Por Noelia Leiva. Los diputados y diputadas encargados de dirimir sobre Legislación Penal analizarán legalizar la interrupción voluntaria del embarazo. Hay mayoría favorable pero no se sabe si quórum. Bullrich, presidenta de la comisión, aseguró que no habrá un “dictamen intempestivo”.
Cuarenta mil mujeres insistieron en que el aborto debe ser legal, seguro y gratuito en el 29° Encuentro Nacional que las reunió en Salta, otras cientos lo dijeron en abril frente al Congreso cuando el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo se presentó por quinta vez. Si de números se trata, 2014 tiene que ser el que quede grabado en la memoria de todos y todas por convertirse en el año que saldó la deuda histórica de la democracia. A eso aspira el movimiento feminista y antipatriarcal que se reunirá esta tarde en las puertas del Parlamento mientras la comisión de Legislación Penal trate -eso prometieron- la iniciativa para que cada una sea libre de decidir si parir o no.
La lucha por conquistar la decisión sobre el propio cuerpo es un ícono del movimiento de mujeres: ser ellas -nosotras- las que tienen el poder de decir sí o no de acuerdo a su deseo es un derecho clausurado por el Estado, las iglesias y el mercado negro que escupe abortos clandestinos. Lo que apoyan 69 legisladores y legisladoras de distintos bloques no es generar un cambio en los hechos, sino incorporar a la letra escrita una acción material real: los embarazos se interrumpen todos los días, pero las pobres lo hacen en condiciones inseguras y por eso mueren.
La presidenta de la comisión que hoy analizará el texto es Patricia Bullrich. Ahora representante del PRO, se comprometió con integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito a que se sentarán a repasar punto por punto la propuesta que defiende que hasta las 12 semanas cualquier mujer puede cortar su embarazo sin que ningún juez ni autoridad estatal intervenga.
Según le confirmaron a Marcha integrantes de la colectiva que promueve el cambio de legislación, la “piba” les aseguró ayer en una reunión reducida que estaba dispuesta a darle lugar al debate. Es decir, que hasta admitió la posibilidad de convocar a una “segunda reunión de comisión” si el resultado del encuentro de hoy a las 17:30 es dudoso, porque no quiere “que el dictamen sea intempestivo”.
Aunque 15 de las 31 personas que integran la comisión firmaron el proyecto, los dichos de Bullrich parecen adelantar que prevé un resultado desfavorable. Ella les aseguró a las militantes que “a título personal cree que el Estado debe ser laico”, aseguraron. Sin embargo, en sintonía con los preceptos reaccionarios del partido que integra, adelantó que no acompañará la aprobación. Falta definir qué harán sus compañeros y compañeras del recinto. Por ejemplo, la oficialista Diana Conti anunció que apoyará, así como Victoria Donda, de Libres del Sur; ambas integrantes del conjunto de diputados y diputadas nacionales que se juntarán por la tarde.
Las expectativas en la cuenta regresiva son muchas. El primer desafío a cumplir es obtener el quórum para dar el debate, y luego conquistar la lectura positiva. Si se consigue, luego deberán hacer lo propio las comisiones de Acción Social y Salud y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, donde el acompañamiento sería aún reticente.
El objetivo de completar ese recorrido antes de fin de año parece difícil de alcanzar, pero no por eso las y los militantes lo abandonarán. Pesa sobre las espaldas que la propuesta haya perdido estado parlamentario en 2013 por haber pasado el tiempo sin tratamiento. Eso no puede volver a suceder.
¿Asesinas, nosotras? Asesinos ustedes
Los frentes resistentes a despenalizar y legalizar el aborto supieron recurrir a lo más morbosos argumentos, siempre en nombre de la fe y del supuesto derecho a la vida. Pero, ¿a la vida de quién? Los abortos, por su penalización, se realizan en condiciones descuidadas, a veces completamente insalubres. Por eso son una de las principales causas de muerte materna. ¿Esa muerte no cuenta?
En Argentina, El 11 por ciento de las mujeres de entre 15 y 34 años que muere, lo hace por esa causa, según valores que un grupo de activistas difundieron a través de la ONG Change para demandar el tratamiento de hoy en comisión. En un informe elaborado en 2010 por la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, “entre 460 mil y 600 mil mujeres recurren cada año al aborto clandestino”, y hubo, al menos, “3000 muertas en democracia” como consecuencia de prácticas inseguras.
Las iglesias, con la Católica como bandera de proa, señalan a las ‘aborteras’ como dañinas del valor sagrado de la vida, porque arrancan de sus vientres a seres “indefensos”. Aunque la medicina señala que la persona humana es toda aquella que nació viva y respira. Antes, es sólo el proyecto de un destino. No tienen nada por decir, evidentemente, de las cifras de muertes de quienes que creen que, en tanto portadoras de un cuerpo, deben poder optar sobre aquello que le acontece.
Mientras, el negocio se vuelve redituable para las clínicas privadas que en el seno de las ciudades cabeceras cobran por la clandestinidad a personas que pueden costear eso, que en lugar de un privilegio debería ser un derecho. Total, luego pueden volver a aparentar su moral de buenas samaritanas.
Porque antes de abortar debe haber anticonceptivos para todas, porque antes de tener relaciones sexuales debe haber educación para elegir, pero porque toda esa lucha remite a que nadie más debe decidir sobre nuestros ovarios: ¡aborto libre, legal, seguro, gratuito y ya!