Habitantes de Bissau (la capital) se trasladan al interior del país por miedo a la violencia tras el golpe / Credito: www.juventudrebelde.cu
El jueves 12 de abril las fuerzas armadas de Guinea-Bissau realizaron un golpe de Estado que incluyo ataques a la residencia del primer ministro Carlos Gomes Junior, quién fue detenido, y la ocupación del Palacio de Gobierno.
Guinea-Bissau es un pequeño país que se encuentra en la costa noroccidental de África. Esta excolonia portuguesa obtuvo su independencia en 1973 y fue aceptada por Portugal en 1974.
El pasado jueves, un golpe de estado derrocó al primer ministro Carlos Gomes Junior y al presidente Raimundo Pereira, aportando a una inestabilidad que se ha vuelto habitual en los últimos años.
La toma de estaciones de radio y televisión y la ocupación de sedes de partidos políticos acompañó el ataque a la residencia del primer ministro de Guinea-Bissau quién, durante algunas horas, estuvo desaparecido. Poco tiempo después los sublevados informaron que lo habían detenido junto al presidente en funciones.
La destitución de Gomes Júnior por parte de las fuerzas armadas de su país se da en un contexto particular. El depuesto primer ministro se postulaba como el candidato con mejores oportunidades para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 29 de abril luego de haber alcanzado poco más de un 48% en la primera vuelta. El candidato del gobernante Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (Paigc) iba a enfrentar a Kumba Yala, miembro del Partido para la Renovación Social (PRS) y ex presidente del país. Sin embargo, luego de la primera vuelta, el PRS y otros partidos opositores llamaron a boicotear los comicios del 29 de abril alegando fraude.
En ese marco, los militares golpistas aseguraron que actuaron contra un supuesto “acuerdo secreto” entre Guinea Bissau y Angola que “amenazaba” la soberanía nacional. Angola tiene desplegados unos 200 soldados destinados a ayudar en la reforma del Ejército guineano. El proyecto implicaba el pase a retiro de soldados con varios años en actividad y la formación de nuevos reclutas.
Sin embargo, este no parece ser el único motivo del levantamiento. Con el golpe de Estado de la semana anterior fue disuelto el parlamento y el ejecutivo. A partir de un acuerdo entre algunos partidos opositores al Paigc, entre ellos el PRS, se formó el Consejo Nacional de Transición (CNT), que deberá designar al nuevo mandatario y conformar el Ejecutivo. De esta manera, aquellos que llamaban a boicotear las elecciones demuestran su connivencia con la suspensión del orden constitucional del pasado 12 de abril.
El martes 17 los militares golpistas y los partidos de oposición acordaron celebrar elecciones en un período de dos años, con lo cual ratifican las medidas adoptadas luego del golpe de Estado del pasado jueves 12. La transición se extiende por dos años con la actual decisión, en tanto se afirmó que el ejército regresará a los cuarteles una vez sea designado el nuevo presidente por parte del CNT.
Cabe recordar que las elecciones se efectuaron de forma adelantada debido a la muerte por diabetes en enero último en Francia del entonces presidente, Malam Bacaí Sanhá (por este motivo asumió Pereira). Este había llegado al poder tras su elección en 2009, luego del asesinato del entonces jefe de Estado Nino Vieira (histórico dirigente del Paigc) y del exjefe militar Batista Tagm na Wai, en marzo de ese año.
Rechazo interno
Varias movilizaciones se suscitaron estos días para rechazar el golpe y exigir la vuelta al gobierno de Gomes Junior y la realización de las elecciones. La más importante se dio este lunes cuando el Sindicato Nacional de los Trabajadores de Guinea Bissau y la Confederación Nacional de los Trabajadores paralizaron con una huelga buena parte del sector público del país. La medida tuvo masiva acogida y fue convocada por las centrales obreras al considerar que el golpe de Estado militar “amenaza el funcionamiento de la administración pública”, indicó un comunicado. Los líderes sindicales exhortaron a los trabajadores a ausentarse de sus puestos “hasta tanto no se restablezca el orden constitucional democrático violentado”.
La respuesta de la junta militar en el poder fue la represión y al día siguiente prohibieron todo tipo de protestas en el territorio nacional y amenazaron con castigar con severidad a los que violen el decreto emitido.
La asonada militar recibió también críticas de la Iglesia Católica guineana y de la presidenta de la Comisión Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos, Aida Enjae Fernández, quien censuró la represión de las manifestaciones.
Rechazo internacional
A las pocas horas de conocerse el golpe de Estado, diversos organismos internacionales rechazaron el levantamiento. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el golpe el viernes 13 de abril, un día después de los hechos. En una declaración decía que los miembros del Consejo de Seguridad “demandan la inmediata restauración del orden constitucional y del gobierno legítimo para poder completar el proceso electoral en marcha y que incluye comicios legislativos”. En esa misma declaración también exigió la inmediata liberación de todos los funcionarios detenidos por los golpistas.
Por otra parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, rechazó el lunes 16 el anuncio de los líderes del golpe de Estado en Guinea Bissau de establecer un gobierno nacional de transición en ese país africano. El titular de la ONU lamentó esa decisión de los golpistas, tomada “a pesar de los llamamiento de la comunidad internacional para la inmediata restauración del orden constitucional”, roto el pasado 12 de abril.
El martes, la Unión Africana (UA) suspendió a Guinea-Bissau. “Se ha decidido suspender a Guinea Bissau de cualquier actividad de la Unión Africana hasta que ese país vuelva al orden constitucional”, declaró el presidente del Consejo de Paz y Seguridad de la organización, Ramtane Lamamra. La UA, integrada por 54 países, estudia también la posibilidad de imponer sanciones y desplegar una “fuerza de estabilización” internacional para mantener el orden en Guinea Bissau.
La suspensión ordenada por la UA se produjo a pesar de que los golpistas llegaron a un acuerdo con la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), que el lunes envió una misión de mediación a Bissau, para restablecer el orden constitucional. El jefe de la misión de mediación de la CEDEAO, Kadre Ouedraogo, anunció este martes el acuerdo, aunque no facilitó detalles sobre el proceso que debe seguirse para lograr el retorno del orden legal vigente antes de la asonada.