El Paro Nacional en Ecuador lleva 14 días y no cesa su movilización. Ante el derecho a la resistencia, el gobierno de Guillermo Lasso respondió con represión. Una reflexión urgente en una coyuntura que demanda la atención y la solidaridad sin fronteras.
Por María Eugenia Waldhüter y Camila Parodi | Foto: Ana María Buitrón para La Periódica
Ecuador transita 14 días de Paro Nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y otras organizaciones originarias y campesinas. Estudiantes, feministas, la clase trabajadora y otros sectores del país se encuentran movilizados resistiendo la respuesta del presidente Guillermo Lasso que fue recrudecer la represión.
Mientras, mujeres y disidencias convocaron a una movilización para pedir que Lasso pare la masacre contra el pueblo y se organiza una jornada mundial en solidaridad con la lucha de los pueblos del Ecuador. En este contexto, conversamos con Alejandra Santillana Ortiz, integrante de Ruda Colectiva Feminista y parte de la Asamblea Transfeminista de mujeres y disidencias, sobre la lucha del pueblo ecuatoriano en el marco de este Paro Nacional.
*
– ¿Cuál es el orígen de este Paro Nacional y en qué situación se encuentran?
En estos 13 días hemos estado caminando, recorriendo las calles y también sosteniendo la llegada de hermanos y hermanas indígenas que desde sus distintos territorios de pueblos y nacionalidades han concluido en Quito, la capital del Ecuador, para exigir al gobierno de Guillermo Lasso que cumpla con la posibilidad de un diálogo, y que acepte los 10 puntos sintetizados por la CONAIE.
Recordemos que cuando hace un año el gobierno de Lasso asumió la presidencia del Ecuador, prometió que iba a haber una serie de cambios y de reformas para beneficiar al conjunto de la población, sin embargo, a nombre de la crisis, el relato de las élites, el típico relato de las élites que sirve para justificar las políticas de ajuste estructural, el gobierno de Lasso en este año ha empobrecido aún más al pueblo ecuatoriano y ha favorecido a las élites, sobre todo agroexportadoras financieras y bancarias que son las que siempre han estado beneficiadas con la riqueza producida por la clase trabajadora de este país.
En este año, las cifras en el Ecuador son alarmantes y sumamente preocupantes y dolorosas, el 78% de la población económicamente activa, es una clase trabajadora sobre todo joven que en este momento del país no tiene empleo adecuado. Eso quiere decir que no accede al salario mínimo, que no le alcanza para cubrir la canasta básica y que tampoco tiene posibilidades de Seguridad o de Protección Social. Ese 78% de la clase trabajadora tiene que encontrar uno, dos, tres empleos para sobrevivir. El salario mínimo en el Ecuador es de menos de 500 dólares, ese 78% ni siquiera accede al salario mínimo, a la canasta básica del Ecuador que en este momento es la más cara de la historia del país y es de casi 800 dólares. Como podemos ver ese 78%, no accede al salario mínimo y es imposible que pueda cubrir sus necesidades más vitales y pueda tener mínimos de dignidad en un país que produce tanto alimento y en el que podríamos estar medianamente bien. Esa clase trabajadora se ha visto precarizada y empobrecida por el conjunto de políticas anti laborales, anti trabajadoras de este gobierno que ha favorecido a los empresarios para que aumenten sus ganancias exponencialmente.
– Entre los 10 puntos de las peticiones sintetizadas por la CONAIE está la necesidad de congelar los precios del petróleo y de establecer precios justos. ¿Cuál es la situación cotidiana de las familias campesinas?
Es terrible la situación que vive el campo ecuatoriano, mientras todo sube en la canasta básica, los precios agrícolas han decrecido enormemente. Si antes los pequeños productores de banano podían vender la caja a 6, 40 dólares, en este momento tienen que verse obligados a regalar prácticamente su caja de banano a 1 o 2 dólares. Ese comportamiento de los precios agrícolas podemos verlo en casi todos los productos que en este país son abastecidos por pequeños y medianos productores, es decir por el campesinado compuesto fundamentalmente por pueblos y nacionalidades indígenas. Mientras todo sube, los precios de los productos agrícolas están a la baja, si a eso sumamos que los fertilizantes que son necesarios para producir en este país han aumentado en un 300%, de 20 dólares hemos pasado a 60 dólares, estamos viendo cómo el campo ecuatoriano que es el que sostiene la alimentación de este país, está siendo empobrecido porque no hay políticas de justicia social, de redistribución, de créditos sin tasas de interés, de políticas que tengan que ver con las necesidades del campesinado.
