El presidente sirio, Bachar Al-Assad, emitió un decreto este martes en el que declaró una amnistía para una amplia gama de delitos cometidos con anterioridad al 23 de octubre de 2012. El objetivo es encaminarse a la tregua prevista por la ONU para este viernes cuando comience la celebración de la festividad musulmana del sacrificio o Eid al Adha.
En el decreto se precisa que “la amnistía general se refiere a los delitos de antes del 23 de octubre de 2012”, pero no se incluyen aquellos cometidos por los “terroristas”, término que se aplica a los grupos rebeldes financiados por el extranjero y que luchan contra el actual gobierno. Además, la amnistía sólo se aplicará a aquellos que se entreguen a las autoridades y no a los que permanezcan prófugos.
El texto estipula la conmutación de las condenas de muerte por perpetuas “dependiendo del tipo del delito”, y la reducción de estas últimas a penas de cárcel de 20 años, además del indulto total para los mayores de 70 años (aún cuando hayan delinquido antes de cumplir esa edad) y los reos que sufran enfermedades incurables. También se perdona a los rebeldes perseguidos por la Justicia, estén dentro o fuera del país, que se entreguen entre los próximos 30 y 90 días.
Esta disposición se da mientras se encuentra en Damasco el enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi. El diplomático se entrevistó el mismo martes con el presidente sirio y representantes de varios sectores políticos y sociales en busca de vías hacia un proceso de negociaciones para una solución política a la crisis. El emisario de la ONU y la Liga Árabe también impulsó una propuesta para la implantación de una tregua en los enfrentamientos con motivo de la celebración musulmana del Eid Al-Adha (del sacrificio) que comienza el próximo viernes. Es en este marco que el gobierno sirio decretó la amnistía.
Brahimi concluyó en Damasco una gira que abarcó además a Arabia Saudita, Turquía, Irán, Iraq, Egipto y Líbano y tiene previsto viajar a Rusia la próxima semana.
Denuncia a Francia y el Consejo de Seguridad
Siria acusó ayer a Francia de apoyar el terrorismo contra este país y a sus cuerpos de seguridad de concretar pactos con los terroristas y algunos países vecinos para “exacerbar la crisis y golpear al Estado y sus componentes básicos”.
Una declaración del ministerio sirio de Exteriores y Emigrados pide a la comunidad internacional y especialmente al Consejo de Seguridad de la ONU que actúe frente a estas acciones que impiden detener la violencia y el terrorismo en Siria. “La continuación de esta política francesa amenaza la paz y la seguridad en Siria, la región y el mundo en un momento en que las Naciones Unidas se esfuerza, a través de su enviado especial Lakhdar Brahimi para encontrar una solución pacífica a la crisis, tratando de detener la violencia y el terrorismo”, subraya el comunicado.
Además, recordando el pasado francés como metrópoli de Siria el texto sostiene: “El papel de Francia en el apoyo a la violencia terrorista en Siria es una continuación del legado de algunos gobiernos franceses colonialistas”. Además agrega que “Siria estima que los últimos gobiernos franceses desafían el derecho internacional, la Carta de la ONU y sus obligaciones como miembro permanente del Consejo de Seguridad”, lo cual se manifiesta “a través de su apoyo a las bandas armadas terroristas, en muchas formas, incluidas la financiera y material”.
Hoy Brahimi informará a través de una videoconferencia desde El Cairo al Consejo de Seguridad sobre la marcha de su gestión. El Consejo de Seguridad sostuvo ayer consultas privadas sobre el conflicto en Siria y estudia un proyecto de declaración de apoyo a la idea de la tregua y de la suspensión de toda la violencia durante la efeméride religiosa.
La crisis que vive Siria desde marzo de 2011 causó hasta la fecha unos 25.000 muertos, mientras que unos 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 250.000 se refugiaron en países vecinos, según Naciones Unidas.