Crédito: Micaela Ryan
Por Fernando Vicente Prieto, desde Venezuela. Una marea roja y de muchos colores volvió a movilizarse este 23 de enero por Caracas, en apoyo al presidente Hugo Chávez y en defensa de la Revolución Bolivariana. “Nunca más el pueblo será traicionado”, fue la consigna principal del acto, celebrado a 55 años del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Se informó que mejora la salud de Chávez.
La insurrección del 23 de enero de 1958 desalojó del gobierno a un dictador, pero no pudo evitar ser traicionada por los partidos políticos tradicionales (Acción Democrática, de tendencia social-demócrata y COPEI, social-cristiana), que firmaron el Pacto de Punto Fijo y gobernaron desde ese momento hasta el fin de siglo XX.
Con una democracia limitada -“representativa”, donde el pueblo no delibera ni gobierna-, el Estado liberal de la Cuarta República mantuvo la situación de injusticia y pobreza, mientras las riquezas nacionales eran saqueadas por empresarios locales y extranjeros aliados a la burocracia gobernante.
Pero todo cambió a partir del Caracazo (1989), primero, y de la insurrección del 4 de febrero de 1992, después, cuando empezó a gestarse la alternativa política encabezada por Hugo Chávez, que asumió el gobierno durante los primeros días de 1999.
En estos 14 años, el pueblo venezolano comenzó a construir una democracia participativa y protagónica, que se expresa en una gran cantidad de conquistas sociales y fundamentalmente, en un incipiente pero interesante proceso de nueva institucionalidad, a partir del impulso al Estado comunal.
Reivindicación del 23 de enero
“El 23 de enero de 1958 fue la conquista de la democracia, que se convirtió en una democracia representativa, en un pacto de Punto Fijo”, explicó Luis Linares, uno de los participantes de la movilización, en conversación con ALBA TV. “Realmente el propio 23 de enero fue en 1998, cuando el comandante Chávez ganó las elecciones y se hizo el cambio de la Constitución, de verdad que de ahí para acá es que se han respetado los derechos humanos y el pueblo tiene soberanía. La soberanía reside en el pueblo, como lo dice el artículo 5 de la Constitución bolivariana de Venezuela” sostuvo. Y agregó: “El ‘por ahora’ se hizo realidad, aquí está el ‘por ahora’, aquí está Venezuela, aquí todos somos Chávez. La oposición lo que quiere es volver al pacto de punto fijo para entregar el país nuevamente a las trasnacionales y a los Estados Unidos. Nosotros no. Nosotros le decimos a la oposición ‘no volverán’, acá estará el comandante Chávez y el pueblo al mando”.
Desde el escenario, las palabras de Nicolás Maduro coincidieron con el sentir de este y otros participantes de la marcha. “Como decía nuestro compañero José Vigente Rangel, este pueblo recobró las banderas históricas del 23 de enero”, afirmó.
El vicepresidente recordó la revolución frustrada hace 55 años, comparándola con el momento actual. “A pesar de que hubo hombres extraordinarios -¡y mujeres!-, en aquella hora nuestro pueblo lamentablemente no logró hilvanar un programa de transformaciones revolucionarios (…) no logró hilvanar un liderazgo unificador que representara toda la energía revolucionaria que despertó el 23 de enero de 1958. Y muy rápido, en horas de la noche, ese palacio de Miraflores ya era tomado por los representantes de la burguesía”, relató.
“Nunca más el pueblo será traicionado”
“Chávez en veinte años de revolución no ha dejado de alertar sobre las amenazas de la burguesía y las amenazas de la traición. La traición siempre ha perseguido de manera trágica al pueblo venezolano”, explicó Maduro, recordando que también fueron traicionados Bolívar y Ezequiel Zamora.
Fabricio Ojeda fue una de las figuras más recordadas de la jornada. Fue periodista del conservador diario El Nacional hasta 1958, mientras organizaba clandestinamente la insurrección del 23 de enero. Presidente de la Junta Patriótica revolucionaria que derroca a Pérez Jiménez y diputado desde ese año hasta su renuncia en 1962, tras la traición del Pacto de Punto Fijo se convierte en uno de los líderes de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). En 1966 es detenido por los servicios secretos y muere ahorcado en la cárcel, probablemente asesinado.
“Tampoco Fabricio pudo ver lo que nosotros estamos viendo hoy”, señaló Maduro. “Estamos viendo al pueblo en el poder. Estamos viendo a un pueblo unido, estamos viendo una fuerza armada leal al pueblo y al comandante en jefe Hugo Chávez. Estamos viendo una dirección colectiva de la revolución, absolutamente unida, gobernando todos los días”.
“Nosotros nos hemos planteado, junto a nuestro pueblo, derrotar para siempre el maleficio de la traición y de los traidores”, expresó emocionado, mientras la multitud cantaba “¡No volverán!” y subían al estrado los principales funcionarios y dirigentes del partido de gobierno.
Chávez es un pueblo
“No estoy hablando por mí, yo estoy hablando con la voz, la fuerza y la verdad de un pueblo, que cree en un comandante que supo levantar las banderas de esta Patria”, dijo Maduro.
“Que lo escuche bien la oligarquía, que lo escuche bien el imperialismo: acá hay un pueblo que grita a todo pulmón: ‘Todos somos Chávez”, arengó, mientras miles de personas cantaban por el comandante, la mayoría vestidos de rojo, vinotinto o con los colores de la bandera venezolana. También se veían banderas de organizaciones y otros países de América, como Cuba y Argentina.
Mejora en la salud del presidente
El vicepresidente también informó que saldría inmediatamente para Cuba, para mantener una reunión con Hugo Chávez, previo a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se desarrollará desde el sábado en Santiago de Chile. Maduro aseguró que Chávez se encuentra en su mejor momento post-operatorio, luego de la compleja intervención quirúrgica practicada el pasado 11 de diciembre. El presidente en esos momentos se encontraba acompañado por su hermano, el gobernador del estado Barinas, Adán Chávez; el canciller Elías Jaua y la procuradora Cilia Flores.