Por Laura Charro. Nicaragua es uno de los cinco países del continente con la ley de aborto más restrictiva. Con la llegada al gobierno del FSLN las políticas de derechos sexuales y reproductivos se endurecieron, dejando a las claras que algunas revoluciones quedaron para los libros de historia.
Desde finales del año 2006 y comienzos del 2007 – período de campaña electoral y vuelta al poder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)- se criminaliza el aborto en todas sus formas como medio de control y de intervención sobre el cuerpo de las mujeres, territorio material y simbólico en donde se asienta el poder patriarcal.
“Retrocedimos todo lo que se pudo retroceder en el primer año de regreso del Frente Sandinista al poder, como concesión a la iglesia católica y como una clara evidencia de todo lo que este gobierno estaba dispuesto”, me cuenta María Teresa Blandon, referente del Movimiento Feminista de Nicaragua en Managua y parte del Colectivo La Corriente. Nicaragua tuvo anteriormente una ley minimalista que nunca llego a respetarse completamente, que aceptaba el aborto terapéutico, es decir, siempre y cuando la salud de las mujeres estuviese en riesgo y fuese avalado por al menos tres facultativos/as.
Durante la campaña electoral para elegir nuevas autoridades nacionales (2005-2006) la jerarquía católica presionó de forma directa a los candidatos y diputados/as de la Asamblea Nacional para concretar el viejo proyecto de penalización del aborto terapéutico. La mayoría de candidatos se pronuncian en contra de toda forma de aborto incluyendo el terapéutico y finalmente en octubre del 2006, la Asamblea deroga el artículo 165 del viejo Código Penal que reconoce el Aborto Terapéutico como una excepción de la penalización del aborto. A inicios de 2007 la Asamblea Nacional concluye la aprobación de un nuevo Código Penal en el cual incluye tres artículos que penalizan el aborto es todas sus formas, incluyendo el aborto terapéutico.
Una alianza peligrosa
La penalización del aborto en todas sus circunstancias ha afectado principalmente a mujeres pobres que se enfrentan a un embarazo de riesgo, incluyendo a aquellos que ocurren por violación, estableciendo como un delito el derecho de cada mujer a proteger la propia vida. El cristianismo está presente fuertemente en la sociedad y el FSLN ha asumido sus valores como una peligrosa alianza que amordaza y condena a las mujeres y su derecho vital a decidir.
La situación de la educación sexual en la educación pública lamentablemente ha corrido la misma suerte. El Programa Feminista La Corriente elaboró un Informe Alternativo durante el año 2009 describiendo la situación y la implicancia de la iglesia católica en la enseñanza púbica ya desde el 2003 en el país. Durante este año se publica el Manual Educación para la Vida, una guía para docentes sobre sexualidad, que contempla entre otros temas: comunicación en la familia; cambios en la pubertad y adolescencia, paternidad y maternidad responsables, infecciones de transmisión sexual y VIH/SIDA; prevención de la violencia y el abuso sexual.
Fue elaborado por un equipo interinstitucional conformado por representantes del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (MECD) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). El manual fue duramente criticado por la Asociación Nicaragüense Provida, grupo emblemático del fundamentalismo religioso en el país, la jerarquía de la Iglesia Católica y la Alianza Evangélica Nicaragüense; quienes además de acusar a UNFPA de promover relaciones sexuales tempranas y el aborto, ejercieron una fuerte presión para que el gobierno no incluyera dicha guía en la currícula educativa para los niveles de enseñanza básica y secundaria.
En tal sentido, el gobierno orientó la conformación de un nuevo equipo de trabajo incluyendo a un representante de la curia arzobispal de la iglesia católica y como resultado el nuevo Manual se denominó “Educación para la Vida: Guía de Educación del Afecto y la Sexualidad”.
La educación sexual en peligro
Entre los principales planteamientos críticos hechos por organizaciones feministas sobre dicho manual se destacan la promoción de la abstinencia como el único método seguro de prevenir embarazos e ITS, la reafirmación de la familia nuclear como el modelo universal al que todas las personas deben aspirar, el abordaje de la homosexualidad como una debilidad y/o enfermedad, las referencias al aborto como una ofensa a Dios, la masturbación como una posible patología mental, entre otras.
Con respecto a la situación actual, María Teresa manifiesta no sin preocupación la falta de datos oficiales concretos sobre las mujeres que mueren a causa de la falta de derechos y garantías sobre su vida, “a estas alturas no podemos confiar en los datos nacionales. Hay una gran necesidad de demostrar que lo están haciendo bien y eso los lleva a tener una actitud arbitraria con el manejo de la información pública. Es enorme el secretismo y la disparidad que adoptaron con los datos de mortalidad materna, pobreza y violencia”.
Nicaragua alza en su plaza de la Revolución de Managua las banderas de una victoria pasada que parece acercarse al pueblo en políticas económicas y sociales, pero se aleja a grandes pasos, y en compañía del conservadurismo católico, de los derechos vitales de las mujeres, niños y niñas en edad de aprender a conocer y cuidar su propio cuerpo y vivir una sexualidad plena.
Nicaragua es una parte más de este continente americano en resistencia pero ciego en la importancia vital para la vida de las mujeres de políticas públicas, leyes y libertades en las plazas, casas y camas.
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