Por La Revancha. Ante el gran interrogante de los últimos días sobre si Argentina entró en default, Eduardo Lucita, economista miembro de Economistas de Izquierda e investigador de la UBA, explicó la concepción de “default sui generis”.
El jueves 30 último el organismo regulador internacional de los activos financieros, ISDA, determinó que hubo un fallo en el pago de la deuda a los bonistas que entraron en los canjes del 2005 y 2010. El Gobierno nacional depósito los 539 millones de dólares en el Banco de Nueva York (BoNY) para pagar los vencimientos, pero se frenó en cumplimiento de un bloqueo judicial del juez Thomas Griesa por el conflicto con los fondos buitres. Este fenómeno fue un disparador para la activación del pago de los seguros contra default (Credit Default Swaps) a sus titulares. En diálogo con el programa radial La Revancha que se emite por FM La Tribu, Eduardo Lucita, integrante de Economistas de Izquierda, analizó la situación y explicó de qué hablamos cuando decimos default.
-¿En qué situación está Argentina?
-La situación en general está en un limbo. El proceso inventado por los bancos tiene tres pasos: uno, que el deudor, en el caso, Argentina, gire el dinero. Argentina lo giró. El banco intermediario recibió el dinero, segundo paso. Cuando el banco quiere pagar y cumplir el tercer paso, hay un juez que se interpone y no permite el pago. Entonces hay una discusión sobre si es default o no. Desde el punto de vista de los acreedores, es evidente que no recibieron el dinero. Desde el punto de vista del deudor, es evidente que giró el dinero. El problema está en el banco intermediario. Incluso se habla que Argentina le puede hacer juicio al BoNY, al Banco de Nueva York, porque no está cumpliendo el contrato que tiene de pagar, porque le hace caso al juez y no paga. En el peor de los casos, sería una suerte de default sui generis, nadie lo puede calificar como tal. Nadie puede caracterizar acertadamente esto porque es una situación totalmente inédita.
-¿Cómo caracterizas la negociación que llevó el gobierno este mes con los fondos buitres?
-El Gobierno parte de un axioma que lo tiene hasta ahora. Somos pagadores seriales, queremos pagar, pero no estamos dispuestos a pagar más allá del porcentaje que hemos pagado a los bonistas que entraron a los canjes del 2005 y el 2010. Esta es la situación que está planteada, que los buitres no aceptan porque hace doce años que están litigando y tienen un juicio a su favor en primera y segunda instancia. En el medio aparece lo de la clausula Rufo (clausula de derechos sobre futuros ofertas, por sus siglas en inglés). Seguramente esta situación en el limbo va a durar hasta enero del año que viene, cuando venza la Rufo. Ahí se van a sentar a negociar de nuevo. Si el gobierno mantiene la coherencia, va a decir: no les puedo pagar más que a los bonistas que aceptaron el canje. Porque hay un artículo de la ley cerrojo que dice lo mismo que la clausula. Yo no puedo violar mi propia ley, va a decir el Gobierno.
-¿Qué ocurre sobre la posibilidad de que algunos bancos privados compararan los bonos de los fondos buitres?
-El verdadero problema es que estos bancos iban a comprar la totalidad de la deuda, 1.600 millones de dólares. Por lo tanto, el Gobierno le iba a tener que pagar a ellos lo que le pedían los fondos. El Gobierno hasta ahora se mantiene firme en no pagar más, que es alrededor del 30% de lo que reclaman. Ahora está en danza otra gestión de los bancos internacionales, entre ellos el Banco of America, que es el que emite los seguros de crédito y por lo tanto tiene un interés en no seguir pagando seguros de crédito. Está el banco Citi y creo que el HSBC. Tienen interés porque son tenedores de bonos de la deuda. Esos bonos en la medida que esto siga tienden a caer en el precio y están interesados en que no caiga. No son patriotas ni altruistas, tienen un interés económico concreto.
-¿Qué implicancias puede tener este “default” en los trabajadores en su día a día?
-Hasta ahora, el Gobierno venía con una reorientación de toda su política de acercarse a los mercados de créditos para conseguir crédito para sostener la economía. Por eso el pago al CIADI, el arreglo con Chevron, Repsol, el Club de París, incluso pagando lo que había dicho que nunca iba a pagar, pagando más de lo que se tenía que pagar. Pero el fallo de Griesa traba toda esa reorientación. Ahora pegó un volantazo a izquierda, prácticamente rompió las negociaciones. No se habla más hasta enero y va a vivir con lo nuestro porque obviamente no puede ir al mercado mundial a pedir créditos. Entonces, hay que ver de dónde se sacan los fondos aquí para sostener mínimamente la economía, para que no caiga más de lo que ya venía cayendo. Porque si uno saca del medio el caso de los buitres, la economía ya está en recesión. Hace dos trimestres que tenemos crecimiento negativo. En mayo o junio, la contracción se afirmó más todavía, aunque parece que en el último mes la construcción tiene un leve repunte. Pero el sector industrial sigue en caída, ha habido algunos despidos y muchas suspensiones. Probablemente tiendan a agravarse un poco más las condiciones, pero no necesariamente en términos catastróficos.