Por Daniel Sticotti
Ante un contexto complejo de amenaza de demolición por parte del Gobierno de la Ciudad, el Centro Educativo Isauro Arancibia para pibes y pibas en situación de calle redobla la apuesta y reinagura su espacio. En dialogo con Marcha, Susana Reyes fundadora y referente del espacio reflexionó sobre la situación.
El Centro Educativo Isauro Arancibia (IA) es un espacio para pibes y pibas con experiencias de vida en calle, allí desde el año 1998 abre sus puertas con distintas propuestas pedagógicas, actualmente más de trescientos pibes y pibas transitan por cursos primarios y secundarios como así también talleres, emprendimientos y espacios de recreación. Desde el año 2014 el Centro se encuentra en conflicto con la gestión PRO del Gobierno de la Ciudad que pretende demoler el edificio para prolongar el Metrobus.
En un contexto confuso de promesas y amenazas de demolición, el Centro se propuso en el año 2015 la construcción y reinaguración del espacio en las condiciones que los pibes y las pibas se merecen, por eso este viernes realizarán una actividad junto a distintas organizaciones para defender el edificio, visibilizar la lucha y celebrar la existencia de la escuela. Marcha dialogó con Susana Reyes quien funda el Centro Educativo en sus inicios para comprender mejor la situación.
-¿Cuál es la motivación por la que se funda el Centro?
El Centro Educativo Isauro Arancibia abre sus puertas en el año 1998, en un contexto de pleno neoliberalismo que dejo sin trabajo a muchas familias y a muchos chicos y chicas boyando en la calle.
-¿Con que población se trabaja y que acciones se llevan adelante desde el IA?
La mayoría de los jóvenes que vienen al Isauro a estudiar son jóvenes a quienes se les han vulnerado todos sus derechos, muchos de ellos viven en situación de calle bajo la calle Paseo Colón que es techado. El eje principal del trabajo dentro del Isauro es la educación primaria de adultos, y a partir de ahí se fueron generando otras instancias a partir de las necesidades que traían los estudiantes, por ejemplo se abrió un jardín maternal porqué venían las jóvenes o los jóvenes con sus hijos e hijas, se abrieron talleres de arte y oficio y a partir de esos talleres surgieron emprendimientos como el de la revista “La Realidad sin Chamuyo”, que se redacta hace 10 años y es una forma de vivir a partir de la venta de la revista.
También el emprendimiento de costura donde hacen bolsas ecológicas, que se llaman eco-bolsos. El emprendimiento de panadería y el de bicicletería en el que ellos y ellas arman, reciclan, pintan, filetean bicicletas. Eso es lo que se hace en la actualidad. También ahora hay un secundario, un FINES, y una escuela de niños de menores de 14 años, hay un grado de nivelación que depende de otra escuela pero que funciona en el Isauro Arancibia.
-¿Cómo caracterizan las ranchadas de la ciudad desde una perspectiva feminista y como acompañan las historias de las pibas en ese contexto?
En las ranchadas se reproduce el sistema patriarcal que padece toda nuestra sociedad, las chicas son las que sufren mayor violencia y las niñas más aún. En la escuela trabajamos las cuestiones de género desde hace varios años, tenemos un grupo de reflexión para mujeres y otro para pibas más chicas, también generamos un grupo de varones para construir una nueva masculinidad. Todo esto es un reflejo de lo que pasa en la sociedad, no es ajeno.
– ¿A raíz de qué surge el conflicto que mantienen con el GCBA?
El conflicto con el gobierno de la ciudad surge a partir del año 2014 donde nos dicen que quieren tirar abajo la escuela por la traza del Metrobus. Ese año fue un año de muchas luchas, de defensa del edificio, muchas actividades con los pibes. Y finalmente en Diciembre nos dijeron que la traza iba a ir por otro lado y que la escuela no se iba a tirar por la traza del Metrobus. Empezaron las obras de remodelación de la escuela ya que tenían destinado 14 millones de pesos para refaccionarla, la legislatura porteña había destinado ese dinero por la venta de los edificios de las Catalinas.
