Ante el reciente acuerdo de “asociación estratégica” comunicado entre la Unión Europea y el Mercosur comunicado como un proyecto de beneficio para el futuro, Marcha dialogó con la investigadora Luciana Ghiotto sobre quiénes se beneficiarán realmente y cuáles serán su implicancias cotidianas para las y los afectados de siempre.
Por Iván Barrera y Camila Parodi / Opinión Gráfica: Oscar de la Vega
El acuerdo de asociación estratégica recientemente comunicado por las autoridades del Mercosur y la Unión Europea en la sede de Bruselas fue presentado como una oportunidad histórica para las “transformaciones” en el mercado regional del sur del continente. Sin embargo, lejos de ser una realidad, los nuevos espejitos de colores ofrecidos por el viejo continente poco beneficiaran a la población sudamericana.
A su vez, este acuerdo de libre comercio con Europa abrió también la posibilidad de nuevos tratados, tal es así que en el día de hoy se conoció que se está “analizando una negociación de libre comercio con Estados Unidos”. Así lo comunicó el canciller argentino Jorge Faurie para “Terapia de Noticias” de La Nación + y sostuvo que se trata de una propuesta que “complementaría” el acuerdo con la UE en la misma línea que el mismo presidente Mauricio Macri había anticipado, la de “sentarse” con los Estados “más desarrollados” porque un país que “no está globalizado no tiene futuro”.
¿Para quién es el futuro pregonado por el Gobierno de Cambiemos con los TLC?¿Qué implicancias tiene? ¿cómo nos afectará en el cotidiano? ¿de qué manera se lo puede combatir? todas esas preguntas y muchas más le realizamos a Luciana Ghiotto, integrante de ATTAC – Argentina y de la Plataforma América Latina Mejor sin TLC en este intento de “TLC para principiantes”.
¿Qué es un acuerdo de asociación?
Un acuerdo de asociación es lo mismo que un Tratado de Libre Comercio (TLC). Estamos ante un tratado internacional donde varios estados realizan acuerdos comerciales y de temas detrás de la frontera.
¿Qué implicancias tiene?
La parte comercial comprende la reducción de aranceles, garantiza acceso a mercados y acuerda temas relacionados a reglas de origen, es decir, donde se produce cada producto. Los temas detrás de la frontera son los temas regulatorios, que tienen que ver con la capacidad del estado de regular ciertas temáticas en particular, como por ejemplo: los servicios, los derechos de propiedad intelectual, las compras gubernamentales, el comercio electrónico y las inversiones.
Este es un TLC aunque lleve el nombre de acuerdo de asociación porque lleva todos estos capítulos. Estamos ante un acuerdo que no solamente va a tener que ver con cuánta carne vacuna, cuánto pollo, cuánta miel y cuanto arroz puede venderle el Mercosur a la Unión Europea y viceversa, sino que estamos ante un tratado que lo hace es liberalizar, abrir y flexibilizar el acceso de corporaciones europeas a distintos sectores de los 4 países del Mercosur, como los anteriormente mencionados: servicios financieros, compras gubernamentales, comercio electrónico.
¿Cómo llega a la Argentina?
En Argentina gran parte de lo tratado en este acuerdo ya se encuentra en vigencia, estos sectores ya están liberalizados. Argentina ya abrió todo el sector de servicios y compras gubernamentales en los años 90. De hecho, las que se benefician de esto son las empresas europeas. Sin embargo, va a tener un efecto más fuerte en Brasil, donde existía una protección mucho más grande de algunos sectores de servicios, como el sector aeronáutico o el petrolero.
¿Qué impactos puede tener en el cotidiano?
En cuanto a la población en general, en Argentina va a tener un impacto con respecto a la industria que ha sido protegida durante muchos años por el estado y por los aranceles del Mercosur, como por ejemplo la industria automotriz y autopartista. Este acuerdo plantea que de acá a 10 y 15 años esos aranceles tienen que caer, por lo cual de acá a 15 años van a tener que reestructurarse estas industrias porque deberán competir de igual a igual con las industrias europeas. Eso llevará a que estas empresas, muchas de ellas PyMEs autopartistas quiebren, porque la competencia con Europa es muy desigual.
