La división de Libia, que comenzó luego de la caída de Muammar Al Gaddafi, se profundiza con la declaración de autonomía de la Cirenaica. La riqueza petrolera del país norafricano en el ojo de la tormenta.
Tres mil líderes tribales y políticos libios anunciaron el martes que la región de Cirenaica, en el este del país, fue declarada autónoma, mientras la situación del país se mantiene en zozobra, con enfrentamientos entre los grupos armados que derrocaron, y posteriormente asesinaron, al líder Muammar Al Gaddafi en octubre pasado.
La noticia, difundida por Russia Today, y luego por agencias de noticias internacionales, confirma una sospecha que se vino manejando desde que comenzó el conflicto interno en Libia: las fuerzas extranjeras que intervinieron en la guerra de agresión tenían como uno de sus objetivos la partición del país. Ahora habrá que esperar las decisiones que tomen países como Qatar e Italia que, en plena crisis siria y con Gaddafi todavía en el poder, impulsaron la comercialización de crudo con los grupos armados irregulares.
El nombre de Cirenaica refiere a la antigua provincia del imperio romano. En una declaración conjunta, los jefes tribales y políticos anunciaron un “sistema federal” como modelo para la región, que se extiende desde la ciudad de Sirte hasta la frontera egipcia, y concentra el 66% de los yacimientos de crudo. Como autoridad máxima de Cirenaica fue nombrado el jeque Ahmad al Zabir al Sanusi, integrante del Consejo Nacional de Transición (CNT), y que ahora dirigirá el Consejo de Administración que controlará el enclave.
Desde Benghazi, ciudad-bastión de los grupos armados que derrocaron a Gaddafi, también se anunció que el CNT seguirá dirigiendo los asuntos internacionales de la futura federación. Pero en la declaración emitida también se confirman las diferencias internas en Libia, disparadas luego de la caída del anterior gobierno. En el texto se afirma que la misión de la nueva administración será ocuparse de “los asuntos regionales y defender el derecho de sus ciudadanos bajo la égida de las instituciones del actual poder transitorio” de Trípoli.
En el comunicado se aclara que el objetivo “no es separar el país, sino aplicar la Constitución de 1951 que estipula la creación de un régimen federal”, aunque los temores internos a la división vienen aflorando desde hace semanas atrás, sobre todo por quienes defienden un “programa de descentralización” que elabora el CNT. Las diferencias internas no se dejaron esperar, y el presidente del CNT, Mustafa Abdel Jalil, declaró que hay “países árabes” que apoyan y financian la división del país, a la que calificó como “sedición”. El nacimiento del Consejo en Cirenaica “pueden conducir a una Libia dividida y no democrática”, advirtió el gobernante, uno de los impulsores del derrocamiento de Al Gaddafi.
Un modelo para armar
En la noche de ayer, el primer ministro libio Abderrahim Al Kib rechazó a la idea de federalismo e insistió en que el gobierno de transición trabaja para aplicar la descentralización. Según reporta la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), el pasado 27 de febrero, el cabecilla del CNT, Mustafa Abdel Jalil, desde Misrata, dijo que Libia corría el riego de dividirse y “transformase una confederación de ciudades, aldeas, regiones y zonas tribales”.
A esta situación se suma la preocupación latente por la masiva presencia de armas en la población y el descontento social por las promesas proclamadas por el nuevo gobierno y que se ven lejos de cumplir. Según la asesora general de Respuesta a la Crisis de Amnistía Internacional (AI), Donatella Rovera, los brazos armados del CNT “están básicamente fuera de control y la impunidad generalizada de que disfrutan alienta nuevos abusos y perpetúa la inestabilidad y la inseguridad”. “La impunidad generalizada de que gozan las milicias transmite el mensaje de que esos abusos se toleran, y está contribuyendo a convertir esas prácticas en algo aceptado. Los responsables de abusos deben rendir cuentas de sus actos, y deben ser apartados de los cargos que les permitan repetir esos abusos”, agregó la funcionaria.
Un ejemplo de esto se conoció días atrás cuando fue difundido un video (http://www.youtube.com/watch?v=PTIh0TRLpww), donde se ve a un grupo de prisioneros subsaharianos, capturados en Tawergha, localidad del oeste de Libia, agredidos y vejados por las milicias del CNT. En la grabación, los detenidos son obligados a masticar la bandera de Libia mientras gritan frases como “¡Cómete la bandera, perro! ¡Perro, ven aquí! ¡Cómete la bandera, tawergo! ¡Sucio perro!”.
Luego de ocho meses de masivos bombardeos contra Libia, encabezados por las fuerzas de la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (Otan), todavía no existen datos de la cantidad de civiles muertos, aunque estas incursiones podrían haber dejado más de tres mil muertos. Hasta el momento no existen indicios que el asesinato de civiles por parte del CNT vayan a ser investigados.