Por Francisco Cantamutto / Foto por Gala Abramovich
La propuesta de confluencia entre sectores afectados por el ajuste del gobierno nacional tuvo éxito y mantiene su convocatoria.
El día lunes se hizo la segunda reunión de la Multisectorial en el hotel BAUEN, que contó con una gran confluencia de organizaciones. A las que participaron en la anterior reunión, se sumaron, entre otras, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Club Matienzo, ATACA, Centro Cultural de la Cooperación, Cooperativa de Consumo la Yumba, Cooperativa educativa 9 de julio, Teatro Fray Bocho, integrantes de la Asociación Argentina de Actores, Librerías de la calle Corrientes, Centro Cultural Recuperado Olga Vázquez (La Plata), Cooperativa La Minga, Asociación de Docentes de Educación Física (ADEF), Construyendo culturas, entre otras.
Una sorpresa fue que entre los participantes se presentaron representantes de multisectoriales de zona Norte de conurbano (Vicente López), de vecinos organizados de La Plata y de las asambleas de Juan B Justo y de San Telmo. Esto dio fuerza a la idea de federalizar la forma de construir y de darle densidad nacional. Como dijo otro interlocutor más tarde, “encarnarla en las bases, agregar todas las broncas”.
En principio, se revisaron las acciones acordadas de la semana previa. Tanto los clubes de barrio como las cooperativas y recuperadas lograron que los atendieran a partir de las manifestaciones que hicieron. A los clubes se les ofreció un descuento del 40% en gas y agua, que rechazaron por insuficiente y respondieron que la negociación seguía a partir de ese momento con la Multisectorial. Es decir, dieron más fuerza al espacio común. A las cooperativas y recuperadas les abrieron mesas de negociación en los Ministerios de Energía y de Trabajo. La reflexión fue que esto muestra que si bien el gobierno no es débil, sí cede ante la presión y se ve obligado a negociar. Aún está por verse qué se conseguirá de todas las demandas.
Entre otras propuesta se planteó la de hacer los pagos de boletas impugnados, para agotar la vía administrativa. Se presentó además la propuesta de un amparo colectivo en la Ciudad de Buenos Aires, reuniendo la mayor cantidad de casos posibles para hacer la presentación. El jueves se prevé realizar una jornada de protesta distinta contra el tarifazo: el torneo de fútbol “Juanjo Aranguren” frente al Ministerio de Energía. Los premios serán un sol de noche y un juego de velas. Esta acción, propuesta por los clubes de barrio, ganó rápidamente simpatías, pues permite expresar el problema de otra manera e incluso es abre la participación a quien quiera al torneo de protesta.
A partir de allí, empezaron a aparecer otras formas de involucrar a sectores no organizados: bocinazos en los cruces de calle, apagón coordinado, el frazadazo, etc. Se remarcó que es importante construir no sólo a partir de juntar organizaciones, sino ayudando a organizar en el lugar: el barrio, la empresa, etc. Hubo al respecto un pequeño debate sobre el vínculo con los partidos políticos. Sintéticamente, se aceptó que pueden participar y apoyar todas sus iniciativas, pero que la Multisectorial no es de los partidos, sino que los partidos participan de ella.
“Hay que armar el rompecabezas de los sectores afectados”, se dijo, apuntando a reunir lo que está hoy separado. El gobierno sabe negociar dividiendo, se insistió, es importante estar juntos para presionar. “No se pelea sólo contra el tarifazo, es contra un modelo de ajuste”. La confluencia de diferentes experiencias debe permitir avanzar un paso más que la pura negativa, que es un buen comienzo pero debe superarse. Por eso se insistió con ir pensando en confluencias. La idea de festejar un 9 de julio alternativo tuvo mucha aceptación, para lo cual se insistió con la realización de una Marcha Federal, propuesta por ATE Capital.
El rumbo de la Multisectorial es un camino en construcción, y es una cuestión de tiempo llegar a ver sus alcances. Lo que queda claro es que está sirviendo como espacio de convocatoria para múltiples afectados por las políticas del gobierno de Cambiemos. Y la recuperación de experiencias previas, en especial de 2001, se hace desde un tejido social más integrado que entonces, y con menos ingenuidad política. El ajuste no será tan fácil como creían.