Después de un receso por la feria judicial, se retomó el juicio por la tragedia de Once. Declararon tres testigos en la investigación del choque del tren de la línea Sarmiento ocurrido el 22 de febrero de 2012.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N.° 2 de la Capital Federal reanudó el pasado lunes el juicio oral en la causa en la que se investiga el hecho ocurrido el 22 de febrero de 2012, cuando un tren de la línea Sarmiento colisionó con la cabecera del andén número 2 de la estación terminal. La tragedia dejó como saldo 51 víctimas fatales y 789 lesionados.
La causa tiene 29 imputados, entre ellos se encuentran el maquinista Marcos Córdoba, los ex Secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, los empresarios responsables de la empresa TBA (Trenes de Buenos Aires S.A.) Mario y Sergio Sirigliano y otros funcionarios y empresarios.
Marcha y Che Barracas dialogaron con Vanesa Toledo, hija de una de las víctimas y querellante en la causa, quien afirmó que “las tres declaraciones son coincidentes”.
“La muestra de Marcos Córdoba da por debajo de los 0,13 miligramos por decilitros de alcohol en sangre. Lo que da negativo debido a que la muestra toma un nivel de resultado mínimo desde el 0,50. Entonces se entiende que no da como estado haber tenido una proporción de alcohol en sangre, por lo cual queda completamente descartado. Al margen de esto, el médico que atendió a Córdoba en la guardia, en la primera asistencia, dice que no presentaba estado de embriaguez ni aliento etílico” aseguró.
Además de los médicos, declaró también el representante que fabrica los elementos con los que se toman las muestras químicas para los análisis. Desde la defensa se venía insistiendo en que las muestras no fueron debidamente custodiadas. Toledo sostiene en este sentido que “la defensa hace hincapié, como la querella del Dr. Dalbón, en la responsabilidad del maquinista Marcos Córdoba, tratando de adjudicarle ebriedad o alcohol en sangre. que para ellos es el motivo que desencadena la tragedia”.
Las audiencias para tomar declaración se extenderán ya que son más de 300 testigos los que deben prestar declaración. “Solo para la ronda de declaraciones testimoniales, desde el inicio del juicio, se estimó alrededor de un año o un poco más. Son 359 testigos los que tienen que declarar, y la verdad es que no se pueden cronometrar las declaraciones”, definió Toledo con respecto al manejo de los tiempos por parte de la justicia.
Con un largo juicio por delante, los familiares y víctimas que participan de la querella del juicio por la tragedia, que causó 51 muertes y cientos de heridos en febrero de 2012, continúan con las mismas expectativas y certezas ante las responsabilidades y responsables que deben ser juzgados. “El objetivo que nosotros tenemos desde un principio es hacer cumplir con la responsabilidad, por la complicidad y la inacción tanto de los empresarios como de los funcionarios”, expresó Toledo y agregó que “desde el vamos el resultado de las pericias técnicas demuestran la clara responsabilidad por un lado del Estado, de la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte), así como también de la empresa concesionaria”.
Toledo aseguró que todo lo que refiere a la tragedia de Once está cubierto de un halo de corrupción e impunidad. “En estos peritajes se ha evidenciado el desvío de los fondos que debían utilizarse para el mantenimiento de las formaciones y que no se aplicaron de esta manera, sino que fueron destinados a un uso completamente personal -tanto de parte de los funcionarios del Estado, como de los empresarios de la empresa TBA-”.
A su juicio “quedó claro con la declaración de los sobrevivientes y de los usuarios de la línea Sarmiento, que fueron todos contundentes y coincidentes en sus declaraciones, que el estado de las formaciones en ese momento, y posterior al 22 de febrero de 2012, era completamente deplorable e inhumano. La gente sigue viajando en materiales obsoletos”, denunció con vehemencia.