Por Marina Pandolfi*. A casi dos meses de su desaparición, la familia continúa en la búsqueda de la joven misionera que fue vista por última vez el 9 de agosto. “No se fue por su propia voluntad”, aseguró su madre. La Fiscalía todavía no descarta ninguna hipótesis.
En tierras de Alejandro Granados, ex intendente de Ezeiza y ministro provincial de Seguridad, hay una pequeña Unidad Fiscal de Instrucción. Está ubicada sobre la calle Conquista del Desierto, paralela a la estación ferroviaria. Allí, las causas están todas apiladas y llegan hasta mitad de las paredes. El grupo de auxiliares de mesas de entradas no da abasto con los reclamos de la gente que entra y sale todo el tiempo y parece que la infraestructura tampoco acompaña. En una de las paredes, hay un cartel de búsqueda de Analía Itatí Oliveira. El 9 de octubre se cumplirán dos meses de que desapareció del Barrio Santa Marta de Tristán Suárez, la joven de 24 años que vino a Buenos Aires desde Misiones hace un año y medio para estar con su novio, un cadete de cuarto año del Colegio Militar del Palomar.
El fiscal que lleva adelante la causa, Carlos Hassan, de la UFI 2 descentralizada de Ezeiza manifestó que “es un caso complicado de desaparición” porque “se trata de una chica del interior, que vino acá sólo por su novio. No tenía un círculo definido de amistades, vivía con su ex cuñada y, desde que desapareció, no dejó ningún rastro ni volvió a aparecer en las redes sociales”.
En las últimas 48 horas, se realizaron tres allanamientos en localidades de Tristán Suárez, Unión Ferroviaria y Carlos Spegazzini, aunque sin éxito. La Fundación María de los Ángeles, presidida por Susana Trimarco, madre de la joven secuestrada por redes de tráfico de personas y desaparecida en abril de 2002, también aportó con la apertura de una causa por averiguación de paradero, pero tampoco hay resultados.
Desde la Fiscalía, ante la noticia de varios medios acerca del hallazgo de un cuerpo descuartizado en un pozo ciego, negaron que se trate de Analía: “Fuimos a hacer un allanamiento en esa zona de Tristán Suárez, pero no encontramos nada, ni un pozo ciego, ni un cuerpo ni partes de ningún cuerpo. Eso lo habrá dicho alguien que estaba aburrido y con ganas de inventar”.
La familia de Analía no recibió ningún llamado de nadie que pudiera colaborar con la búsqueda. “Nadie nos llamó para decirnos, por ejemplo, que se tenía que encontrar con Analía pero que nunca llegó”, contó su madre, Miriam. “Entonces, hay alguien que sabe algo y no lo está queriendo decir”, agregó Celeste, cuñada de Analía.
La joven vivía en Santa Marta, un barrio periférico de Tristán Suárez, con una de las ex mujeres de uno de sus hermanos, Samantha Villagra. Con la ayuda de su novio, que está próximo a recibirse en diciembre de suboficial del Colegio Militar del Palomar, compró un pasaje para venir desde Misiones a Buenos Aires. Mientras tanto, como sólo podía ver a su novio los fines de semana, consiguió un trabajo como auxiliar de limpieza en un barrio privado de Ezeiza.
“Salgo y vuelvo mañana”, fue lo último que le dijo a la hermana de Samanta el sábado 9 de agosto. “Se llevó un bolsito con una muda de ropa. Todas sus otras cosas quedaron acá, entonces tengo entendido que su idea era volver”, contó la mujer. Pero Analía no regresó ni el domingo, ni el lunes ni hasta hoy, un mes y medio después.
La familia de Analía –su madre, que vino desde Misiones desde que se enteró de la desaparición de su hija, su hermano Emilio y la esposa Celeste –, junto con el fiscal, advirtió algunas irregularidades en cuanto al testimonio de Samanta Villagra, quien hizo la denuncia por desaparición el 21 de agosto, once días después de que haya visto a Analía por última vez.
El novio de la joven alegó en la causa que se peleó con Analía el 3 de agosto, seis días antes de la desaparición. Sin embargo, la familia Oliveira señala que “se comunicó una sola vez para decir que él no sabía nada de ella desde el día que se pelearon, y después nunca más para ver si había alguna novedad”.
Mientras tanto, los pasos a seguir consisten en procesar toda la información recaudada en los allanamientos –uno de ellos en la casa de Samantha Villagra- y continuar con la toma de declaraciones a conocidos o vecinos de Analía, ya que su círculo de vínculos primarios –familia y amigos más cercanos- dejaron asentadas todas sus declaraciones, pero ninguna sirvió para descartar ninguna hipótesis.
Quienes tengan algún tipo de información sobre el paradero de Analía, por favor comuníquense a los teléfonos 15-6622-3072 (Emilio Oliveira) ó 15-6486-1333 (Celeste Oliveira)
*Redactora de AUNO.