La posible victoria de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil tras el desgobierno neoliberal de Jair Bolsonaro abre la posibilidad de la reconstrucción del país. En este contexto en el que millones de personas pasan hambre, es imposible no pensar en políticas que garanticen el acceso igualitario a la salud. Porque aborto legal es justicia social.
Por Luiza Mançano y Laura Salomé Canteros. Cobertura #NosotresSim en Brasil
El 28 de septiembre en Brasil cayó a cuatro días de las elecciones generales. El día de lucha por la despenalización y legalización del aborto es una fecha regional que se transformó en global por la lucha feminista en favor de la soberanía sobre los cuerpos- territorios- decisiones y es un consenso que surgió para incomodar a los gobiernos y los Estados con una demanda que forma parte de las deudas democráticas en toda Abya Yala.
Es por esto que, este día, quienes integran el Frente Nacional contra la Criminalización de las Mujeres y por la Legalización del Aborto en Brasil, lanzaron la campaña: “Votá por quienes defienden la vida y la dignidad de las mujeres, las niñas y las personas que gestan“. En su manifiesto, sostienen que es además una alerta contra la violencia sexual y una iniciativa para que el próximo gobierno tome como eje la defensa de los Derechos Humanos. “El propósito es también dialogar y sensibilizar a toda la sociedad brasileña”, afirman las activistas, “teniendo en cuenta las múltiples y diversas intersecciones de género, sexualidades, razas/etnias, clases y territorios”… “en particular, el derecho al aborto legal”.
Para Sonia Coelho, integrante del equipo de la organización feminista SOF [Sempreviva Organização Feminista], que trabaja con el feminismo popular en Brasil desde 1980 e integrante de la Marcha Mundial de las Mujeres, el actual escenario, en el marco de estas elecciones, lo que está en juego es la propia democracia y la derrota del facismo. “Este año electoral es muy atípico y estamos involucradas en las elecciones. Trabajamos mucho en el Frente Nacional con materiales, con el manifiesto que enviamos a los candidatos y las candidatas para que se comprenda y se comprometan con esta lucha por el derecho al aborto”, afirmó la feminista. “Tenemos dificultades para movilizarnos debido al momento que vivimos; otros años, incluso durante elecciones, logramos hacer más convocatorias; pero este año, debido a la especificidad de estas elecciones, es más difícil”.
A días de los comicios y cuando rige una alarma sobre las alianzas conservadoras que el principal candidato presidencial, Luiz Inacio Lula da Silva, pueda realizar, Sonia Coelho afirmó que “el 28 de septiembre es una fecha importante para dar visibilidad a la lucha por la legalización del aborto, el derecho de las mujeres a la autonomía, la autodeterminación y para denunciar cómo las mujeres pobres y las mujeres negras son las más afectadas por el aborto clandestino”, porque “es con la vida y la salud, que pagan el precio”, dijo y agregó esta fecha “es el momento de hacer estas denuncias”. Es que, la reconstrucción del Brasil no puede darse sin el acceso a los derechos sexuales y reproductivos que son DDHH.
Elecciones y clandestinidad del aborto: de eso sí se debe hablar
El derecho al aborto ya no es un tabú para las campañas electorales desde que Alberto Fernández, Gabriel Boric y Gustavo Petro, primero candidatos y luego presidentes de Argentina, Chile y Colombia respectivamente, se manifestaron a favor de que el derecho a decidir sea una política pública y un reconocimiento institucional de la soberanía sobre los cuerpos- territorios de mujeres, bisexuales, lesbianas, varones trans y personas no binarias.
Sin embargo, con Luiz Inácio Lula da Silva y Brasil parece haberse roto la sintonía. Fue en abril de este año, al comienzo de su campaña presidencial cuando afirmó que “aquí en Brasil está prohibido (el aborto) cuando en realidad debería ser una cuestión de salud pública” criticando además el sentido común sobre la familia que parece regir culturalmente. No obstante, en su página oficial, donde figuran sus propuestas electorales y probablemente los lineamientos del que será el próximo gobierno, hay una nota de septiembre que afirma “Lula nao é a favor do aborto”; allí se cita a un pastor de la comunidad evangélica que afirma que los gobiernos de Lula y de Dilma Rousseff “salvaron millones de vidas”. Paradójicamente, en la nota se reclaman políticas de salud igualitarias y un gobierno para la justicia social que deje atrás los discursos de odio poniendo la vida de millones en el centro.
“En todas las elecciones se utiliza el aborto como moneda de cambio”, recordó Sonia Coelho y Fabiana Pinto, de la campaña Estamos Prontas promovida por las ornganizaciones Mulheres Negras Decidem y por el Instituto Marielle Franco coincidió en la misma lectura. “La extrema derecha y los sectores conservadores lo utilizan para hacer chantajes a los candidatos, principalmente de izquierdas, tratando de silenciar este tema”, sostuvo Coelho y amplió: “En la precampaña, Lula habló de este tema y rápidamente intentaron borrarlo, hacer que no hablara más de este tema porque es muy utilizado por la extrema derecha para movilizar a sus seguidores, sobre todo cuando la situación económica y social es trágica. El bolsonarismo utiliza esta agenda como moral para mantener la fidelidad de sus votantes, principalmente de los sectores religiosos y tratan de crear este ambiente de hostilidad para todos los que se posicionan a favor de este derecho de las mujeres”, dijo la feminista.
Para Fabiana Pinto (Instituto Marielle Franco) y Tainah Pereira (Mulheres Negras Decidem), de Estamos Prontas, la llegada de Michelle Temer, tras el golpe parlamentario a la expresidenta del Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, significó un retroceso en las políticas públicas que estuvo acompañado por las Iglesias Evangélicas en todo el territorio. Instalaron que el aborto “es un crimen en cualquier caso” y “crearon normativas que son contra la Constitución y contra los derechos adquiridos por las mujeres”. Por eso, ahora, la esperanza de un gobierno de Lula viene acompañada porque aquellos derechos ya conquistados “se recuperen”.
*
Para derrotar al fascismo, las propuestas de las mujeres y del feminismo para el programa de gobierno de Lula da Silva fueron redactadas por un equipo formado por diferentes sectores. Entre ellos, movimientos feministas como la Marcha Mundial de las Mujeres, que participaron en la redacción de este borrador. Luego, se celebraron reuniones en todas las regiones del país para debatir y proponer cambios en el documento que posteriormente se transformó en el programa. De esta forma, los feminismos populares y organizados se hicieron presentes. Por la vida, por la libertad de las mujeres y también por la justicia social.
El documento que se titula “Reconstruir el país con las manos de las mujeres” tiene como uno de sus ejes la “Salud integral para todas las mujeres, con garantía de derechos sexuales y derechos reproductivos” y propone diversos programas y políticas específicas en esta materia para el próximo gobierno de Brasil. Entre ellos, plantea la “garantía de atención y asistencia obligatoria en la red sanitaria pública para los casos de aborto previstos por la ley, con formación de profesionales, atención humanizada y ampliación de los servicios de aborto legal”, además de la ampliación de permisos legales para la interrupción del embarazo”. Asimismo, propone incorporar a la atención sanitaria los conocimientos tradicionales y ancestrales de mujeres indígenas, ribereñas y quilombolas.