La masculinizacion de la campaña electoral es un síntoma de la derechizacion de la política. Pero, ¿en serio piensan que los feminismos van a aceptar dócilmente no ser escuchados? El jueves salimos a las calles y ante eso, una reflexión necesaria. Sin nosotras, no hay democracia.
Por Jenny Durán | Foto Julianite Calcagno
A menos de un mes de las elecciones generales las expectativas para el 20 de octubre de las fórmulas presidenciales son variables. Como la realidad argentina. Los resultados de las PASO dieron lugar a nuevas estrategias para hablarle a una ciudadanía apática tras la salida de la pandemia, la crisis económica a partir de la deuda con el FMI, la sequía y la inflación consecuencia de la voracidad empresarial.
A esto se le suman los conflictos y competencias en el frente opositor y en el oficialismo que devengaron en el deterioro del diálogo entre la sociedad civil y la dirigencia.
En este contexto, se analizan tendencias más que datos concretos. Aunque como datos reales quedaron por un lado, el alto número de electores y electoras que no acudieron a las urnas el pasado 13 de agosto y el emergente de la libertad avanza (LLA) primera en las PASO, no sólo como parteaguas del binarismo electoral entre Juntos por el cambio y Unión por la Patria.
Estos elementos juegan considerablemente en este momento histórico. Argentina cumple 40 años de democracia ininterrumpida, un tercio de la sociedad adhiere electoralmente a una propuesta fascista que pone en jaque -entre otras cuestiones- la soberanía económica, los derechos laborales y pretende dar de baja un proceso de ampliación de derechos de mujeres y la comunidad LGBTTQ+.
Los temas económicos hegemonizaron la agenda electoral. El empleo informal, la brecha salarial, la falta de políticas de cuidado, afectan en mayor medida a las mujeres, son problemáticas de más de la mitad del padrón, que también trascienden generacionalmente. Aún se aguarda que se le den respuestas. Si hablamos de desilusión, frustración y hartazgo, de más está contar qué sucede en la cotidianidad de cualquier hogar con jefa de hogar y la proyección a futuro de cualquier integrante de la familia.
Si hablamos de lo urgente, el último informe de la Casa del Encuentro muestra que desde el 1 de enero al 31 de agosto de este año las víctimas de la violencia machista extrema fueron 224. Detalla que hubo 204 femicidios y femicidios vinculados contra mujeres y niñas. 3 Trans/Travesticidios. 17 Femicidios vinculados de varones y niños.
Aún así más de la mitad del padrón no escucha hablar de ellas. Con la salvedad y con alta amplificación por parte de la fórmula que plantea retrocesos en sus derechos.
Unión por la Patria, que es el frente que más votos ha obtenido de las mujeres, guarda un notable déficit en su campaña con respecto a estas temáticas, como si no fueran urgentes.
Al respecto, Analía Del Franco, directora de Del Franco Consultores, considera que “es muy notorio que las mujeres están más concentradas en la fórmula Massa Rossi, respecto de los otros. En otras elecciones casi no había disparidad entre varones y mujeres. Hoy es muy notorio la preferencia por Unión por la patria”, afirma.
Por otra parte Paola Zuban directora de investigación de Zuban Córdoba explica que las mujeres somos más en el padrón electoral que los varones y, en general, votamos mayor proporción que ellos. En las elecciones PASO, el 30% del padrón electoral no concurrió a votar por lo que el papel del voto de las mujeres que sí se comprometan a votar en octubre será significativo sin duda”.
“La agenda electoral y de campaña hasta las PASO no ha incluido- salvo algunas excepciones muy limitadas y las reivindicaciones de la izquierda- la agenda de género dentro de sus propuestas ni de sus mensajes o narrativas de candidatos/as. De hecho, se excluyó el tema no solo de las propuestas, sino de los debates presidenciales”, suma Zuban.
Analía Del Franco contempla que “podría suceder que las que aún no han votado, las que votan por primera vez sean más permeables a tener en cuenta el riesgo de tener un liderazgo autoritario. Las mujeres somos más vulnerables a un discurso del miedo. Es necesario que lo que significa este riesgo se instale en la discusión pública”.
Por otra parte, Zuban analiza que “las corrientes de opinión se han movido hacia temas que consideran más urgentes. No obstante, los consensos mayoritarios en torno, al menos, a la conciencia sobre la violencia de género están instalados”.
Del Franco coincide en que “el tema transversal es la violencia. Existen además otras problemáticas que sobresalen como la equiparación del salario, en cuanto a la brecha en los ingresos, pero el tema de la violencia de género sobresale como problemática principal”.
No hay certezas. Pero la historia de nuestro país y de la región demuestra que las luchas populares y las voces de los márgenes cuando son canalizadas avanzamos en la consolidación de una sociedad más justa y equitativa.
En pocos días se conmemora, con movilizaciones en todo el país, el Día de Acción Global por la Legalización del Aborto. Como cada 28 de septiembre los feminismos organizados marcharán en defensa de los derechos, con un fuerte pronunciamiento antifascista.
Acá están las herederas de las sufragistas, las que dieron el ejemplo a nivel mundial en la lucha por los derechos humanos, las que llenaron las escalinatas del Congreso para exigir el divorcio vincular, las que en los 90 salieron a cortar rutas por la supervivencia de sus comunidades, las compañeras del Malón de la Paz y las pibas que exigieron el aborto legal.
Acá están las que, desde los márgenes de la sociedad, construyen alternativas, participación y anticuerpos ante situaciones que ponen en riesgo la democracia. Cuando la democracia no las escucha se debilita. Son tiempos de apelar, construir e interpelar. Acá están quienes van a profundizar la democracia. ¿Las van a escuchar?