Por Marina Pandolfi. Se trata de su ex cuñada, un hombre y otra mujer que vivía en la misma casa que Analía. Los investigadores forenses determinaron que la joven estuvo secuestrada más de una semana y que fue asesinada un día antes de que se realizara la denuncia por desaparición. Los motivos del asesinato todavía son un misterio.
A casi un mes de la aparición de partes del cuerpo de Analía Oliveira en un descampado en Ezeiza, su ex cuñada Samantha Villagra junto a otra mujer que vivía con ella y un hombre, fueron detenidos y son señalados como los responsables del femicidio de la joven misionera de 24 años que estaba desaparecida desde el 9 de agosto de 2014.
“La tuvieron secuestrada varios días antes de asesinarla. Mi hermana debe haber visto o escuchado algo que no debía, porque sino no se explica porqué hicieron esta atrocidad”, contó Emilio, uno de sus hermanos, a AUNO (Agencia Universitaria de Noticias y Opinión). Los otros dos detenidos son María del Carmen Giménez y Federico Ramón Vega, quien mantenía con Samantha una relación extramatrimonial. El hecho de que Analía haya estado secuestrada días antes de su muerte, se contradice con las declaraciones de Samantha, su ex cuñada con la que ella vivía y quien está hoy detenida acusada del crimen, quien sostuvo que “Analía salió de la casa el sábado 9 de agosto y dijo que volvería al día siguiente”. Sin embargo, los dichos de Samantha nunca terminaron de convencer a la familia de Analía: “nosotros nos guiamos por lo que ella cuenta, pero para nosotros ella nunca llegó a salir de la casa”, contó Celeste, la esposa de Emilio.
Es que Analía no vivía con sus hermanos mayores en Lomas de Zamora –porque los otros viven en Misiones con su mamá-, sino en el barrio Santa Marta de Tristán Suárez con Samantha y otra gente. El fiscal que lleva adelante la causa, Carlos Hassan, de la UFI Nº2 descentralizada de Ezeiza, siempre señaló que se trataba de un caso “complicado”, porque la joven vino desde Misiones hasta Buenos Aires con su novio, un cadete del Colegio Militar del Palomar, no tenía un círculo definido de amistades ni vivía con su familia, entonces las únicas referencias y posibles pistas, provenían de quienes realmente vivían con Analía en el día a día, y que resultaron ser los primeros sospechosos.
El hecho de que Samantha haya realizado la denuncia diez días después de la desaparición de Analía fue lo que llamó la atención del fiscal. “El 18 de agosto nos dieron aviso de que se encontraron las partes de un cuerpo en un terreno baldío de la zona, pero hasta ese momento, la fisonomía de esas partes no se condecía con la de ninguna otra persona que estuviera desaparecida hasta ese momento. Sin embargo, tres días después, el 21, cae la denuncia por averiguación de paradero en la fiscalía sobre una joven que había desaparecido dos semanas atrás. A partir de ahí, había que empezar a atar cabos”. Los estudios de ADN tomaron casi dos meses, hasta que a finales de noviembre se pudo comprobar que se trataba de Analía. Aún así, faltan hallar las otras partes. “¿Te das cuenta? Nos van a entregar a mi hermana por partes. Esto es un horror”, manifestó Emilio, totalmente consternado.
Una vez que las partes del cuerpo aparecieron, restaba buscar la forma de cercar, poco a poco, a quienes el fiscal tenía sospechas. “Hasta ahora, iba a aparecer nadie más que me diera algún otro indicio como de que la vieron dando vueltas en la calle, por ejemplo. Las únicas referencias que tuve, fueron de la gente que vivía con ella, entonces tuve que buscar por otros lados”. Fue así como comenzaron las investigaciones de los cruces de llamadas, y se determinó que había un número recurrente que llamaba a Samantha y le pedía dinero. Se realizaron allanamientos en distintos puntos del partido de Ezeiza y en la casa de Samantha, para incautar ropa de Analía y cotejarla con el ADN de las partes halladas.
Lo que definió las detenciones fue que, cuando se hallaron las partes del cuerpo de Analía, uno de los pies tenía puesta una media. En un nuevo allanamiento en la casa de su ex cuñada, se encontró la otra que faltaba. Los peritos forenses determinaron que Analía habría muerto el día 17, un día antes de que Samantha fuera a hacer la denuncia y ocho días después de cuando ella dijo que la vio por última vez, ya que su actividad por las redes sociales como WhatsApp data del 10 de agosto por la mañana. Lo que implica que, efectivamente, Analía estuvo cautiva dentro de esa casa más de una semana.
Sin embargo, los móviles del crimen continúan sin resolverse. La familia de Analía sospecha que ella se debió haber enterado de algo que “no debía” y que por eso la asesinaron, mientras que, en sus declaraciones, las acusadas y el acusado se desvincularon del crimen. Por su parte, el fiscal Hassan tiene hasta el 18 de este mes como plazo máximo para solicitar la prisión preventiva definitiva hasta la espera de un juicio oral que determine quién o quiénes y porqué asesinaron a Analía Oliveira.
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