Por Miriam Moreyra. Hasta el viernes se erige la “Carpa por trabajo digno” al lado del Obelisco, en pleno centro porteño. FM Che Barracas conversó con el Secretario General Adjunto de CTA Capital.
Cuando las respuestas no son suficientes, los trabajadores organizados buscan formas de visibilizar sus reclamos. En este caso, la carpa instalada en el Obelisco intenta ser un lugar de encuentro para el debate y la discusión de problemáticas relacionadas con la precarización y la explotación laboral, pero también un símbolo de quienes luchan día a día por un trabajo digno que alcance a cada laburante.
En las líneas que siguen, un diálogo con Pablo Spataro, Secretario General Adjunto de CTA Capital, en el que da cuenta de los alcances de la protesta y las actividades que realizarán en la carpa.
–¿De qué se trata la campaña por el trabajo digno que se está realizando, que incluye la instalación de una carpa en el Obelisco?
Pablo Spataro: –La campaña se trata de que los trabajadores y las trabajadoras de distintas organizaciones de la CTA, junto a otras organizaciones hermanas, estamos peleando por trabajo digno: queremos trabajo digno para quienes no lo tienen, para quienes muchas veces viven haciendo changas o de un plan. Creemos que un plan a veces puede llegar a servir para una situación de emergencia o de crisis, pero no se pueden pensar políticas pobres para pobres: hace falta que el Estado asuma políticas más activas donde se genere trabajo genuino. Pero también, queremos trabajo digno para los trabajadores y las trabajadoras que no tenemos derechos elementales, como puede ser cobrar un aguinaldo, tener una obra social, que se realicen los aportes jubilatorios; porque en este país, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de un 44% de trabajadores estamos en esta situación. Por otro lado decimos que las condiciones en las que trabajamos en su mayoría no son las adecuadas: sólo por citar un ejemplo dramático, el de las 7500 vidas que se pierden todos los años por trabajar en condiciones que no están aptas para ejercer la tarea diaria. Eso significa veinte muertes por día, cinco de ellas son por accidentes de trabajo y quince son por enfermedades vinculadas con las condiciones de trabajo.
Y a esto hay que agregar que en las intendencias y en muchas provincias, los trabajadores del Estado no están bajo la ley del salario mínimo vital y móvil, eso implica que tienen salarios por debajo de los 2000 pesos cuando hoy está en 4400 pesos en bruto, que ya de por sí es muy bajo, porque que el salario día a día se licua por la inflación.
Y acá lo que estamos planteando es que hay responsables de esta situación. Que los principales responsables son las cámaras empresarias, los empresarios, son las multinacionales, son los pooles de siembra, son las familias terratenientes que son enemigas históricas del pueblo trabajador; y creemos que para enfrentar eso hace falta que nos juntemos con el de al lado, que sólo la organización le puede poner freno a este fenómeno de la precarización y a las malas condiciones de trabajo.
Por eso la carpa: estamos acá con esa idea de visibilizar nuestro reclamo, de tratar de ir construyendo lazos solidarios con aquellos trabajadores que pasan por el Obelisco para seguir una campaña de pelea que ponga una voz de los trabajadores en la agenda nacional del país.
–Con dos días de instalada, ¿se acercó algún funcionario del Ministerio de Trabajo, hubo alguna apertura de diálogo?
PS–No, por ahora no se acercó nadie. Lo único que sabemos es que Carlos Tomada hizo una mención a la carpa diciendo que en verdad los trabajadores nos acordábamos tarde de pelear por nuestros derechos, lo cual no merece mayor contestación… Nuestras organizaciones vienen peleando, fueron protagonistas de la lucha y la resistencia durante los años noventa, cuando se sancionaron las leyes de flexibilización laboral y nacimos de esa resistencia. La CTA fue parida por no subordinarse al modelo neoliberal que planteaba el menemismo en ese momento… en cambio el “señor Ministro”, si no me equivoco, en ese momento era abogado de José Pedraza (hoy preso por ser quien ordenó la represión que asesinó al militante Mariano Ferreyra) de la Unión Ferroviaria, un gremio que sí se subordinó a las políticas de los noventa.
–¿Hasta cuándo quedará instalada la carpa y cuáles son las actividades que llevarán adelante?
PS–En principio la idea es que esté hasta el viernes, pero igual haremos un plenario para evaluar si se levanta o se queda. Respecto de las actividades, ayer por la tarde hubo un taller de sectores que están en conflicto, con la participación de compañeros de Donnelley, de Nac & Pop –empresa que entró en quiebra y los trabajadores se están haciendo cargo de esa situación–, compañeros de TATSA EMFER, y también de Lear. También va a haber un encuentro de organizaciones del sector privado que vienen peleando por el reconocimiento sindical de las organizaciones.
Cuando decimos que queremos trabajo con derechos, incluimos el derecho de poder organizarnos. Hay más de 2 mil organizaciones sindicales en el país que hoy no están reconocidas, en contra de los convenios establecidos por la OIT, un organismo internacional que regula las leyes laborales, que está conformado por el sector privado, por los estados y por las organizaciones sindicales. Y esa falta de reconocimiento significa que si los trabajadores se organizan en los lugares donde se genera la riqueza, no tienen la tutela sindical, son echados, y muchas veces les mandan incluso una patota por reclamar los derechos que le corresponden. En ese sentido, también realizamos un encuentro y también otro con diferentes organizaciones de trabajadores, fundamentalmente compañeros de ATE de distintas juntas internas, con la presencia de compañeros y compañeras de distintas provincias y municipios, que llegaron para contar la realidad de los estatales a lo largo y ancho del país.