La vuelta del fútbol masculino argentino es la excusa para este ida y vuelta con Ángel Cappa. La pandemia y las desigualdades sociales, también, siempre en la mira del ex director técnico.
Por Gabriel Casas
Hola Ángel,
¿cómo estás? Espero que bien tanto vos como tu familia.
Te escribo para hablar sobre el fútbol argentino, ahora que volvió en medio de la pandemia. No sé qué podrás ver de los partidos por la diferencia horaria con Madrid.
Empiezo con los mamarrachos habituales de la AFA. Este torneo se organizó casi sobre la marcha. Se decidió armar seis grupos de cuatro equipos por los 24 participantes. Eso es lógico. Sin embargo, se eliminaron los clásicos por sugerencia de Boca y River, por la zona de grupos inicial. O sea, los cabezas de serie son los cinco grandes y Vélez. Si se daba en el sorteo que compartían el grupo San Lorenzo y Huracán o Estudiantes y Gimnasia de La Plata, el bolillero daba marcha atrás y pasaba a elegir a otro club. Además, toda la polémica que se armó sobre la postura de River de querer jugar en su predio de Ezeiza para no sumar el gasto del alquiler. El denominado River Camp. Recién el día anterior a la noche, con el club de Núñez ultimando las refecciones y con el visto bueno de Claudio Tapia, el presidente de la AFA, y del Aprevide (el organismo de seguridad), Marcelo Tinelli, en su rol de presidente de la Superliga, informó que no se podía jugar ahí. Tinelli no debe haber tomado la decisión solo porque ya se habían hecho públicas declaraciones de otros presidentes de instituciones sobre que sería algo injusto respecto del resto de los clubes. En definitiva, a River nadie lo obligó a hacer refacciones en el estadio Monumental para quitar la pista que lo rodea y aumentar la capacidad de su estadio con más tribunas. Y entonces, hubo que reprogramar el partido de River del domingo al martes y que alquile la cancha de Independiente, donde también hace de local en la Copa Libertadores.
Ahora, te voy a hablar del juego en sí, lo más placentero. Como el año pasado eliminaron los descensos, los equipos se han llenado más rápido de oportunidades para los juveniles de inferiores. Y los partidos suelen ser más rápidos (o frescos) con esas incorporaciones. Se están viendo más pibes con un futuro prometedor. También en eso influye la mala economía de las instituciones que no pudieron sumar tantos refuerzos por ese motivo. Hay más goles de los habituales.
Respecto de los rendimientos de los equipos, creo que hay algo que me sorprende. Boca dejó de ser el conjunto que ganaba por sus individualidades destacadas y se transformó en un equipo que juega bien. Incluso ahora, en mi opinión, mejor que River. El retorno de Cardona le dio más juego. Tévez sigue en un nivel como en los finales del torneo anterior. Algo que a mí me sorprende gratamente. Jamás pensé que Tévez iba a recuperar ese rendimiento a esta altura de su carrera. No solo es el capitán y máximo referente, sino que también es el líder en el campo, por su alto nivel actual. River está sufriendo las idas de Martínez Quartas y el colombiano Quintero. A eso se le suma recientemente la lesión de Nacho Fernández, fundamental en el esquema de Gallardo, y el positivo de Covid-19. O sea, Boca infunde en sus rivales el mismo temor que River. Con diferentes estilos, claro.
Mi San Lorenzo y tu Huracán suman más puntos que por rendimiento. Y están en caída en su juego Racing, especialmente, e Independiente. Más allá de que la Academia esté en octavos de la Libertadores y el Rojo en la misma ronda de la Copa Sudamericana. Lo que frena el ritmo de los partidos en general son los cinco cambios permitidos en esta época por reglamento. Algo en lo que estamos los dos en contra. Y menos mal que no hay todavía VAR, porque eso detendría más el buen ritmo de juego en general.
El equipo que más me sorprendió en este inicio es Talleres de Córdoba. Un gran trabajo de su entrenador, “El Cacique” Medina. Los dirigentes de Talleres, influenciados por el grupo empresarial mexicano que está detrás de ellos, compran y venden jugadores a lo pavote de una temporada a otra. Y el técnico uruguayo no sólo arma nuevos equipos, sino que siempre intentan jugar bien y de manera ofensiva. En sus dos primeros partidos, lo logró con creces.
Mientras tanto, cuando se sigue armando el nivel del torneo porque la mayoría de los equipos que no juegan copas continentales recién están recuperando el roce de los partidos por los puntos, seguiré disfrutando de la aparición más seguida de futbolistas juveniles que juegan bien. Como siempre salen en nuestro país. Y es lo más grato que puede pasar para el ojo de quienes entendemos que el fútbol es un deporte, pero también es un espectáculo. Aunque, los sospechosos de siempre, los resultadistas extremistas, nos manden al teatro o al cine. Ahora no pueden usar ese débil argumento, porque por la pandemia no hay funciones de teatro, ni están abiertos los cines.
El abrazo de siempre,
Gabriel.
Hola Gabriel.
