Por Francisco Farina
Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices
¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!
Fidel Castro Ruz, 16 de abril de 1961
El nuevo vínculo diplomático entre Cuba y los Estados Unidos precisa, por su importancia, un análisis profundo sobre qué implica, en qué contexto se realiza, y qué queda por resolver.
Un conflicto de más de medio siglo. La ruptura de vínculos
A Estados Unidos a fines de 1958 y principios de 1959 no le desagradaban tanto los barbudos que derrotaron al dictador Fulgencio Batista. Tampoco creían que la revolución promulgada por Fidel Castro, el Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio se radicalizarían. Fueron dos intensos años de agresiones imperialistas y de respuestas revolucionarias (nacionalizaciones, reforma agraria, etc.) que tendrán su punto más álgido en la intervención militar de Playa Girón y la declaración del carácter socialista de la revolución entre los días 15 y 17 de abril de 1961. Cuba declara una “Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes”, frente al imperialismo estadounidense.
Previamente, el 3 de enero de 1961, Estados Unidos rompe las relaciones diplomáticas con Cuba y cierra su embajada en La Habana. Un año más tarde, Cuba, por iniciativa de los Estados Unidos, es excluida de la Organización de los Estados Americanos.
Los anuncios de diciembre y el contexto mundial
El 17 de diciembre de 2014 será un día que quedará en la historia. Junto a la victoria del pueblo cubano materializada en la liberación de los tres de “los cinco” que permanecían presos en Estados Unidos, hubo una capitulación del imperio importante de consideración: Obama tuvo que reconocer de distintas maneras su incapacidad frente a Cuba: “El aislamiento no ha funcionado”, el bloqueo representa un “enfoque desactualizado” hacia Cuba; “no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente”; “esta política (el bloqueo) se basó en la mejor de las intenciones” pero “su efecto ha sido prácticamente nulo”. Como resumen, la postura de Washington y sus futuras intenciones se condensa en lo que Obama expresó: “terminaremos con un enfoque obsoleto que por décadas fracasó en promover nuestros intereses y, en cambio, comenzaremos a normalizar la relación entre los dos países”.
Raúl Antonio Capote, periodista cubano, hace un aporte a la cuestión: “El gobierno de los Estados Unidos tuvo que reconocer al gobierno cubano, nunca lo había hecho en 56 años, tuvo que reconocer la legitimidad del gobierno revolucionario en vida de los principales líderes de la revolución, algunos de ellos en ejercicio del poder. Estados Unidos tuvo que sentarse a dialogar y eso es fruto de la resistencia del pueblo cubano frente a una guerra de agresión que ensayó todo el arsenal del Imperio para derrotar a la Revolución, guerra económica, militar, biológica, etc.”. La correlación de fuerzas en el continente también es un factor importante: “Es fruto de los cambios ocurridos en nuestro hemisferio, de la existencia del ALBA y la CELAC, es la derrota de una política equivocada, obsoleta, que no les dio ningún resultado, ahora buscan una nueva manera de derrotar a Cuba socialista” explica Capote.
La voz del líder histórico de la revolución se hizo esperar un tiempo. “No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra”, sentenció en una carta dirigida a los “compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria”, por el 70 aniversario de su ingreso a la Universidad de La Habana.
Las conversaciones
Luego de más de 50 años sin diálogos diplomáticos, intentar un balance de las incipientes reuniones y mesas de diálogos es por demás apresurado. Hemos analizado en Marcha las distintas mesas que se sucedieron desde entonces (Conversaciones Cuba-Estados Unidos y la voz de Fidel; Nueva ronda Cuba-EEUU: el otro Diálogo de Paz y Tercer encuentro entre Cuba y Estados Unidos).
En la primer reunión se trabajaron las problemáticas del narcotráfico, las migraciones, y otros ejes referidos a las posibilidades de evitar o limitar el impacto de derrames de petróleo, gestiones de búsqueda y salvamento, casos de accidentes aéreos y marítimos, y el monitoreo de movimientos sísmicos. En la segunda oportunidad el objetivo principal fue el de lograr avanzar en resolver las trabas para la apertura de las embajadas. Y en la tercera ronda de negociaciones se lograron avances referidos a la decisión del presidente Obama de excluir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional y la reanudación de los servicios bancarios de la sección de intereses de Cuba en Washington.