En concreto, se verá un aumento en la desocupación si no hay una política de estado de reestructuración de estos sectores y de recalificación de sus trabajadores hacia otros sectores económicos. A la par de la aplicación de este TLC, se necesita una posición activa del estado para reconfigurar a esos trabajadores, o se verá un aumento notorio en los índices de desocupación. Otro efecto inmediato a ese efecto de desindustrialización, es una especialización de Argentina para exportar bienes primarios como soja, oleaginosas y sus derivados.
¿Qué rol jugará la reforma laboral?
Macri venía a reformar el modelo productivo argentino. Él y Cambiemos, con la idea de “volver al mundo”, plantean que Argentina debe aumentar los niveles de productividad y ser competitiva. Para ser competitivos en el capitalismo global es reducir los costos de producción. Eso solo se logra a partir de una reforma laboral, la cual fue muy resistida a nivel social, evitando que Macri logre llevarla a cabo.
Si miramos este TLC es que se van a imponer ciertas condiciones que, en definitiva, vienen a hacer desde arriba lo que Macri no pudo hacer desde adentro. Se impone el lenguaje y las reglas de la globalización, con esta idea de la liberalización comercial y los TLC, por encima de lo que no pudo resolver la burguesía nacional. Esto ha sucedido en muchos países, los TLC terminan siendo instrumentos de disciplinamiento de los trabajadores.
¿Porqué se realizó sin consultas?
Es normal, nosotros hablamos de los “Tratados Vampiros”, se negocian en la oscuridad y cuando salen a la luz generan un enorme rechazo social. En este caso, sigue la misma lógica, los borradores que teníamos de este acuerdo son del año 2017 y esto había sido a través de un Wikileak que hizo Greenpeace en Europa y que mediante ellos tuvimos acceso a esos borradores sino no había forma. Ni con el kirchnerismo ni con el gobierno de Macri tuvimos acceso a ningún borrador. Menos, como sociedad civil y/u organizaciones sociales se nos recibió de manera cotidiana en la Cancillería para debatir este acuerdo. Lo que vemos es que ahora que está saliendo a la luz lo que finalmente acordaron nos da herramientas para ver lo que acordaron y aunque sea tarde podemos coincidir que es enormemente perjudicial.
¿Cuál es la lectura que hacen desde la Plataforma América Latina Mejor sin TLC?
En Argentina este acuerdo está cayendo como un balde de agua fría, la gente no tiene idea de qué es un tratado y qué implicancias tiene. Nosotros vemos que este acuerdo que firmó la Unión Europea ya está teniendo sus efectos en otros países de la región, por eso la mirada continental es imprescindible en este momento. Nosotros tenemos los hechos que muestran los efectos que este tipo de tratados tuvo en países como México, Ecuador, Colombia, Perú y Chile, que son los países que firmaron tratados con la Unión Europa de estas características.
Lo que vemos es que hay efectos perjudiciales muy notorios para las economías nacionales: el aumento del déficit de las balanzas comerciales con la Unión Europea, no hubo una diversificación de las exportaciones como se prometió, al contrario, se concentra en productos del extractivismo. En el caso de Colombia se destruyó la industria láctea, cuestión que también está en el acuerdo del Mercosur, porque se abre a la importación de productos como leche en polvo que en la Unión Europea están altamente subsidiados.
¿Cómo piensan la agenda de las organizaciones sociales a partir de este acuerdo?
Nos encontramos con que estos tratados en estos países han tenido efectos muy negativos. La idea es primero entender que esas experiencias existen, hay que dar a conocer esos efectos que ya existen y que nos pueden dar una enseñanza muy importante para el caso del Mercosur y de Argentina en particular. También hay que entender que la resistencia debe ser a nivel regional, no puede ser solamente nacional. En nuestro caso en particular, ahora se abre una instancia en la que, una vez que se firma el tratado, este debe ser ratificado en los congresos nacionales antes de entrar en vigencia. Para que este tratado entre en vigencia debe aprobarse en los cuatro Congresos Nacionales del Mercosur, por el Parlamento Europeo y por los veintiocho estados europeos.