Ayer declaró Alfonso Severo en el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra. En su testimonio, el testigo habló de una reunión entre ferroviarios el día previo al asesinato de Mariano.
El testimonio de Alfonso Severo, ex hombre de la Lista verde de la Unión Ferrioviaria, quien estuvo secuestrado por más de 24 horas el 3 de octubre pasado, se aguardaba con expectativa en la puerta de los Tribunales de Comodoro Py. Cronistas de radio y televisión aguardaban su llegada y sus declaraciones.
Los abogados querellantes, que sostienen día a día el juicio lo consideraban una declaración más: importante, porque aporta y suma más datos para incriminar a los 17 imputados con Pedraza a la cabeza, pero una pieza más, al fin y al cabo, de un juicio que tendrá más de 300 testigos y donde se busca demostrar la planificación del ataque de la patota de la Unión Ferroviaria a los trabajadores tercerizados y la complicidad de los policías que liberaron la zona para que la patota avance.
“La expectativa la generaron los medios. Para nosotros fue un testimonio más de un gran rompecabezas donde cada testimonio aporta un pedacito más a eso. Esto no quita que Severo estuvo secuestrado 24 horas y que aun hoy no sabemos quién le puso los precintos a Severo. Por eso se debe seguir investigando porque sino no hay seguridad para ninguno de los testigos que siguen en esta causa”, afirmó Claudia Ferrero, una de las abogadas querellantes.
El primer testigo de esta nueva audiencia fue Severo quien fue interrogado primero por la fiscal, luego por las defensas y finalmente por la querella frente al Tribunal Oral en lo Criminal 21. Uno de los elementos centrales del cual dio cuenta Severo es de una reunión el día previo al ataque, el 19 de octubre de 2010, realizada en el Museo ferroviario, en la localidad de Avellaneda entre miembros de la UF y Ferrobaires “para generar algo”. Al día siguiente, por la tarde, se mantuvieron los movimientos en el Museo ferroviario, según consignó.
Alfonso Severo además relató lo que le había contado un ferroviario, Ricardo Guardo a través de Alejandro Benítez. Benítez (uno de los testigos protegidos que declaró en audiencias pasadas y participó junto a la patota ese día) habría sido llamado a su celular en el momento en que llegaba al ferrocarril y le dijeron: “Andate a Avellaneda así sacamos a estos zurdos”. Severo también se refirió al tiroteo en la puerta de su casa el día que asesinaron a Mariano y a la nota que le dejaron que consignaba quién había disparado ese día, que fue entregada a la justicia. Otro de los datos aportados por Severo estuvo vinculado al uno de los lugares donde habrían sido guardadas las armas.
Finalmente Severo fue consultado por la vinculación de Pedraza a lo que respondió que se convirtió en un empresario. “Pedraza tuvo responsabilidad. Luego de los ´90, quiso ser un empresario y llevó a que se tercerizara el trabajo. Dejó cincuenta mil personas en la calle, nos consta a todos”, declaró Severo. Frente a esto, uno de los abogados de la defensa discutió si se trataba de la responsabilidad de Menem o de Pedraza en relación a la privatización y los despidos masivos de ferroviarios.
Al salir, Severo hablo con los medios breves minutos sin bajar del auto, con una fuerte custodia que le indicó que no descendiera.”Pedraza es uno de los principales responsables, pero hay otros”, reiteró.
En la audiencia de ayer también declararon Susana Planas, quien trabajó en el Belgrano Cargas y soy apoderada de Unión del Mercosur”. Llegó a través de Graciela Coria, esposa de Pedraza. Frente a varias consultas hechas por la fiscal, aseguró que desde la Unión Ferroviaria se busca pasar a los empleados a planta permanente y aseguró que existían actas a pesar de no haber visto ninguna.
Luego, fue el turno de otra testigo, Patricia Carabajal. delegada de la Unión Ferroviaria que no recuerda haber hablado por teléfono con uno de los ferroviarios imputados Alcorcel, a pesar del cruce de llamados que se hizo entre ambos teléfonos.
Finalmente, fue el turno de Lucas Lescano, quien figura como propietario de un teléfono que cruzó más de 30 llamadas el 20 de octubre de 2010 entre su celular y el de Cristian Favale. Lescano declaró que fue ese día a Avellaneda porque prometieron pagarle cincuenta pesos por tocar una batucada. Llegó a Barracas en un micro alquilado repleto de gente. Luego del ataque de la patota, en el micro de regreso, Lescano afirma que escuchó “como les dimos”, en alusión al ataque.