– ¿Cómo se encuentra el conflicto hoy?
En el 2015 comenzaron las obras de reparación de la escuela, durante todo el año pasado y principio de este año. Finalmente nos entregan la escuela terminada y junto con las llaves de las nuevas aulas nos dicen que reflotaron el proyecto del Metrobus y que bueno, lamentablemente parte de la escuela va a ser destruida, justamente las aulas. Ese es el conflicto que hoy tenemos, la propuesta que nos hacen es que la mitad de la escuela quedé en este edificio y que la otra mitad vaya a otro, cosa que a nosotros no nos parece bien porqué este es un solo proyecto educativo y no tiene sentido dividir la escuela en dos.
– ¿Que acciones piensan llevar adelante?
En este momento estamos preparando con el Isauro la reinauguración, se han invertido 14 millones de pesos, hay pisos que ni siquiera llegamos a transitar y ya nos están diciendo que van a tirar abajo parte de la escuela. Nosotros como ciudadanos defendiendo un dinero que es de la sociedad, como maestros defendiendo la educación de nuestros pibes, y sobre todo dando valor a la palabra, porqué hace un año y medio vino aca un funcionario, Carlos Regazzoni, que era subsecretario, y les dijo a los pibes “No va a pasar el Metrobus, empezamos las obras de remodelación”. Ahora hicieron las obras de remodelación y nos vuelven a decir que va a pasar por el Centro, o sea, Carlos Regazzoni dejo firmado en el libro de actas que el Metrobus no iba a pasar por el Isauro, que la escuela no se iba a tocar, en palabras de la misma gestión, y la palabra no se mantiene.
Nosotros queremos que se mantenga y se valore la palabra como nosotros le decimos a los pibes, nosotros vamos a defender la educación pública, nuestra pedagogía, nuestra escuela y sobre todo al derecho que tienen los pibes. Ellos que viven de una manera nómade, de aquí para allá, sin un techo donde abrigarse, encontraron en la escuela el lugar donde aprender a decir su palabra, donde aprender con el otro, donde aprender un oficio. Y este es el lugar que ellos quieren, el lugar que ellos eligieron para estar y para hacer pie y salir, imaginar un proyecto de vida distinto. En eso estamos y el Viernes reinauguramos con muchas organizaciones sociales, instituciones del barrio, y vamos a hacer un gran festejo celebrando con el barrio la existencia de la escuela.
– Analizado la nueva coyuntura con el gobierno de Cambiemos conduciendo la ciudad, provincia y nación, ¿entienden que esto significaría un retroceso en las políticas públicas en relación a la niñez vulnerada?
Actualmente con este gobierno vemos un gran retroceso, la ausencia total del estado, la niñez absolutamente abandonada, el desprecio y el ninguneo hacia el pibe que vive en situación de calle, que pasa noches desgarradoras y que al día siguiente se tiene que levantar y viene a la escuela a estudiar. Todo eso a nosotros nos perjudica enormemente, pensamos que tiene que haber una defensa, una resistencia a todo esto, que es lo que estamos haciendo desde el Isauro, porqué realmente hubo maltrato hacia nuestra escuela, y en realidad, es hacia los pibes pobres estigmatizados por la sociedad.
-¿Y creen que les perjudica está avanzada PRO entendiendo la situación que atraviesan hoy con el gobierno de la ciudad?
Ultimamente lo que notamos es que hay mayor cantidad de gente en calle, mayor cantidad de familias en calle, hay muchos de estos hoteles conveniados con la Ciudad que están desalojando a las familias y por lo cual las familias vuelven a la calle con sus hijos. La niñez en donde se ve con más crudeza las políticas neoliberales que se van agravando con el paso de los años, en el IA tenemos un grado de nivelación al que llevan chicos en muy malas condiciones, altos niveles de consumo desde muy pequeños, creemos que hay un gran abandono del estado, no hay políticas destinadas hacia estos niños, como un regreso a los años ’90.