Por Lucrecia Fernández, desde Córdoba. Los detenidos sin razón en Córdoba continúan aumentando el índice del escenario represivo. El gobernador declara la emergencia juvenil como el marco normativo para el avance de las fuerzas de seguridad. El gatillo fácil a la orden del día.
El lunes 4 de agosto Córdoba marchó una vez más para decir fuera Monsanto de Malvinas argentinas y de América Latina. Emiliano Coronel estuvo en la movilización, como muchas veces acompañó desde la música, con la banda Rimando Entreversos, y desde su propia realidad de vida, el barrio y la calle. Sin embargo esa noche fue detenido por la policía de Córdoba sin razón, sólo por su condición de pibe de barrio. Aun hoy continúa detenido.
Emiliano tiene 23 años. El lunes a la noche luego de haber participado en una movilización fue con su compañera a la maternidad provincial de Córdoba, ya que está embarazada y había comenzado a sentir contracciones. “Guetitto”, como lo llama Emiliano D´ La Guetto, estaba anunciando su llegada. Ese día a unas cuadras de la Maternidad un taxista fue asaltado por un joven, solo eso se conoció del episodio que involucro por azar, por crueldad, e involuntariamente al joven. Cuando Emiliano salió de la Maternidad esa noche a comprar, no iba a imaginar su destino: fue detenido por la policía de Córdoba simplemente por estar cerca de un episodio donde la portación de rostro es moneda corriente a la hora de “identificar a un sospechoso”. Durante tres horas y de manera incansable su familia llamó a comisarías y unidades judiciales. Emiliano estaba secuestrado. A pesar de que fue detenido por la Policía, oficialmente durante ese lapso no fue registrado en ninguna dependencia. Pasó la noche de una comisaria a otra, hasta que el día martes pasado fue trasladado a la Unidad de Contención de Aprehendidos UCA Sur.
Y todo ocurrió mientras su novia estaba internada esperando su bebé. Las organizaciones sociales, abogados, y organismos de DDHH se trasladaron a la UCA Sur a exigir la liberación de Emiliano. A pesar de que no existían pruebas y que lo único que lo demoraba –según la fiscalía interviniente a cargo del Dr. Tomas Casas de la Cámara 2 Turno 7 de Córdoba- eran las planillas prontuariales, todo indicaba un nuevo caso represivo. Luego de trasvasar todas las respuestas habituales de los procesos judiciales burocráticos, se informó que sería trasladado el mismo martes a Bowuer, un penal cordobés de máxima seguridad. El desconcierto fue general.
Sin pruebas, y ya con las planillas prontuariales en su poder, y aun bajo el principio de “presunción de inocencia” que se maneja cualquier caso de similares características, Emiliano siguió detenido. Posteriormente, se realizaron cortes y escraches en Tribunales II de Córdoba así como también se pidieron reuniones con la fiscalía. Ninguna explicación era lógica ni alcanzaba para justificar la situación de detención del joven.
El miércoles 6 nació “Guetitto” con 2,3 kilos pero su papá no puedo estar presente. Pero el desconcierto y la impunidad no tendrían límites. El jueves pasado en horas de la madrugada, mientras el bebe y su madre estaban internados en una sala común con otras mujeres que habían dado a luz recientemente, la Policía realizo un inexplicable allanamiento en la habitación de la maternidad provincial. Sacaron fotos e intentaron que la mujer firmara un escrito que no se le permitió leer. La situación de pánico, nerviosismo y tristeza dejó desvastada a la novia de Emiliano así como a las otras mujeres que se encontraban en la misma habitación.
Cuando los dispositivos de salud, de seguridad y judiciales funcionan articuladamente para atropellar todos los derechos de las personas y actúan en complicidad para sostener un sistema corrupto.
