Por Gonzalo Penas. Misfits tocó por sexta vez en Buenos Aires, presentó su último disco y repasó toda su carrera en un recital de una hora y media a puro “one-two-three-four”.
Que Buenos Aires apadrinó varias bandas punks no es novedad. Los Ramones hacían de a 5 fechas cada año que venían. Los Die Toten Hosen vienen cada vez que sacan un disco y, además de la fecha convencional, siempre nos regalan alguna sorpresa (tocar en la casa de un fanático, hacer un show para íntimos que se enteran de boca en boca o directamente hacer un recital frente a la galería Bond Street en plena calle). Con Misfits pasa algo muy similar. Como una de las bandas pioneras del punk rock norteamericano, juntó fanáticos en Argentina desde la primera época.
El viernes 20 de abril, la banda que desde su reunión en 1996 lidera Jerry Only (voz y bajo), se presentó por sexta vez en Buenos Aires. Esta vez el Teatro de Flores fue el lugar que reunió a los “punkies” porteños, algunos con caras pintadas (imitando a los integrantes de la banda), otros con crestas, camperas de cuero y chupines y algunos otros, ya más grandes, parados atrás para volver a ver a una de sus bandas predilectas. “El Teatro” no estaba lleno: el precio de las entradas ($ 225) se sumó al hecho de que la banda había venido en 2008 y en 2010 y el aluvión de recitales de esta primera parte del año hizo que algunos punks se queden afuera de esta fecha por preferencia, por elección o porque no les quedó otra. No obstante, hubo una cantidad considerable de personas que fueron a ver la presentación del nuevo disco de Misfits: The Devil’s Rain (2011).
Misfits ya había venido anteriormente en cinco ocasiones a Buenos Aires. Quienes fueron a Cemento en 1998, a Museum en el 2000 o al Hangar en el 2001 (con Marky Ramone en batería y los Flema como teloneros) en la gira que los trajo por sus 25 años de trayectoria, no olvidarán esos primeros -históricos- shows. Ya más acá en el tiempo, en 2008 volvieron y dieron un excelente show en El Teatro de Colegiales junto a 2 Minutos. La última vez que pisaron suelo argentino fue en el 2010, cuando tocaron con CJ Ramone (bajista de The Ramones) en El Teatro de Flores. Allí regresaron, casi dos años después, para hacer un show de una hora y media y casi 30 canciones, todas precedidas del clásico punk “one-two-three-four”.
Pasadas las 21, salieron a escena Jerry Only (con la mítica campera de cuero con tachas y el cuello parado), Dez Cadena (guitarra, ex Black Flag) y “Chupacabra” Arce (batería, con la dentadura de calavera pintada en su boca) y comenzaron el show con los primeros temas de su nuevo disco: “The Devil’s Rain”, “Vivid Red” y “Land of the Dead”. Si bien hubo otros temas de este disco (“The Black Hole”, “Jack the Ripper”), la banda tocó todos sus clásicos. El primer gran pogo se armó con “Scream” (de Famous Monsters, 1999). Después de algunos cruces de escupitajos entre Jerry Only y el público, dieron comienzo a “Cold in Hell”.
Hubo dos momentos precisos en los que el tiempo pareció retroceder a épocas de la revolución punk. El primero fue en la mitad del recital cuando interpretaron temas como “Static Age”, “She”, “American Psycho” y “Dig Up Her Bones”. Tremendo el pogo que desató en cada uno de esos temas y tremenda la forma en que el público coreó todas las canciones, la letra y también los acordes. El segundo momento fue sobre el final del set list, cuando tocaron “Halloween”, “Skulls”, “Hatebreeders” y “Helena”, las primeras dos con un enorme descontrol en todo El Teatro y las últimas dos con varias chicas subidas a los hombros de los chicos que saltaban con ellas. Estas canciones demuestran que la banda no olvida sus temas históricos. No solo los de su primera etapa (1978-1984 con Glenn Danzig en voz y Jerry Only solo en bajo) donde grabaron dos excelentes discos -clásicos y pioneros del punk rock- Static Age (1978, aunque recién se editó en 1997) y Walk Among Us (1982), más algunos EP’s, sino también los de la década del noventa: American Psycho (1997) y Famous Monsters.
Los bises fueron directo a la mandíbula. Como si fuesen una patada en el pecho que se siente con el doble bombo que tiene la batería de “Chupacabra”. Dos clásicos inolvidables y que se resisten al paso del tiempo como “Hybrid Moments” y “Die Die My Darling” para cerrar el show y que no queden dudas que la banda suena excelente en vivo y que Jerry Only -que terminó bajando del escenario, regalando su remera y saludando al público que se juntó sobre la valla-, más allá de lo que digan los acérrimos fanáticos de Danzig, también es un brillante frontman. Sudados y cansados, de a poco todos empezaron a salir. A nadie le quedarán dudas acerca de por qué Misfits influenció a tantas otras bandas: porque son un grupo pionero del punk y arriba del escenario parece como si el tiempo no hubiese pasado. Es increíble la fuerza y la garra de los tres integrantes en cada canción (y eso que el día anterior dieron un show en la ciudad de Rosario) y además son una histórica banda que sigue sonando increíblemente bien, no solo en sus discos sino también en vivo. El estilo, la moda e incluso la ideología punk, habrán mutado varias veces, pero con bandas como Misfits la música punk está bien viva.