Por Andrea Jarowisky /
El pasado lunes la activista feminista Ana Quirós fue detenida y extraditada de Nicaragua sin explicación. Alarma el sistemático accionar de persecución y represión del gobierno de Ortega – Murillo.
Desde abril Nicaragua está convulsionada, el pueblo está en la calle exigiendo que el presidente Ortega dimita y que la represión y la violación a sus derechos cesen. Las protestas contra Ortega iniciaron contra una reforma al seguro social, recomendado por el FMI, que luego desencadenó masivas manifestaciones del pueblo y represión por parte de las fuerzas gubernamentales.
En este contexto la activista por los derechos humanos, Ana Quirós Víquez, costarricense nacionalizada nicaragüense, el día 26 de septiembre, fue detenida para ser deportada a Costa Rica, luego de haberse presentado ante una cita exigida por las autoridades migratorias nicaragüenses.
Ana Quiroz, quien vive en Nicaragua desde la Revolución Sandinista, expresó en las redes: “El sábado fui notificada por Migración para que me presente hoy a las 10 de la mañana con mis papeles. Y así lo haré. Los escenarios son pocos. 1. Qué me adviertan para que me calle. 2. Qué me quiten los papeles y me dejen como residente en silencio. 3. Qué me quiten los papeles y me saquen del país o algo peor. Sabemos de sus arbitrariedades. Sé que me asiste la razón y la justicia. Ser nicaragüense no me lo quitarán nunca ni amar a Nicaragua, tampoco mi compromiso con la democracia, la justicia y la igualdad. Desde donde esté, seguiré exigiendo justicia, libertad, igualdad y amando a Nicaragua. Se los comparto con el ánimo de que estén al tanto del proceso de represión selectiva que está teniendo lugar en Nicaragua y para que, de ser necesario, apoyen las acciones de solidaridad que sean necesarias”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 17 de septiembre había dictado una medida cautelar en favor de Ana Quiroz y de una veintena de mujeres más, expresando su preocupación por la persecución selectiva a mujeres por su activismo y en muchos casos por su orientación sexual.
A estos hechos, se suma que la Vicepresidenta y esposa de Ortega, Murillo ha acusado a agrupaciones feministas de participar de “crímenes de odio” durante las protestas.
Óscar Camacho, cónsul general de Costa Rica en Managua confirmó que actualmente se encuentra en la cárcel Ayacs Delgado, le han quitado sus papeles y las credenciales a su abogada defensora, miembro de la Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Wendy Flores.
Ante la solicitud del gobierno de Nicaragua, el Cónsul costarricense está gestionando la documentación para la deportación de Ana Quiroz y acompañándola en el proceso.
Ana Quiroz es una lideresa feminista, activista por la diversidad y los derechos humanos. En las primeras manifestaciones de abril había resultado herida.
A pesar de la condena nacional e internacional, la tensión en Nicaragua no cesa, la represión por parte del gobierno continúa, y mientras las persecuciones selectivas aumentan y se generalizan como accionar, el pueblo resiste.