En ese sentido, si vamos viendo también por sectores, vemos que parte de las políticas de ajuste estructural y del relato de la crisis ha significado que, básicamente a nombre de la crisis se reduzca el presupuesto para las áreas sociales, las y los maestros no han podido acceder durante largos periodos al pago de sus salarios que se han visto mermados, no ha habido incrementos. En el caso de estudiantes, muchísimas y muchísimos jóvenes no han podido acceder a las universidades porque no pueden acceder al sistema de educación universitario y se ven obligados a trabajar, ellas y ellos son de los sectores más empobrecidos en este país, que tiene que ver cómo resuelve la vida porque no puede acceder a la universidad y que tiene que salir a trabajar en dos, tres cuatro empleos donde les pagan una miseria y no acceden a ninguno de los derechos laborales.
-El Paro comenzó con la detención inmediata del referente de la CONAIE, Leónidas Iza, ¿qué lectura se puede hacer de esa respuesta del gobierno al Paro?
La respuesta del gobierno ha sido una respuesta inepta, incapaz, que no se ha condolido por un segundo con lo que pasa con las y los más empobrecidos de este país y lo que ha hecho es aumentar el presupuesto nacional para el pago, profesionalización y equipamiento de la policía y de los militares. Es un gobierno que se ha negado a sentarse al diálogo a pesar de las enormes propuestas en varios espacios que se ha intentado desde las organizaciones, desde la CONAIE y no ha atendido ninguno de los planteamientos y propuestas que los diferentes sectores del país han hecho en este contexto. Es por eso que las organizaciones han hecho un llamado a este Paro Nacional que empezó en los territorios de pueblos y nacionalidades y que, debido al error político de este gobierno que ordenó la captura del presidente de la CONAIE Leónidas Iza, aceleró definitivamente la respuesta de los pueblos y nacionalidades que después ese apresamiento vinieron para Quito. Los primeros días del Paro fueron días de relativa calma, en Quito las mujeres y disidencias nos agrupamos en una asamblea transfeminista que fue haciendo piquetes, movilizándose y organizándose en diferentes puntos de la ciudad con el objetivo de pedagogizar, de contar y mostrar lo que estábamos viviendo en este momento y que otros sectores de la ciudad puedan acceder y entender por qué estamos movilizadas y por qué estamos levantadas. Pero posteriormente a la absurda, ilegal, arbitraria e ilegítima detención de Leónidas Iza y de todos los vicios y vulneraciones de derechos que ocurrieron en su detención, de los intentos por mostrar que Leonidas Iza era una especie de terrorista, todo el despliegue militar que hubo alrededor de eso implicó que en las propias asambleas de los territorios haya una decisión, definitiva y determinante de venir hacia Quito, la capital simbólica y política.
En este espacio de exigencia en donde hay un pueblo que está dividido también por términos racistas, porque en Quito están también los fascistas y los racistas que no quieren saber nada de sus raíces indígenas que desconocen, de los pueblos y nacionalidades y que creen que este país es su hacienda y su empresa. Pero también hay un pueblo solidario, un pueblo antirracista que toda la vida cada vez que ha habido levantamientos ha estado ahí con los pueblos y nacionalidades para ofrecer comida, atención, cuidado, universidades, sumarse a las movilizaciones, prestar todo el apoyo y sumarse a esa gran Minga del Paro Nacional. En esa medida, en estos 13 días la presencia de pueblos y nacionalidades ha sido masiva, hay miles de compañeros, de compañeras que han venido a la ciudad de Quito para exigir este justo reclamo de que se cumplan los 10 puntos sintetizados por la CONAIE y que es una invitación al resto de sectores sociales para sumar los otros puntos que se necesitan para construir unos mínimos de un país más justo.
-El viernes habló Lasso al país. Lejos de contener la situación y aceptar el diálogo afirmó que iba a recrudecer la represión.
El gobierno de Lasso después de capturar y apresar a Leónidas Iza y de instaurar una serie de medidas, absolutamente ilegales y arbitrarias pasó inmediatamente a decretar un estado de excepción en algunas de las provincias del Ecuador, un estado de excepción que además habilita la presencia de los militares, que habilita el uso de la fuerza progresivo y que básicamente ha sido el detonante de muchas de las situaciones graves en términos de violaciones de derechos humanos que hemos vivido en estos últimos cinco días. Ya hay varios muertos en el Ecuador, hay detenciones arbitrarias, hay desapariciones, hay denuncias de tortura, hay niños y niñas que no encuentran a sus padres producto de la violencia y de la fuerza policial. Es así que se han ido posicionando una serie de ideas por parte de la policía y por parte del Estado ecuatoriano, por parte del gobierno de Guillermo Lasso que quiere construirnos como narco terroristas, que quiere plantear que este Paro ha sido financiado por el narco y que somos unos vándalos, violentos ya ha desplegado una estrategia de guerra que ha implicado el asesinato de varios de los compañeros, todos de pueblos y nacionalidades y todos compañeros que han salido a las calles a protestar y a ejercer su legítimo derecho a la resistencia.
