Nota y fotos por Darío Cavacini
Diez años pasaron desde que las y los estudiantes de la EMBA de Quilmes produjeron la mayor movilización de la ciudad. Una oportunidad para repasar un hecho histórico, en épocas donde las calles son, más que nunca, el lugar para decir y hacer.
A fines de 2005, estudiantes de la Escuela Municipal de Bellas Artes de Quilmes (EMBA) encontraron que habían sido mudados del edificio en el que históricamente había funcionado otro que no poseía –ni posee hoy– las condiciones necesarias para albergar sus múltiples actividades, poniendo en riesgo a los alumnos y alumnas –muchos de ellos, niñas y niños– y profesores. El intempestivo traslado que, según se dijo en ese momento, iba a ser hasta que se realizaran las refacciones necesarias al edificio viejo, se sumó al conflicto que el Municipio mantenía con las y los docentes respecto del pago de sus salarios y la modificación arbitraria del estatuto, que ponía en riesgo la continuidad de la escuela.
El 10 de julio de 2006, ante la falta de respuestas del Gobierno Municipal del entonces intendente Sergio Villordo, la comunidad educativa decidió tomar el establecimiento como medida de fuerza frente a los atropellos que venían sufriendo desde hacía más de seis meses. Frente a la inconformidad de las y los estudiantes y docentes, demostrada con movilizaciones y escraches, el Municipio pretendió tapar esos baches con un insignificante presupuesto que no llegaba a cubrir la totalidad de la deuda con docentes y, mucho menos, a mejorar las condiciones edilicias. A pesar de las amenazas sufridas por quienes conformaban el Centro de Estudiantes, de la destrucción de las obras de arte realizadas en reclamo a la situación y la desaparición de los materiales de estudio necesarios para el normal funcionamiento del lugar, la EMBA siguió de pie y continuó movilizándose.
El 14 de agosto de 2006, durante un nuevo aniversario de la ciudad de Quilmes, el Intendente junto a sus funcionarios municipales, agredieron física y verbalmente a los estudiantes de la EMBA, quienes también se encontraban en el evento intentando visibilizar su pedido. La represión, que culminó con más de una docena de estudiantes agredidos, fue realizada con colaboración policial que liberó la zona para que las agresiones pudieran sucederse, a pesar de haber sido realizadas a una cuadra de la comisaría más cercana.
Luego de los hechos de represión ejercidos hacia las y los estudiantes, la comunidad educativa de la EMBA –con apoyo de gran parte de la población quilmeña– salió a las calles en una masiva manifestación de más de 6000 personas, para exigir la renuncia del Intendente y la regularización de la situación de la escuela. Este hecho marcó un hito en la historia de la ciudad, al ser una de las movilizaciones más multitudinarias que se hayan registrado en las últimas décadas. A pesar de que la ex patota municipal fuera denunciada, avanzó la impunidad y jamás fueron investigados ni procesados, más allá de la gran cantidad de pruebas en su contra.
Diez años después de la histórica mañana de los pinceles, estudiantes y ex estudiantes se reunieron frente al histórico edificio de la EMBA para seguir reclamando por un edificio propio, el pago de los salarios atrasados, la implementación del boleto educativo y un mayor presupuesto para la escuela. En homenaje a la lucha, se realizó una jornada artística que reunió a quienes comenzaron el reclamo y a quienes lo continúan hoy desde el centro de estudiantes y contó con música en vivo, intervenciones artísticas y talleres de pintura y grabado para niños. El evento tuvo como objetivo mantener activa la memoria de una lucha que ya lleva más de una década de vida y que no tiene intenciones de dar ni un paso atrás.