Por Francisco Farina. La revolución cubana cumplió 56 años en un contexto muy particular: recién fresquito el anuncio del restablecimiento de relaciones con EEUU y en medio del proceso de actualización económica. La victoria por la libertad de “los Cinco” y la lucha por lograr el fin del bloqueo.
Mirando hacia atrás
La revolución triunfante del 1° de enero de 1959 encabezada por el Comandante Fidel Castro y el Ejército Rebelde es, sin dudas, un punto de inflexión en la historia de Nuestra América. Pero aquel punto de partida para una batería de tareas más complejas que estaban por venir, según sus propios protagonistas, carga con largos años de lucha previos.
El 26 de julio de 1953, Fidel y Abel Santamaría, junto con a un centenar de jóvenes, protagonizaron el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba y al Carlos Manuel de Céspedes en la ciudad de Bayamo. Aquella derrota prosiguió con la tortura y el asesinato de muchos de los combatientes y la prisión para otro grupo. Fidel, apresado y llevado a juicio de formar irregular, aprovechó dicha instancia para componer su auto-alegato de defensa como el programa político del Movimiento Revolucionario que luego bautizaran 26 de Julio. “La historia me absolverá”, nombre con el que se conocerá el documento y que circuló de forma clandestina por toda la población, será el fundamento de la presión popular para la amnistía a los protagonistas del asalto al Moncada.
Vendrán algunos años de exilio en México, la preparación para el regreso a la isla. Aparece el médico Ernesto Guevara para sumarse a la epopeya. Y el naufragio de los 82 expedicionarios arriba del yate Granma. El reagrupamiento y la convicción en la victoria. La guerra de guerrillas en Sierra Maestra. Las columnas de Camilo, de Raúl, del Che y de Almeida. El combate de Santa Clara, la huida de Batista, el triunfo del 1° de enero, y la marcha triunfal desde Santiago de Cuba hasta La Habana que duró una semana.
No hubo momentos de descanso. Batista había huido pero el enemigo no había sido derrotado. Estados Unidos había visto con buenos ojos a los barbudos a priori. Pero las palabras radicalizadas de aquel joven abogado en el “Programa del Moncada” de 1953 empezaban a hacerse realidad en medidas de beneficio popular; las políticas del Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio en la Sierra Maestra y en los territorios liberados comenzaban a expandirse por toda la isla: sólo en 1959 se intervino la empresa telefónica y se derogó el aumento de tarifas, se promulgó la ley de rebaja de alquileres de vivienda, también comenzó la construcción de viviendas populares; en mayo se promulga la Ley de Reforma Agraria acabando con el latifundio. Se bajan los precios de las medicinas, se crean instituciones ligadas al arte y la cultura, se fortalece la seguridad social y se dan los primeros pasos en la industrialización del país.
Estos son los pilares ideológicos que empujaron y que hoy sostiene la revolución. Una revolución que, descubriendo las contradicciones y defendiéndose de las agresiones imperiales (con su punto más álgido en la invasión y posterior derrota imperialista en Playa Girón), fue radicalizando sus posturas hasta declarar que “esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes, para los humildes”.
Vendrán los años de acercamiento al bloque de la URSS y el conflicto de los misiles con EEUU. Ya habían sucedido el rompimiento de las relaciones diplomáticas y el bloqueo económico total norteamericano. Pero el pueblo en constante organización y diálogo con el partido y el gobierno, irá encontrando las formas de institucionalizar los logros, los avances y las victorias de esos años. La salud, la educación, la vivienda y los derechos básicos del pueblo jamás serán negociados; ni siquiera en la década del “periodo especial”, cuando la isla atravesó las consecuencias de la caída del bloque soviético, su principal y preferente socio comercial.
Mirada hacia adelante
En 1998 fueron arrestados en Miami Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, René González y Fernando González mientras cumplían la misión de informar sobre las actividades y organizaciones que promovían el terrorismo contra Cuba en EEUU. La causa de “Los 5” movilizó a todo el pueblo cubano y a la solidaridad internacional exigiendo la libertad frente a su injusta condena. Fidel prometió que “volverán”. Y volvieron. El mismo día de esta victoria, el presidente Raúl Castro y Barack Obama también anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas tras más de 50 años.
Se instó a facilitar las políticas de telecomunicaciones, viajes, y correo postal directo entre ambos países. A este anuncio histórico se sumó el reclamo por el bloqueo: “Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar. Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas”, advertía Raúl el día del anuncio. Obama no asumió la responsabilidad pero se comprometió a llevar este debate al Congreso.
Hoy, a 56 años de aquella epopeya, Cuba demuestra orgullosa los logros del socialismo, a pesar del bloqueo imperial. El cubano es un pueblo libre de analfabetismo desde 1960, con el mejor nivel de salud en América Latina y llegando así a sostener la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia en un promedio de 4,2 por cada mil nacidos vivos.
Se abren nuevos desafíos, con riesgos y oportunidades. Lo espera un pueblo valiente y fortalecido que hace años viene llevando adelante la revolución y la actualización de su sistema político y económico. El imperio no regala nada, hay que seguirlo de cerca en este cambio de estrategia y tener la fuerza para enfrentarlo y lograr la misión de derribar el bloqueo económico y comercial con la isla. Porque, como dijo Raúl en la clausura del período parlamentario, “entramos en el año 57 de la revolución y con un pueblo como este se puede llegar al 570… ¡Viva Fidel! ¡Patria o Muerte!”.