Por Redacción Marcha.
El asesinato de la militante política fue condenado por la Justicia como muerte en situación de robo. Sus familiares sostienen que la mataron por sus testimonios. Denunció los delitos sexuales durante la dictadura como estrategia sistemática de adoctrinamiento de las mujeres. Fue pionera en pedir que esos delitos sean entendidos como de lesa humanidad.
Silvia Suppo fue testigo poco tiempo antes de ser asesinada en el juicio que condenó al ex juez federal Víctor Brusa a 21 años de prisión por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada, vejaciones, apremios ilegales, coacción y tormentos. La mataron por ser mujer y militante, lejos del rol de silencio que le asignó el patriarcado. Había denunciado cómo en la última dictadura cívico militar los machos de las fuerzas armadas y sus cómplices civiles adoctrinaban los cuerpos rebeldes de las compañeras secuestradas mediante la violencia sexual. Fue asesinada tras declarar y esta semana los dos acusados recibieron prisión perpetua.
Sin embargo, como la Justicia tiene sus trampas, la condena entendió la muerte “en situación de robo”, la coartada que instaló la defensa. Sin embargo, los familiares de Suppo reclaman que se profundice la información porque creen “que fueron a matarla”. La sentencia se hizo esperar y no evaluó esa decisión fatal de callarla, la misma que hace 39 años se instalaba como plan sistemático para una generación que buscaba cambios políticos, sociales y económicos. En definitiva, en la distribución del poder.
Suppo fue asesinada el 29 de marzo de 2010. La condena del Tribunal Oral Federal de Santa Fe llegó cinco años y un día después. Impulsaba como denunciante la investigación sobre su compañero desaparecido Reinaldo Hammeter y sobre los avasallamientos durante los años más oscuros: en 1977, cuando tenía 17 años, fue secuestrada. Permaneció en cautiverio en la Comisaría Cuarta de Santa Fe y en el centro clandestino de detención “La Casita”, donde fue violada en diversas ocasiones y quedó embarazada. La ‘carcelera’ María Eva Aebi le practicó un aborto.
Silvia había denunciado que los militares querían aleccionar a las mujeres mediante un método específico de tortura, la violencia sexual, y reclamaba que fuera entendido como crimen de lesa humanidad. Es que el avance en materia de esclarecimiento tardó mucho en empezar a ver los abusos como parte fundamental del mecanismo del horror perpetrado desde las estructuras del Estado entre 1976 y 1983.
“Nos quedó un sabor a poco en este juicio”, planteó la abogada Lucila Puyol respecto del proceso que analizó el asesinato de Suppo, según replicó el portal santafecino Redacción Rosario. “Si bien esperábamos esta condena, no es lo mismo que pretendíamos. Porque nosotros pedíamos la prisión perpetua por homicidio ejecutado con alevosía, pero el fiscal plantea que fue un homicidio en ocasión de robo, y nosotros creemos que fueron a matarla”, desarrolló la letrada. Juntoa su colega Guillermo Munné, pidió ampliar la indagación y denunció anomalías, pero nada fue oído.
“De todas las investigaciones que pedimos -tanto desde la querella particular que representa a los hijos de Silvia, como desde la de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación- sobre encubrimientos y las irregularidades que rodearon a la causa, a nada de eso hizo lugar el Tribunal. Lo único que planteó es que se remita copia a la fiscalía federal, algo que sí habíamos pedido”, señaló la abogada.
La condena recayó sobre Rodolfo Valentino Cóceres, de 26 años, y Rodrigo Ismael Sosa, de 22, como “coautores del delito de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y para procurar impunidad”. Ambos confesaron su responsabilidad en el crimen. El Tribunal estuvo compuesto por jueces María Ivón Vella, José María Escobar Cello y Luciano Lauría.
Al momento del asesinato, el gobierno provincial hizo circular la hipótesis de la situación de robo para evitar que proliferen las sospechas. Sin embargo, no lograron engañar a organizaciones de mujeres y derechos humanos, que ven en la sentencia una lectura tendenciosa e incompleta. Por eso, prometieron que sin justicia para Silvia no habrá “Nunca más”.
Nota relacionada: “La violencia sexual como crimen de lesa humanidad” http://www.marcha.org.ar/la-violencia-sexual-como-crimen-de-lesa-humanidad/