Rimando Entreversos, historia de barrio y lucha
Emiliano D´ La Guetto es uno de los jóvenes que forma parte del proyecto musical colectivo Rimando Entreversos. La banda rapera, surgida del conocido barrio popular “El Tropezón” nace desde el seno de la Fundación La Morera. En las letras se perciben las experiencias cotidianas de un grupo de ocho jóvenes raperos, de entre 15 y 23 años. “Desde abajo y a pulmón”, su primer disco, conto con el apoyo del máximo referente de la música cuartetera de Córdoba, Carlos “La Mona” Jiménez, como también de su hijo Carli Jiménez. Desde la historia de este grupo de jóvenes, a través de sus canciones, de su entrega y su historia, acercan a miles de jóvenes no solo un reflejo de la realidad que les toca vivir en los barrios, sino también la supervivencia. También habla de la creencia en otras formas, la de cumplir los sueños. Y es desde ese recorrido, donde se han involucrado en diferentes conflictos sociales, ambientales, represivos, acercando su música y su compromiso político.
Los hechos que nunca son aislados
Las postales son una muestra de lo que es un lugar, como una fotografía, una instantaneidad de lo que es a lo largo del tiempo. U paisaje y una acción. Córdoba hoy dibuja una postal represiva, dirigida en particular a los jóvenes y a todo un sector que lucha cotidianamente contra el delasotismo y sus políticas de seguridad, donde se acoplan muy cómodamente tanto el sistema judicial, como la policía de Córdoba.
Los casos recientes son una muestra de esta postal. El 24 de marzo Ezequiel Barraza fue “ajusticiado” por el intento de robo a un policía de civil. Lo lincharon y posteriormente lo torturaron, días después sería asesinado de varios disparos. El asesinato de Lautaro Torres de 16 años el 13 de abril, de 4 tiros por la espalda. La misma noche, Ezequiel Avila recibía una cruel golpiza de la que iba a morir 10 días después en la terapia intensiva del hospital de Urgencias en Córdoba.
Hace sólo unas semanas denunciábamos dos casos de gatillo fácil. Miguel Torres de 32 años y Alberto “Guere” Pellico, de 18 años. Ambos fueron fusilados por la Policía. El caso de Guere, tomo gran notoriedad puesto que los oficiales que lo asesinaron tenían causas previas. Para Rubén Leiva y Lucas Chávez los policías que dispararon en la nuca al joven, recién el lunes 4 de agosto el fiscal Pablo Molina los imputa por homicidio calificado y agravado por el uso de arma de fuego. Luego de la investigación se le agregaría el cargo de entorpecimiento en la investigación. “Es ineludible concluir que habrían entorpecido desde el inicio el normal desarrollo del proceso, quienes dada su condición de funcionarios públicos tenían incluso el deber de preservar” explicó Molina en el escrito de la detención. Según trascendidos, los oficiales se abrían dirigido a una casa cercana en busca de un arma de fuego para colocarla en la escena tratando de simular de esta manera un intercambio de disparos.
La postal sigue intacta
“Necesitamos declarar la emergencia juvenil en el país, que aquellos que no lo vean desde el punto de vista social, al menos nos apoyen por su propia seguridad, para que un chico que les abre la puerta de un taxi cuando sale de un restaurant no le meta una puñalada para sacarle la billetera y comprar paco”, Con estas palabras el gobernador de la provincia cordobesa, De La Sota, ponía una vez más la idea de declarar la “emergencia juvenil”, dejando en claro que su objetivo es la criminalización de los jóvenes.
Mientras, Emiliano sigue preso a la espera de una rueda de reconocimiento que se realizará hoy a partir de la cual se espera se dicte su libertad. Mientras, Maximiliano sigue exigiendo justicia por el asesinato de su primo Guere. Mientras, los nombres y las historias de los pibes se nos siguen escapando de las manos, con un crecimiento exponencial de la política de seguridad de De La Sota junto a un crecimiento exponencial de los casos de gatillo fácil, los casos de tortura en cárceles y comisarias. Así como los casos de detenciones arbitrarias y de la persecución de los luchadores sociales.