Cristian Aldana, ex músico, fue condenado a 22 años de prisión por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores. Tras un año y dos meses, se conoció el veredicto del juicio que marcará una era, la del “ya no los callamos más”.
Por Laura Salomé Canteros
Se acercaba la hora del veredicto y el grito recorría Tribunales: “ya no nos callamos más” se escuchaba y repetía en decenas de voces insurgentes. Ya una vez adentro, la sala llena de pibas. ¿Cuántas veces la furia feminista copó de esta forma los palacios judiciales? Se respiraba la época.
El TOC 25, integrado por los jueces Gustavo Goerner, Ana Dieta de Herrero y Rodolfo Bustos Lambert, determinó que Humberto Cristian Aldana es penalmente responsable de los delitos de abuso sexual y corrupción de menores según los hechos denunciados y expuestos como prueba testimonial por siete querellantes entre los años 1999 y 2010 y lo condenó a 22 años de prisión. Lo hizo por mayoría.
Se falla de esta manera, no sólo sobre un agresor que parecía intocable pero que fue denunciado, llevado a juicio y condenado. Sino también sobre la cultura de la violación, las asimetrías que violentan y los entornos cómplices; la masculinidad tóxica y la naturalización de los prejuicios que sostienen los abusos de poder en todos los ámbitos. Por eso, la resolución de esta megacausa es histórica.
“Que este fallo siente un precedente para que ninguna más tenga que pasar por lo que pasamos nosotras”, declaró Ariell, una de las querellantes. La algarabía se hizo canto en el hall de la calle Paraguay. Hubo llanto pero sobre todo abrazos feministas. Y la charla inevitable: “¿y ahora, cómo seguimos?”.
El último hit: “sin defensa no hay juicio”
El inicio de la última audiencia fue intempestivo. Con la agitación de los flashes que no tuvieron las previas. Aldana ya estaba en la sala. Agitaba un cartel hecho a mano que decía “sin defensa no hay juicio”. Del otro lado, enfrente, las pibas se sentaban juntas. Se mostraban de sonrisas calmas. Eran un montón y muchas quedaron afuera acompañando. Verlas en un Tribunal fue asistir al color de una nueva era, al calor de una nueva generación que construye mejores mundos.
“En los Tribunales, reina la maldad y la injusticia”, cerró Humberto Cristian Aldana sus últimas palabras en el proceso judicial que concluyó ayer. Aldana cuestionó a lxs jueces, a sus defensorxs oficiales, y al accionar de la UFEM (por usarlo como “trofeo”) y del fiscal Guillermo Pérez La Fuente. Sus últimas palabras pertenecen a un versículo de la Biblia, tras leerlas le pidió disculpas a lxs miembrxs del Tribunal por haberles causado algún “dolor de cabeza”, y pidió retirarse de la sala para no escuchar el veredicto.
Sus últimas palabras fueron el último acto de provocación. Al comenzar, el rockero pidió que le subieran el sonido de los parlantes de la sala para “que todos tengan acceso” a lo que iba a decir. Recordó que al comenzar el juicio le contó al Tribunal que “quería casarse” y que, con el paso de las audiencias, se dio cuenta de su “inocencia” y que en la justicia “hay una parte de insensibilidad”. Aldana se victimizó como “perseguido político”, condenado por una “campaña mediática” e “indefenso” ante el “monstruo” de la justicia argentina.
Fue otro día histórico y no será el último. Se vienen los juicios a Lucas Carrasco y a Miguel del Popolo. El “ya no nos callamos más” dejó de ser cartel. Es bandera que nos acerca a una justicia feminista.
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