– ¿De qué habla Lasso cuando busca vincular el Paro al narcotráfico?
Este panorama se completa con la presencia cada vez más fuerte de los dueños de la droga y de los dueños de las armas, del gran peso del narcotráfico de los carteles que están articulados con la policía y con los militares. No es posible entender cómo un gobierno como este y un Estado como este no ha hecho nada en relación a toda la violencia generada por el narcotráfico, esa violencia que básicamente construye también un capitalismo ilegal como lo han dicho varias de las compañeras que trabajan con los sectores más empobrecidos de callejizados. Mientras tanto tenemos a los dueños de la droga y a los dueños de las armas coludidos con el Estado, con la policía y con los militares, al mismo tiempo las políticas de empobrecimiento obligan y arrojan a que miles de jóvenes, miles de sectores empobrecidos y despojados tengan que ser utilizados como fuerza de mano de obra en todo este capitalismo ilegal y el control de las drogas y el control de los narcos en varios de los territorios del Ecuador.
– Nos comentaste acerca del rol de los feminismos en la participación activa de este Paro, la contención y los cuidados. ¿Qué más nos podes contar acerca de las asambleas transfeministas?
Las mujeres, que somos las que sostenemos la vida y sostenemos este mundo con nuestro trabajo no remunerado, hemos sido las más empobrecidas y despojadas y además somos las más violentadas. Vamos en lo que va del año, 118 feminicidios en el Ecuador y los niveles de las violencias machistas contra las mujeres y disidencias han aumentado. Por eso, se han ido instalando a la par asambleas populares, asambleas de los pueblos, asambleas transfeministas, asambleas de varios espacios, de los estudiantes, que todos estos días hemos tomado decisiones tanto en términos de cómo cuidarnos y cómo sostener el paro materialmente pero al mismo tiempo, hemos estado en las discusiones políticas y logrado hablar como mujeres y disidencias planteando también los puntos que hemos venido discutiendo y que hemos ido construyendo colectivamente.
Planteamos una declaración de emergencia por toda la violencia machista que vivimos, un sistema Plurinacional de cuidados, el aborto libre en todas sus causales, el reconocimiento de los trabajos que no están contemplados por las centrales sindicales y tampoco por este gobierno, el trabajo no remunerado, los trabajos autónomos, los trabajos precarizados y ambulantes. Finalmente, también se ha planteado la necesidad de construir una forma de organizaciones anti racista pero también anti xenofóbica contra quiénes vienen de otros países y que están aquí, porque este es un país de migrantes.
– ¿Cuál fue el planteo de la asamblea transfeminista en este contexto?
Nuestro planteamiento como Asamblea ha sido también recuperar la dignidad de los privados y privadas de libertad, no es posible que los dueños de las armas y del narco, los dueños de las drogas sean quienes administren esta pobreza y generen y obliguen a que la población tenga que meterse y tenga que vincularse con el capitalismo ilegal para poder sostenerse. Denunciamos esta relación de colusión y de complicidad por parte del Estado ecuatoriano. En esa medida, todos esos puntos han sido discutidos de forma colectiva, hemos llamado y hemos también invitado a otras mujeres y a otras organizaciones a que se sumen y hemos estado en todos los espacios. Hoy sábado se convocó a una marcha de mujeres que logró plantear entre varias voces desde las compañeras indígenas hasta las compañeras que también son mestizas de la zona urbana pero que somos antirracistas, se ha planteado este la necesidad de exigirle al mundo que este gobierno pare la masacre, hacemos un llamado a todas las organizaciones, a todos los espacios de Derechos Humanos, a todos los gobiernos que se pronuncian frente a lo que el gobierno de Guillermo Lasso está haciendo. Necesitamos que levanten su voz y exijan que paren de masacrarnos, que paren esta represión, que paren con el dolor que están generando al pueblo ecuatoriano. Es este pueblo digno el que ha salido a protestar por mínimos de justicia social, no somos narcoterroristas, no somos vándalos, no somos violentos, somos un pueblo que cree que es necesario construir un país más justo y que ya no puede más con tanta asfixia de política neoliberal, exigimos que el gobierno de Lasso pare la represión y comience a entender que este país no es posible de construir si los pueblos y nacionalidades, sin la clase trabajadora, sin nosotras las mujeres y todos los otros sectores sociales que somos los que sostenemos día a día el Ecuador.