Por Lucho Soria*. A más de 10 años de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, los juicios en el 2015 tienen un escenario de definiciones de quienes realmente tienen el poder de su resolución.
Se tejió más de una especulación política para develar quién se instalará en el primer piso de Balcarce 50 a partir del 10 de diciembre próximo. En rigor es a partir de que se reanude la actividad judicial tras el receso veraniego, aunque no se descarta de quienes posterguen las vacaciones citen al jefe del Ejército, teniente general César Milani. A este respecto y en Tucumán, sin lugar a dudas las declaraciones del secretario de Derechos Humanos del gobierno provincial, Humberto Rava, de “pedir cautela” por la citación es para la antología.
Rava, en diálogo con el diario La Gaceta, destacó que este tipo de hechos obligan a “actuar con cautela” y aclaró que “por el solo hecho de haber sido militar en una época determinada, no implica que tenga relación con casos de lesa humanidad”. “Este tema se reduce a una variable: si la Justicia considera que hay pruebas de lo que se lo acusa, se tiene que ir; pero tenemos que esperar”, dijo el funcionario tucumano.
Por otro lado, referentes de organismos de Derechos Humanos de esta provincia respaldaron el pedido del fiscal federal Carlos Brito para que el jefe del Ejército, teniente general César Milani, sea citado a declarar por la desaparición del soldado Alberto Ledo, ocurrida en 1976, en Tucumán. Además, advirtieron que el funcionario debería ser apartado del cargo para facilitar la investigación judicial, que está en manos del juez federal Daniel Bejas, quien debe resolver si hace lugar al planteo de Brito.
Al banquillo de los acusados
Llegó la hora de acelerar y sentar en el banquillo de los acusados a más de un centenar de empresarios, funcionarios judiciales, parte de la jerarquía eclesiástica, curas, monjas, etc., no por su complicidad con la dictadura, sino por su activa participación en la represión antes y después del 24 de marzo de 1976.
Lo es también la permanente búsqueda de los 400 niños y niñas robadas y que es sin lugar a dudas un compromiso de búsqueda sin descanso. En ese sentido, la fuga de la monja Monserrat Tribo a Barcelona tras ser citada a declarar en el juicio por la apropiación del nieto de Sonia Torres en Córdoba, es un didáctico ejemplo de que la red de impunidad funciona aceitadamente. Además, cabe acotar que hace más de seis meses Sonia Torres se entrevistó con Monseñor Jorge Lozano, en la sede porteña de la institución Pastoral Social, en Rivadavia 1391, para transmitirle la decisión del Papa de que la monja recupere la memoria.
El 2015 demanda más Memoria, más Verdad y más Justicia sin quedarse en el inventario o el recurso de que los juicios son política de Estado. Precisamente durante 2014 no se realizaron en Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, San Juan, La Pampa, Chubut, Santa Cruz, entre otros ámbitos, pese a que decenas de instrucciones están terminadas. Sin olvidarse de que en Jujuy o Salta, por citar un par de ejemplos, se realizaron los juicios con una sola audiencia semanal, pese a los reclamos de la militancia de los organismos de derechos humanos.
Un contexto histórico de morosidad que según el fiscal general Jorge Auat, una de las ramas que tiene la impunidad está dentro mismo del Poder Judicial, donde los jueces que eran jueces de la dictadura, al llegar la democracia se convierten en jueces de la democracia y “no es lo mismo ser jueces de un Estado Policial que de un Estado de Derecho, son diferencias muy profundas con el agravante de que el funcionamiento sigue siendo el mismo porque la matiz ideológica de ese sistema judicial sigue siendo el mismo, tenía mucho más que ver con la dictadura que con el Estado de derecho”… “no hay dictadura posible sin complicidades civiles y de grupos económicos.” “El crimen olvidado se extingue con el olvido, el crimen va a sobrevivir solamente si la memoria lo mantiene presente”.
Una lucha que no cesará
Una lucha permanente por Memoria, Verdad y Justicia por quienes nunca se dejaron ganar por la impotencia y el desánimo. Entre las acciones de quienes fueron cómplices del botín de guerra y las acciones de la militancia media una distancia enorme, no de palabras, sino de significación acerca de cuál es la sustancialidad de la democracia en el contexto de la imprescriptibilidad de los crímenes de Lesa Humanidad.
Una síntesis de que el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia no cederá está reflejado en un documento de los organismos de Derechos Humanos, políticos y sociales del NEA de marzo de 2014 y que tiene plena vigencia: “Esperamos décadas para llegar al estado actual de los procesos por la verdad y la justicia y no estamos dispuestos a esperar más tiempo. Cada hora que se pierde, atenta contra el juzgamiento concreto de los genocidas, contra el cumplimiento efectivos de las condenas y contra la búsqueda de los desaparecidos; sencillamente por la impunidad biológica por su edad que logran los represores, por la pérdida de testigos y el fallecimiento de los familiares que parten sin poder reencontrar a sus seres queridos”.
*Editor de la agencia de noticias DDHH