Por Diego Villarino. El River del Muñeco enamora. Trasciende los resultados deportivos. Los secretos de una máquina aceitada. El regreso a las fuentes.
River le ganó con autoridad a Tigre en el Monumental (2-0). A esta altura es moneda corriente. No extrañó a Teófilo Gutiérrez (convocado por la Selección Colombiana). Rodrigo Mora, relegado por Ramón, dejó su impronta. Lo elemental fue la gestión del ataque. Catorce toques hasta su culminación. En cambio, el Matador no hizo pie. La supremacía del visitante se impuso. El marcador quedó corto. La diferencia podría haber sido mayor. La idea es presionar arriba. Sin embargo, el equipo está conformado de atrás para adelante.
Marcelo Barovero responde en las pocas chances del oponente. Encima Julio Chiarini lo reemplazó con solvencia. La línea de cuatro se entiende a la perfección. Leonel Vangioni y Gabriel Mercado cumplen las dos funciones. Defienden y se proyectan. Ramiro Funes Mori eclipsó a Éder Álvarez Balanta. El Melli, titular indiscutido, es clave en la pelota aérea. Los hinchas nunca van a olvidar su cabezazo en la Bombonera. Jonathan Maidana es el jefe. Ordena a los compañeros del fondo. El zaguero es un estandarte porque sobrevivió al histórico descenso.
El elenco de Núñez viene de coronarse. Eso distendió el clima. Los futbolistas juegan sin presión. Varios emigraron a otros destinos. La baja de Manuel Lanzini fue sensible. Perdió destreza. Pero ganó conducción. Leonardo Pisculichi asegura la entrega del balón. Carlos Sánchez regresó con un nivel fabuloso. El carrilero (sustituyó a Carbonero) realiza el trabajo de ida y vuelta: Desborda y llega al gol. Ariel Rojas es la otra pieza fundamental. El volante pisa el área rival. El motor de la recuperación es Matías Kranevitter (con futuro albiceleste). El Colo mantiene un rendimiento parejo. Siempre, bien ubicado.
El poder de efectividad sorprende. Quince tantos en seis fechas. La distancia con el resto es abismal. Vélez Sarsfield, segundo a tres unidades, cosechó nueve a favor. El colombiano mejoró el nivel del Mundial y rompió redes (seis anotaciones). Mientras que el delantero uruguayo aportó tres. Buena contribución de los extranjeros. La dupla ofensiva asusta a los contrincantes. Fernando Cavenaghi, lesionado, no posee fecha de vuelta. No obstante, su ausencia no se sintió. Todo el grupo es importante.
La dirigencia debió enfrentarse a un gran reto. Resurgió a una institución en pedazos. La gestión de Daniel Passarella provocó ruinas. Ramón Díaz salió campeón y dijo adiós. El riojano nunca entabló una relación con la CD actual. Rodolfo D’Onofrio y compañía designaron a Marcelo Gallardo (Sacó campeón a Nacional de Montevideo). La comisión eligió a Enzo Francescoli como manager deportivo. Además, sumó a Norberto Alonso, Ariel Ortega, Amadeo Carrizo y Pipa Gancedo. Recuperó a los ídolos y reordenó las cuentas económicas.
El nuevo técnico logró pulir a River. No negocia las formas: Ni en los malos partidos. Por ejemplo, contra Godoy Cruz en la Copa Sudamericana. Consiguió ese triunfo en el descuento. Premio a la perseverancia. Le costó en los primeros encuentros. Ante Ferro y Gimnasia desnudó flaquezas. Irrumpieron Tomás Martínez y Lucas Boyé, con éxito. También aguardan Giovanni Simeone y Sebastián Driussi. El DT mecha a los juveniles con el plantel profesional. El equipo va camino al título. El espectador tiene el show garantizado: precisión, velocidad y protagonismo. Vale la pena pagar una entrada. El amante del menottismo disfruta. El famoso tiki tiki. Parece el Millonario de las décadas gloriosas. Pura elegancia.