Por Camila Parodi. Las Imillas son un colectivo de mujeres que vela por correr el velo del machismo y del capitalismo en La Paz. Sostienen que, lejos del discurso oficial, el gobierno de Evo Morales aún no lo consigue.
Comenzó en La Paz, Bolivia, el primer Aquelarre Feminista. Allí colectivas y activistas feministas de todo el país se encuentran para poner en discusión las problemáticas patriarcales que ni la Unidad de Despatriarcalización se atreve a trabajar. Eliana Quiñones y Alejandra Canelas, integrantes del Colectivo de Mujeres Libertarias Imillas y organizadoras del encuentro explicaron, el surgimiento de dicha propuesta.
Las Imillas conforman un grupo de base autogestionado de mujeres feministas de La Paz que realiza actividades por las calles paceñas para visibilizar la opresión patriarcal que viven día a día las mujeres. Cuentan con un programa radial que se emite en El Alto donde, con sus voces rebeldes, ponen de manifiesto su visión crítica ante la situación que atraviesa el país. Según sostienen, Bolivia, lejos de encontrarse en un proceso de despatriarcalización, se halla en un contexto de violencia patriarcal que se acrecienta y cristaliza.
Es desde el Colectivo que, en articulación con otros grupos, se organizó el Aquelarre Subversivo. Un encuentro feminista que comenzó ayer y continuará hasta mañana con el fin de nuclear los diversos espacios y colectivos feministas de todo el país. Se proponen construir una red que integre las diversas luchas y avanzar en la consolidación de proyectos comunes,
-¿Cómo surge el Colectivo de Libertarias Imillas?
-Eliana Quiñones: la vida, la calle, la barricada nos unieron y hace ya 14 años que trabajamos juntas. Estamos preocupadas e indignadas con esta posición en la que nos ponen a las mujeres en esta sociedad. Si bien muchas venimos de los partidos de izquierda, de los movimientos sociales, es decir de la lucha por la reivindicación de los pueblos, muchas veces encontrábamos que nuestra reivindicación como mujeres, las denuncias de violencias, el aborto, el cuerpo, la familia y la maternidad no eran temas no eran parte de la charla seria para revolucionarnos, eran temas de las cuates, de las mujeres, por lo que había que dejarlo para después o solamente para las compañeras. Entonces en esa indignación y preocupaciones, las Imillas Somos muy diversas, heterogéneas; algunas son madres, artistas, comunicadoras y docentes. Allí juntas dijimos basta, nosotras queremos hacer una transformación verdadera para todas y todos. Nos une la vida y la transformación de lo que nos impuso el patriarcado, por eso queremos desterrar la violencia que se normalizó. Y en esa línea, nuestro descontento con el capitalismo, con sus imposiciones de mercado y de consumo, con la colonia, el extractivismo, y por ende, con la usurpación, la destrucción y asesinatos de los pueblos. La rabia es también nuestra fuerza de crear a través de nuestra cotidianidad, a través de las guaguas y la comunidad para hacer un mundo realmente diferente aquí y ahora.
-¿Cómo creen que se puede lograr?
–Es muy importante restablecer los lazos de aprendizaje y sabiduría de los pueblos ancestrales, de nuestras abuelas, que es una total alternativa contra este sistema. Por un lado, lo hacemos en la calle, como espacio de resistencia, denuncia, visibilización y creación. Y en la chacra, por el otro, que es lugar donde siembras, porque queremos criar la vida y alimentarnos de ella, como espacio de encuentros distintos para nosotras.
–¿Por qué mantienen una posición crítica frente al proceso antipatriarcal que anuncia el gobierno?
