Este domingo se llevaron a cabo las primeras elecciones municipales en Kosovo (país que se independizó de Serbia en 2008) en las que iba a participar la población de origen serbio que, sin embargo, realizó un boicot y disturbios en el norte del país.
Las elecciones municipales de Kosovo buscaban elegir a intendentes y concejales en 39 distritos y contaban con 1,7 millones de personas habilitadas para votar. Por primera vez y tras años de negociación entre Serbia y Kosovo, se iban a incluir en esta elección a la población mayoritariamente serbia que habita en el norte del país.
Actualmente unos 120.000 serbios viven en el pequeño Estado kosovar, de los cuales 40.000 se concentran en el norte del país, donde siempre mantuvieron el control sobre las instituciones locales. Este sector de la población sigue considerando que ese territorio pertenece a Serbia por lo cual convocó a un boicot a las elecciones que resultó efectivo ya que solo un 15% de los electores fue a votar.
Esta campaña fue realizada principalmente por grupos de extrema derecha que, además de boicotear el proceso, presionaron a quienes decidieron participar en las votaciones, produciéndose hechos de violencia. Los que se decidieron a votar fueron tachados de traidores e incluso filmados con cámaras de video.
Los mayores hechos de violencia se dieron en Mitrovica, ciudad del norte del país, donde según el medio alemán Deutche Welle “hombres enmascarados irrumpieron en tres escuelas que eran centros de votación, arrojando gases lacrimógenos y destruyendo las urnas. Una mujer resultó herida en los ataques y las votaciones fueron suspendidas en esa ciudad”. Sin embargo la agencia EFE sostiene que “la policía kosovar intervino con gas lacrimógeno y la votación quedó suspendida dos horas antes del cierre de los comicios”. Más allá de las versiones el nivel de violencia generó la efectiva suspensión de los sufragios.
Ante esa situación, los representantes de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que supervisaban el proceso electoral, fueron evacuados. Los funcionarios escaparon y vehículos blindados de la policía de la Unión Europea se desplegaron a lo largo del vecindario, mientras helicópteros sobrevolaban la ciudad. “La elección no se reanudará esta noche ni mañana, y la pregunta es si se reanudará en algún momento”, dijo Oliver Ivanovic, un candidato a alcalde del norte de Mitrovica.
El día anterior a la elección un candidato del partido Alianza por el Futuro de Kosovo (AAK), de centro derecha, fue asesinado a tiros por un agente de la policía kosovar que estaba fuera de servicio. Se trató del segundo ataque que se llevó a cabo los días previos al comicio ya que el viernes otro candidato a la alcaldía de Mitrovica fue atacado frente a su casa por dos hombres enmascarados.
A pesar de esto, en el resto del país se pudo realizar la elección con normalidad e incluso los habitantes de origen serbio fueron mayoritariamente a votar. “Son elecciones libres e históricas para nuestro nuevo Estado, un test europeo para nosotros”, dijo el jefe del gobierno kosovar, Hashim Thaci, tras depositar su voto. “Los comicios ponen a prueba nuestra madurez política y nuestra democracia interna”, añadió la presidenta estatal, Atifete Jahjaga.
Serbia, entre la Unión Europea y su ex provincia
Kosovo declaró su independencia de Belgrado en 2008 luego del conflicto armado entre fuerzas serbias y la guerrilla albanokosovar que se dio entre 1998 y 1999, y que contó con el apoyo explícito de Estados Unidos y la ONU. Este fue el último desmembramiento que sufrió la ex República de Yugoslavia cuyo antiguo territorio ahora está dividido en siete países (Eslovenia, Croacia, Bosnia – Herzegovina, Serbia, Kosovo, Montenegro y Macedonia).
Serbia es uno de los países del mundo que aún no reconoció la independencia de Kosovo y además mantiene una gran influencia dentro de su ex provincia. Sin embargo, las autoridades de Belgrado vienen gestionando la posibilidad de ingresar a la Unión Europea (UE). Por este motivo la UE estableció que la adhesión de Serbia al bloque dependa del desarrollo democrático y la estabilidad del nuevo Estado kosovar. Fue así que el gobierno serbio, pese a no reconocer la independencia de Kosovo, llamó a los serbokosovares a votar en los comicios municipales.
El acuerdo era que, tras las elecciones, el Estado kosovar debía crear una comunidad de municipios serbios que contaría por primera vez con reconocimiento internacional. Pero este traspié deja en suspenso esta iniciativa así como deteriora la imagen de Belgrado ante la UE.