Por Ulises Bosia. Las próximas elecciones van a dejar barajadas las cartas para el tema excluyente de la agenda política: la sucesión de Cristina en la presidencia a partir de 2015. En esa clave cada uno de los partidos políticos está intentando ganar terreno a partir de las tendencias expresadas en las PASO.
El Frente para la Victoria
El kirchnerismo, aun sufriendo un retroceso electoral similar al de las PASO, continuará siendo la principal fuerza política del país, por homogeneidad y extensión territorial, y por la presencia de un liderazgo indiscutido. Su objetivo será garantizar la gobernabilidad los próximos dos años con bloques legislativos fuertes, algo que no solamente depende del número de diputados y senadores que obtenga, sino también de una elección que legitime el liderazgo de Cristina para evitar o al menos posponer desbandadas y rupturas internas.
Su principal batalla será la provincia de Buenos Aires, donde Martín Insaurralde intenta disminuir la distancia que las encuestas le presagian con respecto a Massa, a partir del acompañamiento del gobernador Daniel Scioli. Con una receta que combina la utilización del tema de la inseguridad y la insistencia en las mejoras sociales de la última década, esperan reducir el impacto de la derrota.
Otra parada fuerte será la disputa por el segundo senador de la Ciudad de Buenos Aires, donde Daniel Filmus debe ganarle a Pino Solanas si quiere renovar su banca. En este caso, el dato decisivo será la capacidad de Solanas de mantener los votos que los cuatro candidatos de UNEN lograron en agosto, cuando la interna generó una enorme atracción en los votantes de la Capital.
Finalmente, también será clave el desempeño del kirchnerismo en provincias donde en las PASO sufrió derrotas sorpresivas o retrocesos mayores a los esperados, como San Juan, Jujuy o Chubut.
El Frente Renovador y el peronismo opositor
Por el lado del principal ganador de las primarias, el intendente de Tigre, Sergio Massa, se trata de ampliar la brecha lo más posible con su inmediato perseguidor, Martín Insaurralde. Su campaña es previsible: refuerza sus fortalezas como candidato, recorre una y otra vez los temas en los que se siente más seguro y evita las confrontaciones y los debates, tal como indica el manual del que arranca como ganador.
A esta altura puede afirmarse que los cuatro meses que transcurrieron desde que anunció la formación del Frente Renovador y su consiguiente pase a la oposición política, ya lo convirtieron en una figura con proyección nacional, en condiciones de participar de la disputa por el mandato presidencial del 2015 desde el peronismo opositor.
El gobernador cordobés De la Sota es posiblemente la única figura que puede disputarle hoy ese lugar en este espacio político y por eso será clave para sus ambiciones revalidar su triunfo de agosto.
Mauricio Macri, quien en general no logró resultados trascendentes más allá de la avenida General Paz, no puede inscribirse exactamente en este espacio político por su propia y deliberada negativa. Sin embargo, si desea mantener su proyecto presidencial deberá buscar algún tipo de asociación con estos referentes. Algo de ello intentó con Massa, aunque el intendente de Tigre y sus seguidores lo negaron reiteradamente. Sea como fuere, para sentarse a negociar con alguna chance deberá revalidar el triunfo de Michetti e intentar frenar la sangría de cortes de boleta hacia Carrió, en perjuicio del rabino Bergman.
El panradicalismo
El objetivo del conjunto de radicales, ex radicales, socialistas y figuras independientes asociadas al republicanismo opositor es posicionarse como alternativa a la interna del PJ. Es decir, ofrecer la posibilidad de un próximo presidente no peronista.
Para ello deben revalidar las tendencias de octubre en varios distritos clave. En primer lugar en Santa Fe, donde Hermes Binner buscará un apoyo contundente para repetir su candidatura presidencial de 2011. En segundo lugar en Mendoza donde Cleto Cobos hará lo mismo. En tercer lugar en la Ciudad de Buenos Aires donde Carrió puede recuperar su fuerza después del resultado catastrófico del 2011 y Pino Solanas intentará seguir en carrera. Y finalmente en la provincia de Buenos Aires, donde Stolbizer y Alfonsín necesitan un resultado que le permita soñar a esta alianza con una base de apoyo fuerte en un distrito imprescindible para ganar las elecciones de 2015.
La mayoría de estos candidatos podrían ser presidenciables, lo que supone una interna de difícil resolución. Quizás la exitosa experiencia de las internas abiertas de UNEN pueda ser un camino efectivo, aunque también riesgoso para cada candidato, como testimonia el derrotero de Gil Laavedra, quien pasó de presidir el bloque de diputados nacionales de la UCR a ni poder participar de la elección.
Las izquierdas
Finalmente, fuera de estos tres grandes sectores que representan a las estructuras políticas tradicionales que sostienen el régimen democrático desde 1983, se encuentran distintas formaciones de izquierda que intentan posicionarse como opción de cara al 2015, ante las distintas alternativas regresivas mencionadas arriba.
La principal de ellas, por extensión nacional y arraigo militante, es el Frente de Izquierda, que aspira a acceder por primera vez a un bloque de diputados nacionales y a representación en distintas legislaturas provinciales. Además Luis Zamora pelea por volver a obtener una banca por la Ciudad de Buenos Aires.
Y por fuera de estas candidaturas tradicionales, se encuentran las formaciones de la izquierda popular que se presentan por primera vez, cuya experiencia más significativa se está dando en la Capital Federal mediante la alianza de Marea Popular con el partido de Claudio Lozano en el frente Camino Popular.