiento; pero lo que ha acontecido en estos tres últimos años de lucha del pueblo colombiano, evidencian que están impregnados de su vocación, energía y entrega por la Colombia con la que él soñó.
LT: En una ocasión el Comandante Manuel Pérez, habló de cómo la guerrilla debía hacerse cuerpo en el pueblo. ¿Cuáles son los elementos que caracterizan al ELN en esa búsqueda de unidad del movimiento político con las masas? ¿Fue siempre así o es parte de un proceso de aprendizaje a lo largo del tiempo?
AG: Cualquier forma de organización en una sociedad, es regulada por la experiencia a lo largo de su historia; su nacimiento tiene unas causas, unas razones que son originadas por las circunstancias de vida; igual su desaparición, cuando ya no es necesaria o cuando hay otras formas superiores de organización o las circunstancias son otras distintas a las que originaron su nacimiento.
El ELN nació como una organización político-militar, y sigue teniendo ese mismo carácter, sólo que ha ido evolucionando. En los primeros 10 años, el ELN estuvo sometido a permanentes operaciones militares y su acción política en relación con las masas se vio afectada por la represión inclemente de los militares, campos de concentración, campesinos amarrados en helicópteros eran llevados por los aires para intimidar a sus comunidades, torturas y otro sinnúmero de barbaridades, como lo enseñan los manuales de contrainsurgencia. Esas operaciones rompieron el tejido social de las áreas por donde se movía la guerrilla; esto conllevó a que la guerrilla se inclinara más por la operatividad militar para evitar que las gentes fueran afectadas.
Junto a lo anterior, también existía un pensamiento que le daba más peso al papel dirigente de las organizaciones políticas o guerrilleras, se catalogaban de vanguardia. Se cometieron errores dándole más peso a la guerrilla que a las masas, si bien eso podía estar en la visión que se tenía, las circunstancias operacionales terminaron imponiendo esa dinámica.
Con el tiempo vino la reflexión, el aprendizaje de otras experiencias, tanto del país como de otras latitudes. Ese proceso de reflexión y cambio lo lideró el Comandante Manuel Pérez, se abrieron nuevas experiencias y aprendimos que más que dirigir se trataba de acompañar las luchas del pueblo. Esto quería decir que estando junto al pueblo en sus vidas, en sus comunidades, se construye futuro, y también debe acompañarse sus luchas, para eso se requiere estar un paso adelante de las masas, pero no más que uno; para poner el pecho, para romper y enfrentar los peligros; para eso hay que estar un paso adelante; no para tener o exigir privilegios; si te vas más de un paso te alejas y te quedarás sólo.
LT: ¿Cuál es la concepción política del ELN, su estrategia de lucha, la visión que poseen del socialismo, de poder, y de qué fuentes teóricas y prácticas históricas se nutren para alimentar su concepción de lucha?
AG: La concepción política del ELN está fundamentada en que la historia, donde las transformaciones las hacen los pueblos. A lo largo de la historia universal, en un tiempo determinado, se han juntado: circunstancias, capacidades en una fuerza político-social, y un ideario de cambio. La estrategia del ELN se orienta y trabaja en estos tres campos, para construir un nuevo régimen político capaz de democratizar el país, darles participación a las mayorías para realizar los cambios para una Colombia distinta, más justa, más equitativa y feliz. Desde luego que el ELN le apuesta a la construcción de una sociedad pos-capitalista, pues el capitalismo es tan sólo un momento en la historia de las sociedades; muy seguramente habrá una sociedad con un orden social diferente que se llama Socialismo y otros pueblos han intentado y seguirán intentando construirlo. Así como los esclavos soñaron con un mundo sin esclavos, cosa que hoy es casi realidad.
Todo ideario es una guía para la acción, tiene unos horizontes de futuro que nacen de la experiencia de la humanidad y de su reflexión en cada lucha cotidiana para hacer posible una ruta que nos conduzca a esos objetivos; así se hace en la vida diaria, igual es en la lucha de los pueblos.
El ELN, si bien se alimenta del pensamiento surgido de la experiencia de la lucha de los pueblos del mundo, también se nutre de la propia experiencia de lucha del pueblo colombiano y latinoamericano, de sus gestas libertarias e independentistas. En el ELN, la historia se vuelve pensamiento y luego acción. Somos parte de los Movimientos de Liberación Nacional, por tanto Marxistas, Bolivarianos, Guevaristas y Camilistas. Estamos por un nuevo tipo de Nación, no por la Nación-Estado propia del capitalismo, sino por la Nación Social, que reivindique al ser humano, la vida y la naturaleza. Una Nación donde prime la sociedad y no el Estado, y es quien debe garantizar el bien social.
LT: A su juicio qué relación debe existir entre la concepción de paz y justicia social. ¿Puede haber paz con capitalismo? ¿Cuál es su valoración de la violación sistemática de los Acuerdos de Paz que fueron suscritos en la Habana?
AG: La paz, en la historia se ha asociado a un tiempo antes o después de una guerra; como si esos tiempos de «paz» fueran mejores para toda una sociedad concreta, para todos sus integrantes. Muchas veces se ganaron o se perdieron guerras y no por eso los pueblos lograron vivir mejor; y eso que son los pobres quienes colocan siempre la fuerza combatiente.
La paz no siempre está asociada a la justicia social y el bienestar de la sociedad, por lo general sólo se asocia a la ausencia de confrontación armada; y sucede todo lo contrario, por cuanto se han erigido regímenes autoritarios para beneficiar élites económicas y políticas que usan el poder para seguir enriqueciéndose, en ese contexto sectores de la sociedad se ven obligados a alzarse en armas, pues no hay otra opción para lograr los cambios que favorezcan a las mayorías empobrecidas y excluidas.
La naturaleza del capitalismo es la explotación del trabajo, de los trabajadores; las máquinas o las materias primas solas no producen riqueza, por eso necesitan a los trabajadores. Cuando el Capitalismo se ve amenazado se abre a reformas o pactos, como aconteció al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se avino a un capitalismo social, o de bienestar en Europa; pues se sentía amenazado por el avance del socialismo en Europa del Este. Pero cuando se desintegró la URSS, a finales de los 80, se acabó el pacto entre el capital y el trabajo; se acabó el capitalismo de bienestar, y se abrió el paso al neoliberalismo brutal. El capitalismo se negó a avanzar por la vía de los acuerdos con el trabajo para crear una sociedad más equitativa. Hoy tenemos sociedades y países quebrados, conflictos sociales y políticos en todos los continentes y el llamado primer mundo también ha sido tocado por las explosiones sociales. Ha quedado claro que sin luchas no habrá justicia social.
Sobre la negociación del gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc, que culminó en 2016; me es difícil responder en la medida que he sido crítico de lo que aconteció, tanto de los acuerdos como de la forma como se hizo. Sólo hago esta reflexión: ¿se puede estar seguro que la contraparte cumplirá los acuerdos?; lo correcto sería poder dilucidar esta duda metodológica; si no se hizo, la culpa es de quien negocia así, pues en este tipo de procesos no se puede obrar de buena fe, pues está en riesgo la vida de mucha gente. Que siga muriendo gente que participó en un acuerdo de paz, interroga más a quien está en el poder.