Crédito: Luciana González para La Soga Producciones
Por Adrián Pulleiro y Carlos G. López Pombo. En el marco del ciclo “Espacios de-coloniales”, la Universidad Nacional de Río Cuarto organizó este lunes y martes las jornadas de discusión “Universidad, movimientos sociales y nuevos horizontes del pensamiento crítico”.
Figuras destacadas del ámbito de las ciencias sociales como Boaventura de Sousa Santos, Maristella Svampa y Horacio González participaron de un original momento de debate e intercambio junto a miembros de organizaciones populares. En el diálogo que sigue, el rector de la Universidad anfitriona, Marcelo Ruiz, explicó los propósitos del encuentro y se refirió a los objetivos que persigue la actual conducción de la universidad cordobesa.
¿Cómo surge “Espacios de-coloniales”?
Nos interesaba intervenir en la discusión que se dio en los últimos tiempos entre las miradas que trabajan desde “el sistema mundo” y “la poscolonialidad”, particularmente generar un espacio de crítica a los Estudios Culturales en su versión estadounidense. Esto nos parecía fundamental para poder entender la realidad local y la historia de Río Cuarto, vinculada en su momento a la Campaña del Desierto y a un componente racista que sigue instalado en el espacio cultural riocuartense hasta la actualidad. Nos metimos en estos debates porque desde esa escuela se terminaba legitimando la colonización y el genocidio. Necesitábamos una nueva puerta de entrada teórica para repensar esos problemas. Pero también nos interesaba generar un espacio para articular con un montón de grupos con los cuales veníamos trabajando desde antes de llegar al rectorado, el año pasado.
¿Qué particularidades tiene esta universidad que explican la organización de una actividad como estas jornadas de discusión?
Hay, por empezar, una tradición de lucha docente en esta universidad, por ejemplo esta es la primera universidad en tener carrera docente. Donde se revaloriza la carrera docente sin desligarla de un proyecto político. Hay una historia importante, también, del movimiento estudiantil. A eso le sumaría un instrumento importante que es la regional intersindical que armamos con los compañeros de la universidad de Rosario, con los de Villa María, de Córdoba y de San Luis desde la que nos dimos un fuerte trabajo cultural y desde donde construimos una referencia que nos permitió instalar debates importantes. Por último, todo el proceso de lucha que siguió a la explosión de 2007, en la que murieron seis docentes y estudiantes. Eso fue una bisagra que con el tiempo fue definiendo la necesidad de pensar otra universidad.
¿Cuáles son los desafíos que se proponen al frente de la universidad?
Los desafíos a mediano plazo pasan por generar espacios de politización como estas jornadas para reconquistar la legitimidad perdida de la universidad pública y esto supone ubicar a la universidad en los debates importantes en relación con la cultura y a la ciencia. Y a la vez que permitan discutir el papel de la universidad en relación con los movimientos sociales en una perspectiva emancipatoria más amplia.