Estoy bien, que no es poco con el rebrote que padece España en general y Madrid en particular. Mi familia también. Acosado por la economía que se derrumba, el gobierno español permitió y alentó la reapertura de la actividad comercial y se produjo lo esperado: contagios imparables. Cuando hablo de la economía me refiero especialmente a la clase trabajadora que, como siempre en cualquier crisis, es la que paga los platos rotos. Los grandes capitales aumentan sus ganancias y no me preguntes cómo porque no soy un experto en economía. Solo puedo deducir que las farmacéuticas, los supermercados y los bancos acumulan enormes ganancias y ahí encuentro una lógica capitalista. Ante la mayor demanda, los medicamentos aumentaron de precio igual que los alimentos esenciales. Y los bancos aprovecharon y aumentaron escandalosamente las comisiones que cobran por todo: de 60 euros anuales por el mantenimiento de cuenta (increíble que por tener la plata en el banco encima te cobren), a ¡240! sin que nadie diga nada y no haga nada.
La mejor manera, y la única creo yo, es no contagiarse y para eso salir lo menos posible y en todo caso protegido con barbijos, guantes y lo que sea. Hoy estaba escuchando en la radio a una médica que hablaba de las secuelas que deja este virus en todos los afectados. También, y sobre todo, en los jóvenes. Secuelas que todavía son desconocidas y multiorgánicas. En definitiva, salir lo menos posible y con protección, que nunca es exagerada.
Sobre el fútbol que me comentás, en Argentina, lamentablemente acá no dan los partidos y por lo tanto solo puedo ver los resúmenes. Decís que aparecen jugadores jóvenes y eso, por un lado, es alentador pero, por otro, hay que lamentar que se vendan ni bien hagan 3 pases o 2 goles. Cada vez se van más jóvenes y ahora, con la mishiadura, supongo que las ventas serán mayores.
En España el nivel ha bajado mucho. El Barcelona no encuentra la identidad que viene perdiendo hace rato, el Madrid no tiene funcionamiento determinado, pero los grandes jugadores que integran el plantel mantienen al menos la jerarquía y con eso les basta para ganar seguido. El Atlético de Madrid parece que ha mejorado en su juego (y digo parece porque no lo pude ver últimamente) a raíz de la titularidad de Joao Félix, el pibe portugués que juega un fenómeno, pero no lo ponían o lo ponían por una banda para correr a los adversarios. Ahora juega en su lugar y puede exhibir su notable capacidad. Del resto se distingue la Real Sociedad que incorporó a David Silva, un jugador de primer nivel que mantiene intacto su talento y mejora a todos a su alrededor. Es el que mejor juega, hasta ahora.
Sobre River y su deseo de jugar en la cancha de entrenamiento, yo la conozco y está muy bien, tiene las medidas reglamentarias (a propósito ¿por qué no imponen que todas las canchas del mundo midan igual? Nunca entendí eso de medidas mínimas y máximas. No ocurre en ningún otro deporte), vestuarios adecuados y todo lo necesario. No veo por qué no dejaron que juegue ahí. El Real Madrid, por ejemplo, juega en su cancha de entrenamiento porque están remodelando su estadio y a nadie se le ocurrió cuestionarlo.
Me alegro de que tu San Lorenzo y mi Huracán ganen. Al menos al globo le hace falta y así tal vez recupere la confianza y poco a poco recobre su estilo. Ya vendrán tiempos mejores…ja….ja….ja. Por ahora seguro que las penas con pan se notan menos.
En Argentina leo y veo que siguen las manifestaciones delirantes y yo diría de una imbecilidad suicida en contra de las medidas protectoras del virus. Y que son un ataque al gobierno desde una derecha irracional, movida por el odio de clase histórico del gorilaje más reaccionario.
El gobierno tomando medidas a favor de los trabajadores y clases populares y el pueblo apoyando en la calle y exigiendo, en todo caso, lo que le corresponde es, creo yo, la mejor manera de enfrentar a la irracionalidad gorila. Nunca anunciando una medida tan lógica y necesaria como la intervención y recuperación de Vicentín para después, ante la protesta de un sector minoritario de la derecha más oligarca, retroceder. Nunca pagar una deuda que es una estafa y menos sin una imprescindible auditoría, a costa de todo el pueblo. Tampoco es solución, me parece, ir pateando el problema hacia adelante. En todo caso, un alivio momentáneo para incrementar una deuda odiosa, ilegal e ilegítima.
Acá en España el gobierno de coalición tiene más o menos la misma oposición de una derecha que no repara en nada y no se detiene ante nada para acosar sin tregua y con cualquier excusa la más mínima intención de hacer algo de justicia con los trabajadores. Es curioso ver cómo acá también hay manifestaciones idiotas contra los barbijos y las restricciones a la movilidad para atenuar el avance del virus. Y con casi las mismas consignas.
Hay que recordar que nunca, en ninguna parte del mundo, la clase dominante ha respetado ni respeta la democracia si los que gobiernan lo hacen para buscar algo de justicia hacia los más perjudicados. En otras palabras, como sabemos, democracia y capitalismo son incompatibles.
Un abrazo, Gabriel, y a cuidarse que es lo que toca.
Ángel.