Por Ricardo Frascara. Dos notas seguidas de rugby en esta sección es algo de otro mundo, se está empezando a ovalar la pelotita. Los Pumas hicieron historia. Aquí, otra hermosa y eterna pincelada del pintor de la sección.
La decimoctava fue la vencida. Los Pumas saciaron su sed en Mendoza y obtuvieron su primer triunfo en la corta pero dura historia de tres años del Championship de Rugby; trofeo de la elite de ese deporte del hemisferio Sur. Esta generación puma reubicó así en el primer plano internacional al seleccionado argentino. En la batalla contra Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia, los pumas del DT Hourcade encontraron al fin el equilibrio que buscaban desde hace años. Caracterizados en el mundo como aguerridos y destructivos, los Pumas se encerraron por tiempo en ese papel de fuertes en el scrum y el tackle, pero casi vacíos en la concepción del juego desplegado. Durante este campeonato fueron de a poco mostrando el progreso en la búsqueda de hacer algo más que dar batalla. Hasta que el sábado, en Mendoza, abrieron seguramente un nuevo ciclo en su historia de medio siglo, con la victoria por 21-17 frente a Australia.
El equipo argentino, sorprendido al largarse el juego sin hacer pie, se encontró 0-14 en pocos minutos. Ahí comenzó una remontada en la que, por fin, alcanzó a desarrollar la capacidad que los adictos esperaban. Hacía tiempo que no se oían tamaños rugidos de los pumas y como si la primavera hubiera hecho madurar a los más jóvenes y reverdecer a los veteranos, los zarpazos de las bestias se coordinaron con la mentalidad felina. Sus gritos triunfales cruzaron la cordillera y el Pacífico hasta repercutir en la costa australiana y quedó estampado su sello en la última fecha del Championship. De la mano de un gigantesco Agustín Creevy (29), secundado por Marcos A yerza (31), que conmovieron una y otra vez a la defensa rival, y apuntalados por la experiencia y calidad de dos estrategas como Horacio Agulla (30) y Juan Martín Hernández (32), ambos con más de 50 partidos con esa camiseta, los más jóvenes encontraron el tono para equilibrar la antigua batalla con una primaveral sinfonía. Renato Senatore (30) y Juan Imhoff (26), una de las nuevas estrellas puma, quebraron la defensa, y la figura sobresaliente del equipo, el pateador Nicolás Sánchez (25), alcanzó una marca de 11 puntos no sólo para consolidar el triunfo, sino también para proclamarse scorer del campeonato con 52 tantos.
Estos Pumas saldaron su deuda. Y seguramente invocaron en sus festejos los nombres de Aitor Otaño, Nicanor González del Solar, Marcelo Pascual (autor de un trie histórico), García Yáñez, Rodríguez Jurado y su corte de pumas, bautizados así por un periodista sudafricano tras la victoria argentina por 11-6 sobre los Junior Springbocks, en 1965 en Sudáfrica.