Por Juanma Olarieta
El antiguo presidente del gobierno español Felipe González escribió en 2009 una carta al presidente de Sudán, Omar Al-Bashir, condenado por el Tribunal Penal Internacional por genocidio, para que le ayudara a su amigo, el capitalista hispano-iraní Massoud Zandi, a apoderarse de un yacimiento petrolífero en Sudán del sur.
González fue presidente del gobierno español entre 1982 y 1995 a la cabeza del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), bajo cuyo mandato fueron asesinadas 30 personas en acciones de guerra de sucia por las que fue condenado uno de sus ministros del Interior, José Barrionuevo.
Durante su gobierno los casos de corrupción económica también fueron muy numerosos y no se han agotado tras abandonar el cargo. Se aprovecha de su condición de antiguo presidente del gobierno para llevar a cabo oscuros negocios con capitalistas no menos oscuros.
El ex-presidente socialista grabó un vídeo elogiando la “capacidad emprendedora” de su amigo Zandi y en su carta a Al-Bashir le asegura que es “una persona honorable, seria, trabajadora y con relaciones internacionales al más alto nivel”.
Además de Zandi, el expresidente del Gobierno pretendía favorecer al periodista Juan Luis Cebrián, que es socio de Zandi y amigo de González. Cebrián formó parte de Star Petroleum como consejero.
El vínculo entre González y Cebrián también es muy estrecho y procede de la época del primero al frente de la Presidencia del Gobierno, que estuvo favorecida por la línea editorial del diario El País y el grupo mediático Prisa que dirige Cebrián.
Zandi es dueño de la empresa Star Petroleum y en el momento en el que González redactó su carta los imperialistas aún no habían dividido Sudán en los dos pedazos actuales Sudán del Norte y Sudán del Sur. Por esa razón, el antiguo dirigente del PSOE escribió a ambos presidentes, tanto al del norte, Omar Al-Bashir, como al del sur, Salva Kiir.
En su carta González dijo que Zandi “lleva muchos años dirigiendo Star Petroleum y otras compañías con demostrada profesionalidad y eficiencia”. Sin embargo, el pasado año la Agencia Tributaria española abrió una investigación en
su contra por evasión fiscal.
Seis meses antes de que González escribiera su carta, el Tribunal Penal Internacional ordenó la detención de Al-Bashir por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Sin embargo, en su misiva el expresidente español se despedía de él con “respeto” y “afecto”. Meses después, el mismo Tribunal dictó otra orden de detención adicional contra Al-Bashir por tres acusaciones de genocidio.