Por Karen Saya. Jorge Villegas sigue sin condena por el asesinato a sangre fría y por la espalda del joven Pablo Vera, en Río Negro. Ante la injusticia, familiares y amigos que se manifestaron, fueron reprimidos y encarcelados. Ya liberados, hablan de los hechos.
El viernes 28 de noviembre se conoció la noticia de la excarcelación del policía Jorge Villegas, acusado de fusilar con un disparo en la nuca al joven de 23 años Pablo Vera en General Roca, Río Negro, en el mes de septiembre.
Los familiares y amigos de Pablo, al enterarse de la medida que tomó la Cámara Primera del Crimen por la excarcelación de Villegas, se manifestaron ante este fallo en la localidad de Fiske Menuco, Río Negro, para pedir justicia. La respuesta a la movilización fue una brutal represión que culminó con 24 detenidos y decenas de heridos (entre ellos seis niños y cuatro mujeres).
Fue el juez Antonio Camarada quien dispuso el accionar policial sobre los manifestantes en las puertas de la misma Comisaría donde cumplía funciones Villegas. Familiares y amigos de la víctima denuncian la complicidad de las autoridades judiciales con las policiales en la provincia, en lo que significa el avance de las fuerzas represivas sobre los jóvenes. Recién el 1 de diciembre fueron liberados todos los detenidos.
En diálogo con el programa radial La Revancha, Atos Corte, miembro de la Asociación de amigos y familiares de Pablo Vera, dio cuenta de los sucesos.
-Hubo 24 detenidos, ¿cómo se dieron los hechos?
-El viernes 28 detienen a 24 compañeros, entre a ellos a niños y había una persona embarazada, los cuales fueron ferozmente golpeados tanto al momento de la detención como en la comisaría. La golpiza en la comisaría termina cuando podemos concurrir con una abogada para ver qué estaba pasando ahí y de qué se los acusaba. A partir de la presión que se fue haciendo fuera de la comisaría fueron liberando primero a los menores, luego a una mujer que estaba embarazada y que había sido golpeada y a otras mujeres, quedando 14 detenidos. Luego constatamos con un médico que había una persona en condiciones de detención que eran muy insalubres porque la misma policía le quebró tres veces la pierna en sucesivas detenciones, lo detienen antes que se le pueda arreglar la pierna, por lo tanto, como le pegan todas las veces que lo han detenido, nunca se llega a curar de las heridas producidas por esa lesión.
El sábado quedaban trece compañeros detenidos en dos comisarías ante el capricho del juez de no querer liberarlos, capricho decimos porque ya se habían vencido los plazos de 24 horas, que es el tiempo que el juez tiene para decidir sobre la condición de los detenidos.
-Esta detención surge a raíz de su movilización en rechazo a la excarcelación del policía Jorge Villegas. ¿Cuál es el argumento que pone la Cámara Primera del Crimen para dejarlo en libertad?
-Hay una sucesión muy larga de maltratos que ha recibido la familia desde el asesinato de Pablo hasta el día de hoy. Digamos que lo de la excarcelación confirmado por la Cámara fue la gota que colmó el vaso, pero realmente la familia en ningún momento encontró respuestas en los tribunales siendo que ellos son víctimas.
La familia, desde un primer momento, ha encontrado los tribunales vallados, sumado al maltrato del juez. El juez Quelín fue el primero que decidió la excarcelación de Villegas. Es el único caso que se le conoce donde un acusado de homicidio se le da el privilegio de excarcelación.
Entonces la lectura es que en Río Negro el poder de la policía es muy grande. Cuando la familia se enteró de la noticia, a través de los medios masivos de comunicación, se acercó a los tribunales, pero encuentran que nadie los puede atender, que no les pueden mostrar el fallo, y ahí se pone la situación muy tensa. Es en ese momento cuando se producen los incidentes.
Pero esto no es lo único que sucede: cuando los amigos de Pablo andan por el barrio los detienen, los paran, les preguntan por qué van a lar marchas y los amenazan con que los van a detener, etcétera. Hasta la policía llegó a decirle a un amigo de Pablo: “Pero si yo lo maté a Pablo”. Es muy cruel lo que está sucediendo. Nosotros vivimos en una provincia donde llegó a ser gobernador e intendente Carlos Soria, responsable de la muerte de Darío y Maxi, así que se podrán dar una idea de cómo son las cosas por acá.
-Aquí en el conurbano, como vos bien decías Atos, se ve este hostigamiento por parte de la policía a los jóvenes, la impunidad con la que se mueven, que son capaces de decir “Yo lo maté” y seguir libres. Respecto a esto, recordamos otros casos, como el de Diego Bonefoi en Bariloche, el de Atahualpa Martínez en Viedma, el de Daniel Solano que todavía sigue desaparecido.
-Si bien uno puede entender que la policía es así en todos lados, la policía de Río Negro, al amparo del poder político y judicial, es muy pesada. De hecho, en ese momento cuando estábamos frente a los tribunales y a las dos comisarías, uno veía como entran los pibes que ellos levantan de los barrios. Durante las detenciones no dejamos ninguna comisaría sin presencia de compañeros, porque sabíamos que si nos llegábamos a ausentar, seguramente los seguirán golpeando como lo hicieron en un comienzo.
-¿Qué medidas tomaron?
-Los compañeros fueron acusados de daños y resistencia a la autoridad. Se hizo una denuncia penal al juez Camarda por privación ilegítima de la libertad, ya que se cumplieron los plazos de detención.
La Justicia esperó hasta último momento del viernes para dar a conocer el fallo, dejando todo cerrado para que la familia no pudiera recurrir ni siquiera a los medios de comunicación.
Sabemos que el policía Villegas va a terminar siendo condenado porque no hay duda de que él mató a Pablo. Aunque goce del privilegio de la excarcelación, que casi ningún detenido tiene para un crimen tan aberrante como es el fusilamiento de una persona por la espalda.