-Alejandra Canelas: como Imillas, tenemos una posición crítica. Siempre quisimos visibilizar la violencia estatal sobre las mujeres, de cualquier gobierno no solamente en el de Evo Morales, que realmente te usurpa tu cuerpo, tu placer, tus decisiones. Creo que muchos movimientos veían con un poco de esperanza la despartriarcalización. Pero en todo este tiempo vemos que la violencia hacia la mujer incrementó, al igual que los abusos, violaciones y el acoso laboral incluso hacia adentro del Estado y no pasa nada. La Paz allí es el meollo de la cuestión, por lo que estamos presentes criticando y cuestionando para que la gente se pregunte también sobre normalidad de la violencia.
–¿Se puede destacar alguna acción específica de parte de Evo hacia las mujeres?
-Se creó una ley de violencia contra la mujer, pero en lo real no pasó nada. Nos preguntamos cuántas denuncias hay monitoreadas hasta el momento por esa ley o sea cuántos hombres están verdaderamente en la cárcel por pegar, matar o violar a alguna mujer y no existen. Por lo que entonces, creemos que la creación de leyes de este tipo sólo contribuyen a desmovilizar. Por eso, la lucha de las feministas autónomas es muy importante. Así es que trabajamos de manera autogestionada, para no perder el momento de la palabra exacto, no tener miedo, y nos atrevemos a decir que vemos este momento complicado.
-EQ: hay un doble discurso, hay una teoría pero vemos que en la realidad es otra cosa. Ahora las mujeres entramos a la participación política en estas últimas elecciones con el 50 por ciento de paridad total o incluso más, pero de todas formas nosotras creemos que no representa a nadie porque siguen respondiendo a estructuras hegemónicas patriarcales. El hecho de que seas indígena o mujer no significa que “eres puro” y tienes una perspectiva crítica per sé. Continúa la lógica extractivista, capitalista y patriarcal. Se conocieron casos de alcaldes y funcionarios que abusaron, golpearon e hirieron a compañeras y fueron ellas quienes debieron desaparecer con toda la vergüenza y miedo que trae aparejado sin que ellos tengan que dar ninguna explicación y menos atravesar denuncias. La despatriarcalización entonces no se toca, y se demuestra que no se puede hacer sólo con leyes y decretos.
-Ante esta situación que plantean, ¿cuáles son las acciones que realizan?
-Nos encontramos en un momento en el que la violencia hacia las mujeres es cotidiana en los medios de comunicación. A partir de esa preocupación, hay un fortalecimiento de la conciencia y de la indignación de las mujeres, que están rompiendo las barreras del silencio, saliendo a las calles a denunciar y proponer. Y esa es para nosotras la propuesta: construir comunidad a partir de la lucha, donde restablecer los lazos de hermandad, colectividad y cambio frente a lo que se nos impone. Por ello es importante articular con los movimientos de mujeres en la diversidad que están accionando para hacer más fuerte la lucha.
-Para finalizar, ¿cuál es la mirada que tienen del movimiento de mujeres de Nuestra América?
–AC: tenemos que aprender mucho de las compañeras de otros lados. Hay experiencias alucinantes y vemos un gran avance en ese sentido, que las cosas se están haciendo, las cosas se hacen y eso nos reconforta. Aun así es un camino mutuo de aprendizajes siempre hay cosas para corregir, experiencias que se pueden compartir frente a la lucha que nos nutren.
-EQ: aquí en latinoamerica es muy importante para el movimiento de mujeres en general la visión que tienen las indígenas fuera de los escencialismos y fundamentalismos que se puedan tener. La experiencia de mantener relaciones con la naturaleza y de comunidad es un aporte bien importante, con una visión de la autodeterminación de la tierra y de la vida. A su vez las diferentes trabajadoras que se organizan también nos plantean otra manera de entender la lucha: abrir el término del feminismo porque de pronto muy pocas se asumen feministas. La propuesta debe ser ver más allá. En el fondo, estamos en la misma lucha. Y justamente ese des-aprendizaje que nos plantean puede nutrir mucho a los feminismos latinoamericanos.
(*) La versión original de esta nota será publicada en la Revista Furias del mes de Marzo. www.revistafurias.com