Los resultados de estas negociaciones tuvieron su última noticia con la apertura de las embajadas en cada una de las capitales. En primer lugar, el 20 de julio, Cuba tuvo su reapertura de la embajada en Washington. A esto se suma la visita oficial del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, a Cuba el pasado 14 de agosto. Sus dichos fueron claros: “No somos enemigos ni rivales, somos vecinos”.
El Bloqueo, la gran deuda pendiente
“Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar. Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas”, advertía Raúl el 17 de diciembre. Este eje también estuvo presente en todas sus posteriores declaraciones y en la de los representantes y delegados en las mesas de diálogos.
El 3 de febrero de 1962, John Fitzgerald Kennedy, el entonces presidente de los Estados Unidos, ordenó el bloqueo económico, comercial y financiero total contra Cuba. Este fue el eslabón más complejo a sortear por el gobierno de la isla. Casi tres décadas después, caída la Unión Soviética, Estados Unidos apretó aún más el cinturón. Las pérdidas económicas se cuentan en miles de millones de dólares.
Meses previos a diciembre de 2014, desde los sectores de poder económico de Estados Unidos –a través de las editoriales del New York Times– presionaban al gobierno de Barack Obama para que facilite la posibilidad de ingresar a Cuba para abrir los mercados y facilitar sus negocios. Las empresas de telecomunicación, algunos sectores del agro y del turismo fueron quienes se mostraron más interesados.
Frente a la situación de estos sectores empresariales ansiosos de eliminar el bloqueo, explica Rolando Astarita: “Yo veo CNN y da la impresión de que CNN está a favor a que se acabe con el bloqueo. Ahora, hay sectores muy fuertes, que tienen peso político, que están en contra. Si se levanta el bloqueo, se va a acelerar la tendencia de entrada de capitales de mercancía, de formas de acumulación. Ya en estos momentos, por lo menos hasta 2014, la principal entrada de divisas de Cuba eran las remesas de Miami”.
Para graficar la situación, explica citando a “un personaje de Padura, que dice `hay cansancio histórico´. Cansancio histórico es gente que se sacrificó en la zafra para batir los récords, o en las misiones en África, en las guerras, etc. Hoy es muy difícil reconstruir para mucha de esta gente que apenas sobrevive, para una juventud que no encuentra salida, hay un problema gravísimo de falta de perspectiva. Esto aparece reconocido en el Granma, amplios sectores de la juventud cubana que descreen de la política, del socialismo”. Al contrario, Capote explica que el pueblo cubano está “dispuesto a demostrar la viabilidad de su modelo económico, afectado por 56 años de guerra económica” y se pregunta “¿cuánto podríamos hacer? si tanto hemos hecho con tan poco. Si tanto hemos logrado, ha sido gracias al éxito de nuestro modelo socialista, en condiciones normales estaríamos en mejores condiciones para construir el socialismo próspero y sustentable que deseamos, ¿cuánto podremos hacer entonces por nuestro pueblo y por el resto del mundo, si tanto hemos hecho con apenas nada?” grafica en relación al ahogo que es condenado Cuba a través del bloqueo.
Cuba es un pueblo libre de analfabetismo desde 1960, con el mejor nivel de salud en América Latina y llegando así a sostener la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia en un promedio de 4,2 por cada mil nacidos vivos. Los Estados Unidos apenas han cambiado su estrategia y no su objetivo frente a Cuba. La victoria frente al reclamo histórico y justo por el levantamiento del bloqueo –considerando la situación económica de la isla– puede ser, según algunos análisis, un arma de doble filo. Sólo podrán sostenerse los logros y los derechos del pueblo, mientras los nuevos escenarios sirvan para consolidar y fortalecer el socialismo.