Por Rodrigo Pérez Artica y Francisco J. Cantamutto. A una semana de las VII Jornadas de Economía Crítica que se realizaron en La Plata, cuales son los debates y las propuestas. El lanzamiento de la Sociedad de Economía Crítica y los Cuadernos.
Del jueves 16 al sábado 18 de octubre se realizaron en La Plata las VII Jornadas de Economía Crítica (JEC), un nuevo encuentro de reflexión y debate sobre las alternativas a la economía ortodoxa que predomina en la academia. Con más de 160 trabajos presentados y cerca de 1000 asistentes inscriptos, las JEC se han consolidado como un espacio propicio para el intercambio de ideas, marco en el cual se construyen alternativas de interpretación de la realidad, buscando una formación plural y crítica.
Estas JEC fueron particularmente especiales, porque en ellas quedó oficialmente constituida la Sociedad de Economía Crítica, que reúne a investigadores, docentes y graduados de Argentina y Uruguay. Esta Sociedad buscar dar la disputa en el ámbito académico por la necesidad de un pensamiento plural en economía, que permita aportar a la construcción de una realidad diferente. Además, se presentaron los Cuadernos de Economía Crítica, la publicación científica de la Sociedad, cuyo flamante número demuestra la existencia de investigaciones rigurosas desde perspectivas heterodoxas.
Resulta muy alentadora la diversidad de temas contemplados en las ponencias, lo que mostró la cantidad de problemas y aproximaciones disponibles para comprender la realidad, tan alejado del tipo de análisis que el enfoque neoclásico dominante y sus variantes proponen. Sólo por referir algunos, se analizó la inserción femenina en el mercado laboral (preocupación sistemática en las JEC), las perspectivas de la recuperación de YPF, la relación entre América Latina y China, el sistema previsional, las disputas hegemónicas, análisis del mercado de trabajo. También tuvieron su lugar debates más teóricos, ligados a discusiones sobre teoría de valor y precios, epistemología, historia del liberalismo. Muchas mesas abordaron el problema del modo de acumulación en Argentina, mostrando la capacidad de analizar y debatir sobre temas candentes que afectan a la realidad política cotidiana.
Las mesas centrales fueron otro excelente espacio. Se propusieron 3 mesas con temas prioritarios de la agenda económica y la política, tanto nacional como internacional: sobre las perspectivas de la industrialización y la estructura productiva (Gustavo Burachik, Diego Coatz, Martín Schorr), sobre la crisis mundial y su efecto en países periféricos (Xabier Arrizabalo Montoro, Marcelo Dias Carcanholo, Gérard Duménil, Eric Toussaint), sobre el balance y posibilidades de los modelos latinoamericanos de desarrollo (Eduardo Gudynas, Mariano Féliz, Marcelo Yunes). Además de la presencia de expertos de varios países y del interior de Argentina (que no siempre encuentran eco en los centros de difusión), las mesas reflejaron una pluralidad de perspectivas heterodoxas, que comparten un punto de partida: rechazar las soluciones liberales, y más en general, los programas de ajuste que recaen sobre los sectores populares, así como el avance de una estructura productiva primarizada y basada en la explotación de recursos naturales. Sobre esa base se establecieron debates provechosos entre las diferentes posturas políticas, que permitieron esclarecer las diferencias, y avanzar en el conocimiento de sus argumentos centrales y matices. Algunos de estos expertos se dispusieron a participar de talleres y jornadas de discusión en días previos a las JEC, visitando varias universidades de Argentina y Uruguay.
La contundencia de estas jornadas no puede, sin embargo, cerrarse en una enumeración de nombres o temas. La enorme afluencia de estudiantes de economía de muy diversos puntos del país, trasladándose en colectivos por largos viajes, es un indicio no trivial del grado de rechazo que genera en la actualidad la mayoría de los planes de estudio economía, controlados de modo evidente por la perspectiva neoclásica en sus diversas variantes. Esta perspectiva, impuesta en nuestros países por la fuerza durante las dictaduras, no ha mostrado nunca ser una mejor o más apta forma de entender la realidad, aunque sí ha dado sobradas muestras de qué intereses sociales favorece. La academia de conjunto tiende a reproducir en sus distintos niveles esta perspectiva, tanto a nivel de formación de grado, de postgrado, en las principales revistas, en la asignación de becas.
El esfuerzo de cientos de investigadores por encontrar espacios de formación y debate heterodoxos es un proceso de construcción colectiva, del que las JEC, la Sociedad y los Cuadernos de Economía Crítica son un reflejo. No existe en Argentina y Uruguay un espacio de talla semejante, con continuidad en el tiempo, convocatoria y prestigio. La capacidad de pensar la realidad desde otra óptica, que sea plural –capaz de dialogar en las diferencias- y crítica –interesada en mejorar el mundo, sólo se puede construir de esta forma. En este sentido, las JEC han buscado sistemáticamente dialogar con movimientos y organizaciones no académicas, que suelen tener su espacio en las jornadas.
Justo por ello, en no pocas universidades el apoyo ha sido más bien restringido, cuando no abiertamente opuesto a estas iniciativas. Conforme a la lógica de producción y competencia individual, pero tamizada por una perspectiva teórica y política muy cerrada, la academia se resiste al cambio. Poca atención ha concitado en los medios masivos de comunicación este magnífico proceso. E incluso, a pesar de hacer de la batalla de ideas su leit motiv, el kirchnerismo tampoco se ha hecho mayor eco. Las JEC siempre han intentado convocar investigadores/as afines al oficialismo, en la búsqueda del mejor debate, pero no siempre ha habido respuesta. Incluso el oficialismo ha optado por armar otras jornadas de menor impacto, marginándose. Esto no debe extrañar, dado que, a la fecha, el kirchnerismo no ha producido grandes cambios favorables a la pluralidad y la crítica al interior de las universidades, y más en particular, en la Economía.
Finalmente, no se puede descartar que el interés en las últimas JEC, con esta gran afluencia de público, pueda resultar del avance y la persistencia de los problemas económicos en los últimos años: la situación recesiva, la incipiente contracción en el mercado laboral, la crisis del sector externo, las tensiones cambiarias, la crisis de la deuda externa, etc. Las y los economistas críticas/os tenemos preguntas, propuestas y alternativas para debatir.