Por Mario Hernández. Eduardo Lucita analizó las implicancias del proyecto de ley para el pago de la deuda externa. ¿Qué implica la soberanía jurídica y por qué ahora? Cuáles son los pasos que debe acompañar tal decisión.
La semana pasada en cadena nacional, la presidenta Cristina Fernández anunció la presentación de un proyecto de ley de pago soberano de la deuda externa. Eduardo Lucita, miembro de Economistas de Izquierda (EDI) analizó las implicancias. Soberanía para determinar lo legítimo de lo ilegítimo. Una materia pendiente en la Argentina y cuales son los desafíos que esto debe asumir.
– ¿Cuáles son los primero comentarios de lo que fue ese discurso?
– Lo primero que surgió es que el gobierno ha decidido cortar las negociaciones con los fondos buitres. Se acabaron las intermediaciones de los bancos nacionales e internacionales. Argentina ha tomado la decisión de cortar con esta cuestión. Se especulaba que el diálogo iba a estar cortado hasta enero y en ese momento abrirían las negociaciones habiéndose sacado la cláusula RUFO de encima, pero me da la sensación que esto va para más largo.
La segunda cuestión es que el gobierno ha tomado la decisión de cambiar la sede de pago y recuperar soberanía jurídica, promoviendo un fideicomiso a cargo del Banco Nación con una cuenta específica en el Banco Central, por lo tanto, los acreedores van a poder seguir cobrando en Argentina a través de esa cuenta. Se termina el contrato con el BONY en New York.
La tercera cuestión es que abre la posibilidad de canjear todos los bonos de las reestructuraciones 2005 y 2010 por nuevos bonos con sede de pago y bajo jurisprudencia Argentina.
El gobierno busca recuperar soberanía jurídica que había sido cedida anteriormente, pero que volvió a ceder en la emisión de los bonos. Creo que esta es la esencia de lo que dijo Cristina. Puede ser que haya algunas otras cosas, habrá que leer la letra chica y estudiarlo un poco más a fondo.
– Con los elementos que tenes ¿es bueno, es malo?
– Es mejor de lo que había hasta ahora y además ratifica la decisión de no pagarle a los fondos buitres más que al resto de los bonos reestructurados, con lo cual ese aumento brusco de la deuda calculado en casi U$S 15.000 millones desaparece. Incluso, van a ir depositando los fondos que vayan venciendo del 7% que no entró en el canje en otra cuenta adicional a disposición para cobrar en las mismas condiciones que los tenedores de bonos que entraron al canje. Algunas de estas medidas las propusimos en un reciente documento de Economistas de Izquierda (EDI).
– Te estás refiriendo a “Seis medidas para vencer a los buitres” que era el motivo de mi llamada el día de hoy.
– Ahí proponemos el cambio de sede de pago, por ejemplo.
– Leo textual: “Cambiar la jurisdicción de pago y recuperar soberanía jurídica”.
– Además, planteamos que a medida que lleguen los bonos para canjearlos hay que investigarlos.
– En el documento se menciona el modelo de la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público (CAIC) que implementó Ecuador como la mejor manera de encarar la revisión de la deuda. ¿Por qué?
– Esa Comisión, de la cual participaron expertos internacionales, entre otros, Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) con sede en Bélgica y también algún integrante del EDI, investigó y decidió cuál era la deuda legítima y propuso que los préstamos ilegítimos no fueran pagados.
Si bien Ecuador alentó a la Comisión, dejó investigar y puso a disposición toda la documentación, finalmente no siguió sus recomendaciones. Como los bonos investigados bajaron terriblemente su cotización, el gobierno ecuatoriano los recuperó a un precio barato, con casi el mismo descuento que se consiguió en Argentina y los anuló directamente, con lo cual la deuda desapareció.
Tuvo un ahorro del 60%, similar a la quita argentina, aunque la recomendación de la Comisión fue no pagar nada de la deuda ilegítima. Sería el equivalente al 25% que está pagando Argentina ahora con los bonos reestructurados.
– El tema de la deuda ha recuperado una centralidad que parecía haber perdido tiempo atrás.
– Nosotros lo planteamos en 2005 y 2010. Hay un Anuario del EDI que aborda íntegramente el problema de la deuda donde planteábamos claramente que no había desaparecido. Es cierto que el gobierno, a medida que fue pagando la deuda, fue haciendo una reconversión, pasando de deuda externa a interna, interestatal, lo cual es distinto, especialmente con el Anses, con el Banco Central y el Nación. Es lo que dijo la Presidenta: la deuda propiamente externa en moneda extranjera es del 8, 9% del PBI. No hay un ratio igual en ningún país del mundo. Por eso el riesgo país no explota, porque los organismos internacionales de préstamo se dan cuenta que Argentina tiene una deuda muy baja en términos de deuda externa y tiene capacidad de repago.
Están todos esperando que Argentina arregle para ofrecerle plata, para que se vuelva a endeudar, están todos desesperados para que Argentina vuelva al endeudamiento. La resolución del Juez Griesa plantea una traba.
“Meterle mano al comercio exterior y a la banca”
– ¿Qué otras medidas deberían ser tomadas para enfrentar el endeudamiento externo?
– Desde el punto de vista internacional los organismos de crédito ven que hay una baja relación deuda externa/PBI y que Argentina tiene capacidad de producir, sin embargo, en este momento, por la falta del ingreso de dólares, por la llamada restricción externa, Argentina tiene dificultades para pagar deuda y acude cada vez más a las reservas que en algún momento van a tener un límite, no pueden seguir cayendo indefinidamente.
Si de acuerdo al planteo presidencial, esto se cierra recién en el 2015, Argentina necesita financiamiento. ¿De dónde lo va a sacar si no puede acceder a los mercados internacionales de crédito hasta tanto no se arregle el fallo de Griesa? Tendría que sacar recursos internos y para esto hay que hacer varias cosas.
En primer lugar, la estatización o nacionalización del comercio exterior. Hay muchos indicadores que dicen que el 20% de la soja sale por contrabando. Lo están comprobando sobre cuánto se hunden los barcos cargados en el puerto. Por una cuestión física, si se hunden más de lo necesario es que hay más soja de la declarada.
Además, está la fuga permanente de divisas, por lo tanto, Argentina tiene que meterle mano al comercio exterior y a la banca, no tiene alternativa. Para conseguir fondos para cerrar el déficit fiscal, que este año será del orden del 4%, nosotros planteamos un impuesto extraordinario a todos los que fugaron dólares, U$S 80.000 millones durante la gestión kirchnerista. Hay tres estudios que manejan distintas cifras y está el listado de quiénes sacaron el dinero. Es sencillo aplicar un impuesto extraordinario que toda la población apoyaría porque es contra los tipos que están vaciando el país.