Por Francisco Farina. Se realizó en Costa Rica la III cumbre de la CELAC. Presidentes y cancilleres de sus 33 Estados miembros discutieron sobre integración, inversiones y pidieron el fin del bloqueo a Cuba. Ecuador llamó a convertir a Latinoamérica en una zona libre de pobreza extrema.
Entre los días miércoles y jueves pasados se realizó en San José de Costa Rica la tercera cumbre presidencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), bajo el lema “Construyendo juntos”. La cumbre contó como ejes principales la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria y la educación, entre otros. Al encuentro se acercaron una veintena de mandatarios y finalizó con la firma de la “Declaración Política” y la aprobación de veinticinco declaraciones especiales.
El presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, estuvo al frente de la CELAC en el último periodo y expresó que “durante esta gestión la Comunidad avanzó en su consolidación orgánica, en su afinamiento conceptual y en la decantación metodológica”. Además, para el mandatario, se fortaleció la cooperación interna e internacional, especialmente con China quien anunció el aumento de su inversión en Latinoamérica hasta 250 mil millones de dólares en los próximos diez años.
Los 33 estados miembros de la CELAC -todos los países de América, excepto Estados Unidos y Canadá- juntos representan la tercera economía a nivel mundial. Este conglomerado abarca un área de 20 millones de kilómetros cuadrados, siendo la zona con la segunda mayor reserva petrolera, la mayor biodiversidad del planeta y una alta concentración de los recursos mineros globales. La comunidad cuenta con una población de casi 600 millones de personas. Aunque, como resaltó el Jefe de Estado cubano Raúl Castro, aun es la región con mayor desigualdad.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ahora presidirá el organismo multilateral en el 2015. Correa instó a declarar a América Latina como una “zona libre de pobreza extrema” y, sobre todo, a precisar y establecer metas concretas con periodos de cumplimiento en este objetivo y evitar las puras declamaciones. Según el mandatario, se necesitan “metas cuantificables y trabajar con contundencia, eficiencia y eficacia”. En ese sentido, propuso que la región logre reducir el promedio de pobreza extrema que actualmente se encuentra en 11,5 por ciento.
Claramente, un tema que todos los presidentes resaltaron fue el insipiente restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Raúl Castro expresó que “estos cambios son el resultado de casi siglo y medio de heroica lucha y fidelidad a los principios del pueblo cubano. Fueron también posibles gracias a la nueva época que vive nuestra región, y al sólido y valiente reclamo de los gobiernos y pueblos de la CELAC”. Aunque aprovechó para resaltar que el problema principal: el bloqueo económico y comercial todavía no está resuelto. Desde su creación en 2011, la CELAC insiste en el cese de la injusta medida impuesta por Estados Unidos a la isla caribeña hace más de 50 años.
En un sentido similar, la CELAC emitió un documento donde critica las sanciones unilaterales a Venezuela impuestas por Washington, ya que estas medidas son incongruentes con el derecho internacional. También los mandatarios se pronunciaron al respecto al criticar los intentos de desestabilización y la guerra económica contra la Revolución Bolivariana.
Otro tema crucial fue el apoyo en torno a las negociaciones por la paz en Colombia. El presidente colombiano Juan Manuel Santos explicó que las conversaciones de su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -que se realizan en La Habana- están a punto de alcanzar el entendimiento que ponga fin al conflicto armado interno que vive el país hace más de medio siglo.
Por su parte, el presidente boliviano Evo Morales dijo, explicándolo como una expresión de deseo, que la CELAC tiene que ser un bloque anticapitalista y antiimperialista, como única forma de evitar la destrucción del planeta tierra. En este sentido, también cobra relevancia las tareas de descolonización del continente, cuyo caso más emblemático es el pedido de la independencia de Puerto Rico. Al respecto, el presidente cubano explicó: “Su situación colonial es inadmisible y su carácter latinoamericano y caribeño no admite lugar a dudas”. En la misma línea, el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, cedió parte de su derecho a la palabra para permitir que se pronuncie Rubén Berríos, líder del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).
En relación a la educación se instó a lograr que los países aseguren un ciclo de 10 años de estudios obligatorios para su población y posicionar a las universidades entre las 200 mejores a nivel mundial.
La CELAC, y sobre todo este nuevo período con Ecuador a la cabeza, pretende retomar la iniciativa que parecía perdida. En la inauguración de su presidencia pro tempore, Correa llamó a “desarrollar y potenciar nuestro rol como bloque”, para posibilitar “un diálogo entre iguales con América del Norte, relaciones con socios claves extra regionales y (que) robustezcan la cooperación Sur-Sur”.
Esta reunión sirvió como la antesala de la cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Panamá -que se realizara los próximos 10 y 11 de abril – y se utilizó para presionar a los Estados Unidos en relación con el bloqueo económico contra Cuba. Sobre esto, Morales dijo que espera que Barack Obama llegue a Panamá con el levantamiento del bloqueo económico y la devolución del territorio de Guantánamo ya realizados.
En tierra panameña se verá cara a cara América toda frente al imperialismo estadounidense. Al referirse a esto, el presidente venezolano Nicolás Maduro expresó que “allí va a estar el presidente Obama y estoy seguro tendremos la oportunidad de intercambiar criterios entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe”. En la reunión de la OEA, señaló Maduro, se hablara desde “la América del Sur mestiza, orgullosa de su historia, la no imperial, la que sueña con la democracia y la diversidad, con la otra América que algún día tendrá que dejar de hablar con el lenguaje del imperio”.