Primera parte de la ponencia presentada por Marcha en el Foro “Comunicación popular como alternativa a la concentración de la información en Colombia y Nuestra América” que se realizó días atrás en Bogotá, organizado por Colombia Informa (CI).
Gerardo Szalkowicz, periodista y editor de la sección Internacionales del portal Marcha, participó en el Foro “Comunicación popular como alternativa a la concentración de la información en Colombia y Nuestra América” que Colombia Informa (CI) organizó días pasados en Bogotá. En la ponencia presentada, alertó sobre “la mucha articulación de los grandes medios (y su rol como actores políticos) y la poca articulación entre los medios populares de comunicación”. En esta primera parte de su intervención, convocó a “revertir el monopolio informativo” y comenzar a “mirarnos con nuestros propios ojos”.
Tres dilemas que atraviesan los senderos de la comunicación popular en Nuestra América
Buenos días a todas y a todos. Antes que nada, una sincera felicitación por realizar este foro, este encuentro entre hermanos y hermanas de Nuestra América, con el cual están demostrando que a pesar de todo lo duras que son las luchas aquí en Colombia, también tienen la cabeza puesta en aportar su granito de arena a los caminos de la integración latinoamericana.
Antes de meterme de lleno en algunas ideas que vinimos a compartir, les cuento brevemente qué venimos haciendo en Marcha. Marcha nace en octubre de 2011 después de un largo recorrido que veníamos haciendo en experiencias anteriores de comunicación popular en Argentina, principalmente en un portal que se llamaba Prensa De Frente. A diferencia quizás de muchos medios alternativos o populares que surgían en esa época en Argentina, en los primeros años del siglo, donde un grupo de militantes conformaba el medio y luego iba al encuentro de los movimientos sociales, Prensa De Frente surge desde el seno mismo de las organizaciones, en particular del Frente Popular Darío Santillán. Y unos años después, Marcha surge también como propuesta del Frente junto a otras organizaciones.
Como gran parte de los medios populares o alternativos del continente, buscamos prefigurar una comunicación transformadora. Buscamos visibilizar las voces y las realidades que no tienen cabida en los grandes medios, reflejar los procesos sociales que se dan por abajo, las luchas, los conflictos, pero también intentamos abordar la agenda que marcan los medios masivos. Tener como norte la “agenda popular” pero también buscar entrarle -con una mirada distinta, claro- a la agenda de los grandes medios.
Funcionamos con un colectivo editorial, sin jerarquías, y nos organizamos con dos responsables por sección. Trabajamos las secciones de nacionales, internacionales, cultura, géneros, deportes, fotografía y opinión gráfica. Un último aspecto que quisiera destacar de Marcha es la búsqueda de una cobertura con una mirada integral de género. Además de darle más relevancia y colocarla como una sección en sí misma, y de tratar de aplicar un lenguaje inclusivo, intentamos que toda la producción esté atravesada por un enfoque diverso e igualitario.
Un proceso inédito de integración regional en América Latina y el Caribe
Pasando ya en concreto a la consigna del debate “La realidad de la comunicación popular y su vinculación con los procesos de cambio en América Latina”, la idea de esta intervención será plantear algunos dilemas, algunas preocupaciones que entendemos como prioritarias para encarar un debate sincero.
En la última década, América Latina y el Caribe ha venido avanzando en un inédito proceso de integración regional con la irrupción de gobiernos populares como en Venezuela y Bolivia, y otros tantos de corte progresista. Se ha logrado debilitar la hegemonía de Estados Unidos en lo que se denominaba su “patio trasero” y se empezó a escuchar seguido hablar de soberanía. Desde el entierro al ALCA en 2005 pasando por la conformación de organismos como el ALBA, la Unasur, la Celac, el Sucre, Petrocaribe, el Banco del Sur que está naciendo. Una etapa en la que también se han venido dando importantes pasos de coordinación entre los movimientos populares, en donde se destaca la Articulación de los Movimientos Sociales del Alba a la que venimos apostando con fuerza.
Sin embargo, este proceso de avance en la integración latinoamericana pareciera reflejarse poco en el plano de la comunicación. Al tiempo que los medios masivos fueron tomando un rol cada vez más protagónico en la disputa de sentidos, mientras más importante se tornó la “batalla de ideas” de la que hablaba Fidel, más consolidaron su poder las grandes trasnacionales de la información. Si bien es cierto que siguieron surgiendo una gran diversidad de medios populares, creo que tenemos que partir de la autocrítica de que no hemos dado grandes saltos cualitativos en el plano de la comunicación como sí se dieron en otros planos.
Vamos a entonces a plantear tres dilemas que nos presenta el panorama mediático actual en América Latina y el Caribe:
Dilema 1: la hegemonía en el circuito de la información
Este primer dilema que planteamos tiene que ver con un problema estructural que aparece a la hora de informarnos de lo que pasa a nivel internacional a través de los medios masivos. En nuestros países venimos de una fuerte tradición de influencia europea y estadounidense en la información. En general, cuando abrimos la sección de internacionales de los periódicos masivos vamos a encontrar mucha información sobre Estados Unidos y Europa y muy poca sobre América Latina y el Caribe. Bueno, el Caribe –con la excepción del sistemático ataque a Cuba- prácticamente sólo aparece en los suplementos de turismo o cuando se produce algún huracán.
Pero el problema más grave es que la mayor parte de la información que nos dan, incluso sobre Latinoamérica, es producida por agencias estadounidenses y europeas. EFE de España, AFP de Francia, AP de Estados Unidos, Ansa de Italia, Reuters del Reino Unido. O sea, hasta en periódicos supuestamente progresistas, como por ejemplo en Argentina Página/12, nos enteramos de lo que pasa en Paraguay, Guatemala o Haití por lo que dicen que pasa en esos países las agencias de EEUU y Europa.
Por ejemplo, veamos estos diarios latinoamericanos y las fuentes que toman para informar sobre noticias en la región:
Correo del Orinoco, Venezuela:
http://www.correodelorinoco.gob.ve/politica/presidenta-kirchner-llego-a-roma-para-encuentro-papa/
La Tercera, Chile
Folha de Sao Paulo, Brasil
Los tiempos, Bolivia
El Espectador, Colombia
El Tiempo, Colombia
http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/reunion-de-cancilleres-de-colombia-y-venezuela/14550761
Hace algunas décadas esto era más comprensible porque la información que llegaba a las redacciones era exclusivamente de las agencias y no había la posibilidad de revisar los medios latinoamericanos. Pero esa excusa hoy ya no vale.
Entonces, al margen de la constante y conocida manipulación y tergiversación con la que suelen operar los medios comerciales, el primer dilema que planteamos tiene que ver con que buena parte del flujo informativo en la región está filtrado por las agencias de noticias de las grandes potencias norteamericanas y europeas. Para intentar revertir este monopolio informativo es fundamental partir de la base de la necesidad de “mirarnos con nuestros propios ojos”.